Jucuapa, un municipio del departamento de Usulután, tiene 20 talleres de ataúdes que están fabricando unas 3 mil 750 unidades anuales, aunque solo reportaba 15 muertes por violencia en el año hasta este viernes 22 de abril. La fabricación de féretros, que tuvo su apogeo durante la guerra civil de los años 80, ha cobrado nuevo auge en el país más violento del mundo. En 2015 murieron unas 35 mil personas en El Salvador, 6 mil 655 de ellas por la violencia. El taller más tradicional de Jucuapa es el Flores, que formó en el oficio a muchos que terminaron montando su propio negocio. En Jucuapa, un municipio de 18 mil habitantes, solo en los últimos tres años han surgido 12 talleres, instalados en otrora granjas o panaderías, que exportan a todo el país, así como a Guatemala y Honduras.