Diez días antes de la conmemoración del 25 aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz, la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), un tanque de pensamiento de derechas, encontró una micrófono oculto en uno de los salones de reuniones de la entidad, con la capacidad para 'escuchar' lo que se decía a través del teléfono en el salón, pero también lo que se conversaba en las reuniones, según denunció la entidad ante la Fiscalía General de la República.
El micrófono estaba oculto en la 'Sala del Comité Ejecutivo', ubicada en la cuarta planta del edificio de Fusades, en la urbanización Santa Elena, municipio de Antiguo Cuscatlán.
El hallazgo fue realizado el pasado sábado 7 de enero, durante una jornada de mantenimiento eléctrico, y tres días más tarde fue hecho público por el presidente de Fusades, Miguel Ángel Simán, al mismo tiempo que fue puesta una denuncia ante la Fiscalía General de la República.
El micrófono fue detectado a eso de las 9 de la mañana, cuando personal de mantenimiento inspeccionaba una de las dos regletas que sirven para conectar cualquier aparato eléctrico en la mesa. El procesador, una diminuta tablita de 4 milímetros de ancho por 4 centrímetros de largo, estaba conectado directamente a los cables eléctricos y eso fue lo que llamó la atención de los técnicos. 'Se encontró un dispositivo electrónico oculto y sospechoso, que no pertenecía al alambrado normal de la regleta', reza un escrito presentado por Fusades a la Fiscalía para que se inicie una investigación penal. El micrófono no requería baterías y, según la Fundación, enviaba la voz capturada a través del cable telefónico en dicha sala.
'Por las características del micrófono, hay indicios suficientes suficientes para creer que una o varias personas han tenido la posibilidad de escuchar las llamadas telefónicas realizadas dentro del Salón, así como las discusiones y conversaciones que se han llevado a cabo en su interior', dice el escrito.
Simán explicó que el mantenimiento al sistema eléctrico en el edificio es rutinario pero no precisó la fecha de la última revisión de equipos, como para inferir durante cuánto tiempo Fusades habría estado bajo espionaje.
Fusades, un tanque de pensamiento fundado en 1983, es financiado por empresarios salvadoreños y es reconocido por sus propuestas de políticas públicas de corte liberal. Durante las últimos dos gobiernos, administrados por el partido de izquierdas, el FMLN, han sido varios los desencuentros entre el organismo y funcionarios del Ejecutivo, sobre todo durante la administración del expresidente Mauricio Funes.
El martes 10 de enero, en una conferencia de prensa, Simán llamó cobardes a los autores materiales del espionaje. 'Esconderse tras micrófonos para luego manipular información y tratar de acusarnos y desacreditarnos es totalmente inaceptable. En Fusades no tenemos miedo, mucho menos nos escondemos como los cobardes que no dan la cara y necesitan de micrófonos escondidos para evitar debatir las ideas de frente', dijo. Ante la repregunta si señalaba a algún sector o partido en particular, dijo que la Fiscalía debía deducir esa responsabilidad, aunque denunció que el espionaje tiene explicación política.
'La naturaleza de nuestra institución no tiene nada que ver temas industriales ni comerciales (...) por ende, lo que nos queda es asumir que dado que somos un actor político en nuestro país habrá algún beneficio de aquellos interesados de espiar y acceder a información sobre los debates que tenemos internamente', añadió.
En la misma conferencia, Simán recordó que magistrados de la Corte Suprema de Justicia, en particular, de la Sala de lo Constitucional, también han sufrido acoso e intimidación, en alusión a las protestas en contra los magistrados de la Sala respaldadas por el partido de gobierno. 'Aquí en Fusades nosotros no confabulamos nada, pero defendemos todo, todo lo que tiene que ver con las libertades, con la democracia, la paz y la institucionalidad', dijo Simán.
Este miércoles 11 de enero, el secretario general del FMLN, Medardo González, rechazó que su partido estuviera vinculado al espionaje. 'No tengo ni idea de a quién podría interesarle estar espiando a Fusades (...) No veo razones para estar espiando, no es ninguna instancia ejecutiva, es una instancia de investigación académica', dijo González. 'Espero que la Fiscalía ayude en la investigación', añadió.
Consultado sobre si el espionaje podía provenir del interior de la fundación, Simán respondió que eso era algo remoto. 'Nuestros equipos [de trabajo] manejan sus temas de manera abierta y nuestro personal está consciente de lo que estamos discutiendo, ellos no necesitan de micrófonos para saber lo que estamos haciendo', respondió Simán.
Fusades ha pedido a la Fiscalía que abra una investigación por dos delitos: interferencia e intervención de comunicaciones telefónicas, que se castiga con cárcel de entre dos a cuatro años; y allanamiento de lugar de trabajo o establecimiento abierto al público, que se castiga penalmente con prisión de seis meses a tres años
'Nos reservamos el derecho de hacer investigaciones privadas de cualquier índole, no obstante, estamos dejando que la Fiscalía investigue, y esperamos que nos guíen de la mano de cómo debemos de proceder', dijo Simán. A las instalaciones, durante la tarde del día 10 de enero de 2016 llegaron agentes de la Policía Nacional Civil para efectuar inspecciones. La institución hizo más búsquedas dentro del edificio pero no encontró ningún otro indicio de espionaje.