Los Acuerdos de Paz que pusieron fin a una guerra civil de doce a帽os dieron paso a importantes cambios en El Salvador. 脡stos incluyen una mayor libertad de expresi贸n y una prensa m谩s abierta, la transformaci贸n del guerrillero Frente Farabundo Mart铆 para la Liberaci贸n Nacional (FMLN) en un partido pol铆tico, reformas judiciales, as铆 como la desmilitarizaci贸n del sector de seguridad. Pese a estos avances, la democracia salvadore帽a sigue siendo fr谩gil. Las pol铆ticas neoliberales implementadas por administraciones consecutivas conservaron las desigualdades econ贸micas, y cualquier reducci贸n de la pobreza se debe m谩s a la migraci贸n y las remesas, que a las pol铆ticas p煤blicas. El sistema judicial se caracteriza por ser ineficaz, mientras la Polic铆a Nacional Civil se asemeja cada vez m谩s a los abusivos y corruptos cuerpos de seguridad que remplaz贸.
El crimen y la violencia, sobre todo los homicidios y la extorsi贸n, se han convertido quiz谩s en el mayor problema de la posguerra. En gran parte est谩 asociado a las actividades de las pandillas callejeras, principalmente la Mara Salvatrucha y el Barrio 18. Ambos grupos se formaron en los barrios de inmigrantes de Los 脕ngeles, distritos empobrecidos, hacinados y de por s铆 afectados por pandillas. Es ah铆 donde muchos refugiados centroamericanos encontraron cobijo, pero tuvieron que vivir en la clandestinidad por no poder obtener asilo. A principios de la d茅cada de los noventa, muchos pandilleros no ciudadanos fueron deportados a sus pa铆ses de origen. Sin oportunidades de inserci贸n social, absorbieron a grupos juveniles territoriales ya existentes. Por la ausencia inicial de una pol铆tica de pandillas, y a帽os m谩s tarde por la implementaci贸n de una estrategia de mano dura, la Mara Salvatrucha y la Dieciocho empezaron a desarrollar estructuras m谩s sofisticadas, ampliar sus actividades criminales y ejercer una violencia m谩s indiscriminada y brutal.
La evoluci贸n de las pandillas en El Salvador se debe en gran parte a los planes represivos que se implementaron a partir de la d茅cada de los 2000. En julio de 2003, el gobierno arenero del presidente Francisco Flores (1999-2003) lanz贸 su Plan Mano Dura, con el objetivo declarado de controlar a las pandillas y reducir el elevado n煤mero de homicidios. Sin embargo, se trat贸 de una estrategia populista punitiva que, b谩sicamente, busc贸 posicionar favorablemente al partido gobernante en los comicios presidenciales de 2004.
El plan result贸 ser popular entre una poblaci贸n harta de la cr贸nica inseguridad y posibilit贸 la victoria electoral del partido conservador. En las calles, supuso barridas policiales de los barrios, la limpieza de grafiti y patrullajes conjuntas entre polic铆as y militares. Adem谩s, una Ley Antimaras, finalmente declarada inconstitucional, autoriz贸 la detenci贸n de supuestos pandilleros por su apariencia f铆sica.
Si bien muchos de ellos fueron liberados por no comprobarse alg煤n crimen, los arrestos masivos de pandilleros saturaron las c谩rceles a煤n m谩s. La segregaci贸n de los centros penitenciarios seg煤n afiliaci贸n pandilleril les permiti贸, adem谩s, fortalecer la cohesi贸n y la estructura de sus grupos. El Plan Mano Dura fue ampliamente criticado, por carecer de componentes de prevenci贸n y rehabilitaci贸n/reinserci贸n, ocasionar violaciones a los derechos y provocar un aumento de la tasa de homicidios.
El gobierno de Antonio Saca (2004-2009) continu贸 la estrategia de su predecesor. En respuesta a las cr铆ticas previamente vertidas, el Plan S煤per Mano Dura abarc贸 la prevenci贸n (Plan Mano Amiga) y la rehabilitaci贸n/reinserci贸n (Plan Mano Extendida). Sin embargo, estas orientaciones alternativas quedaron politizadas y subfinanciadas. La represi贸n sigui贸 siendo el enfoque dominante. Al mismo tiempo, el discurso oficial empez贸 a pintar a las pandillas como empresas delictivas transnacionales. Las caracter铆sticas organizacionales que las autoridades les atribuyeron a las pandillas tuvieron implicaciones significativas para el control de pandillas.
