Tegucigalpa, HONDURAS. El presidente y otro dirigente del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA), noreste de Honduras, fueron asesinados a tiros la noche del martes, en la continuación de una cadena de más de 170 homicidios desde 2010 por disputas de tierra, denunció esa organización.
“José Angel Flores, de 35 años, y Dilmer Dionicio George, de 36, habían terminado una reunión adonde llegaron dos sicarios encapuchados a dispararles con armas de grueso calibre”, en la comunidad de La Confianza, departamento de Colón, 335 kilómetros al noreste de la capital, relató a la agencia AFP la portavoz del MUCA, Karla Zelaya.
Flores, presidente de la organización, que había asumido el cargo en enero del 2015, murió en el instante, y George fue trasladado al hospital de Tocoa, donde falleció minutos después.
Zelaya explicó que, a pesar de que los sicarios se cubrían con pasamontañas, “fueron identificados por testigos que tienen vínculos con los terratenientes” del Valle del Aguán.
Más de 150 campesinos y 20 empleados de los terratenientes han muerto en esa zona de Honduras desde 2010.
El conflicto empezó en diciembre de 2009, cuando más de 5,000 campesinos ocuparon por la fuerza unas 11,000 hectáreas de fincas cultivadas de palma africana.
Los campesinos alegaron que esa tierras les pertenecían al serles donadas en la década de los ochenta por el gobierno como cooperativistas beneficiarios de la reforma agraria, pero una nueva ley que entró en vigencia en 1991 permitió a unos pocos directivos vender las propiedades a los terratenientes.
Luego de la toma de las tierras, los latifundistas contrataron guardias de seguridad que, apoyados por el Ejército y la Policía Nacional, entraron a defender las propiedades, iniciándose la cadena de muertes en enero del 2010, todas en la impunidad.
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