Describirlas como grupos con motivaciones delictivas y de car谩cter transnacional legitim贸 la represi贸n, m谩s que la prevenci贸n y rehabilitaci贸n. Asimismo, traslad贸 la responsabilidad por la soluci贸n del nivel dom茅stico al nivel regional, y desvirtu贸 la atenci贸n de las desigualdades sociopol铆ticas de la sociedad salvadore帽a.
Debido al agravamiento tanto de la violencia como del accionar de las pandillas, la estrategia de mano dura se convirti贸 en un problema pol铆tico y fue oficialmente descontinuada a mediados de 2006. Pero, en la pr谩ctica, la represi贸n se mantuvo como el enfoque preferido para un gobierno que se mostr贸 reacio a destinar m谩s recursos a la polic铆a investigativa o la reducci贸n de la exclusi贸n social. Parad贸jicamente, las medidas manoduristas persistieron en las administraciones del FMLN que, como partido de oposici贸n, las hab铆a rechazado en茅rgicamente por a帽os.
El coro de papel
La apertura pol铆tica de la posguerra increment贸 la libertad de expresi贸n, elev贸 los est谩ndares acad茅micos entre periodistas y propici贸 la modernizaci贸n de los medios tradicionales de comunicaci贸n. Sin embargo, la libertad de prensa tiene sus l铆mites en reportajes sobre el statu quo y los grupos de poder. El profesionalismo period铆stico, adem谩s, se ve contrarrestado por la limitada autonom铆a de las salas de redacci贸n, modestos salarios y d茅biles normas 茅ticas. Los principales obst谩culos para el periodismo salvadore帽o est谩n en las estructuras oligopol铆sticas de propiedad, el uso pol铆tico de la publicidad y la autocensura period铆stica. Los intereses pol铆ticos y comerciales de los due帽os de los medios de comunicaci贸n, as铆 como las pr谩cticas period铆sticas, ayudan a explicar por qu茅 la cobertura informativa enmarc贸 la problem谩tica de las pandillas y sus respuestas de una forma que promovi贸 el populismo punitivo.
La Prensa Gr谩fica es un peri贸dico sumiso y d贸cil, con una l铆nea editorial conservadora, pero m谩s tolerante que su principal competidor. Su periodismo se caracteriza por ser neutral, mantener los debates dentro de los l铆mites de premisas aceptables, y producir una cobertura blanda y conformista. El Diario de Hoy se destaca por su brusco lenguaje, perspectiva altamente conservadora y desaprobaci贸n del disenso. A menudo desestima criticas como ret贸rica comunista y toma una postura ideol贸gica explicita y deliberadamente m谩s favorable a la mano dura y los intereses de los grupos privilegiados del pa铆s.
Durante la vigencia de los planes mano dura, ambos peri贸dicos encasillaron a los pandilleros como “demonios folcl贸ricos”, una minor铆a de individuos criminales y violentos responsables por la mayor铆a de los homicidios. Im谩genes visuales “documentaron” el peligro que representaron estos j贸venes tatuados y desafiantes, mientras un lenguaje metaf贸rico los deshumaniz贸 e hizo permisible su exterminio.
Las notas vincularon la afiliaci贸n pandilleril a decisiones de estilo de vida o la desintegraci贸n familiar y disociaron las pandillas de su contexto social m谩s amplio. La cobertura de los operativos policiales y las exhibiciones p煤blicas de pandilleros buscaron entretener a costa de tolerar las violaciones a los derechos humanos. Ambos peri贸dicos impulsaron el miedo, amplificaron la interpretaci贸n oficial de la problem谩tica de las pandillas, y fomentaron el respaldo popular a la mano dura mediante un enmarcado epis贸dico.
Aunque las representaciones medi谩ticas no determinan la opini贸n p煤blica, la moldean y hacen que ciertas interpretaciones de la realidad social sean m谩s probables que otras. La televisi贸n y los peri贸dicos salvadore帽os transmiten informaci贸n pol铆tica, y se ha encontrado que influyen en las opiniones ciudadanas de los principales problemas del pa铆s. Mediante su funci贸n de establecer la agenda, los peri贸dicos ejercen una influencia importante en la opini贸n p煤blica. La investigaci贸n de encuestas sugiere que el contenido medi谩tico contribuy贸 a que los salvadore帽os percibieran la situaci贸n de las pandillas como m谩s grave de lo que era y apoyaran las pol铆ticas de mano dura a pesar de su ineficacia.
Las organizaciones no gubernamentales (ONG) buscaron promover una pol铆tica alternativa de pandillas, que integrara la prevenci贸n social, una aplicaci贸n de la ley respetuosa de los derechos humanos y la rehabilitaci贸n/reinserci贸n. Las organizaciones estudiadas implementaron diferentes estrategias de incidencia, que dieron preferencia o a una influencia directa en las pol铆ticas o a cambio sobre el terreno. Esto pudiera conllevar el empoderamiento de grupos sociales desfavorecidos para que elaboren sus propias soluciones a sus problemas o creen programas innovadores que le demuestren al gobierno una mejor manera de abordar un problema. Si bien estos esfuerzos no representan intervenciones directas en el proceso de formulaci贸n de pol铆ticas, podr谩n modificar el contexto de las mismas y presionar a la administraci贸n a adoptar directrices distintas.
Mediante m茅todos etnogr谩ficos se estudiaron tres organizaciones. La Fundaci贸n de Estudios para la Aplicaci贸n del Derecho (FESPAD) es una organizaci贸n de incidencia legal, establecida por un grupo de abogados para promover los derechos humanos y el Estado de derecho en El Salvador. Su personal aplic贸 sus conocimientos jur铆dicos a investigaciones legales y de pol铆ticas para cuestionar la mano dura y proponer un programa local para la prevenci贸n de pandillas.
Homies Unidos (cerrada en 2012 por falta de recursos) fue un grupo de rehabilitaci贸n de pares y la 煤nica ONG en El Salvador que fue fundada por, y trabaj贸 con, pandilleros. Sus integrantes buscaron empoderar a sus pares para que se imaginaran una vida libre de violencia y drogas, aunque no sin su pandilla. Bas谩ndose en su experiencia de primera mano con las pandillas, el personal de Homies Unidos dio testimonio para disuadir a j贸venes en riesgo de incorporarse a las pandillas, implement贸 proyectos de rehabilitaci贸n en comunidades afectadas por pandillas y alert贸 a defensores de derechos humanos de abusos policiales contra pandilleros.
El Pol铆gono Industrial Don Bosco es una organizaci贸n Salesiana de desarrollo, concebida por un sacerdote espa帽ol, que brinda educaci贸n y capacitaci贸n en microempresas a j贸venes de bajos ingresos. Ubicada en una comunidad afectada por pandillas al oriente de San Salvador, la organizaci贸n ha sido ampliamente reconocida por su aparente 茅xito en modelar un programa de prevenci贸n y rehabilitaci贸n de pandillas. El proyecto incorpora a j贸venes en riesgo y, cuando inici贸 la investigaci贸n, a expandilleros y adolescentes infractores. Mediante este programa, el Pol铆gono ha intentado mostrar una manera innovadora de abordar la problem谩tica pandilleril que pudiera ser replicada por las autoridades.
En los tres casos, las caracter铆sticas organizacionales, as铆 como el contexto sociopol铆tico de El Salvador, moldearon las estrategias de incidencia y, en 煤ltima instancia, sus resultados. Tres factores contextuales fueron clave para el 茅xito o fracaso de la incidencia de las ONG: la persistente influencia de la 茅lite, la naturaleza del partido de gobierno y la concentraci贸n de los medios de comunicaci贸n en manos de la 茅lite.
La reducci贸n de la violencia y el crimen de las pandillas s贸lo se dar谩 si se pone fin a la exclusi贸n social que lleva a los j贸venes a integrarse a ellas. Esto, a su vez, requiere la restructuraci贸n de la sociedad salvadore帽a, incluidas sus relaciones de poder y sus desigualdades socioecon贸micas.
La resistencia de la 茅lite a estos cambios dificulta los enfoques alternativas al control de pandillas. Como el partido de gobierno defend铆a los intereses de la elite, no tuvo incentivo para emprender un verdadero control de pandillas. El manodurismo sigui贸 siendo la respuesta oficial preferida, porque le permiti贸 al gobierno mostrarse preocupado por la seguridad p煤blica sin tener que abordar las causas estructurales. Los principales medios de comunicaci贸n asistieron en este esfuerzo, al crear un p谩nico moral ante las pandillas, legitimar la mano dura sobre otras opciones de pol铆ticas, y dar poco espacio a voces disidentes. Las ONG fueron en gran parte ineficaces en promover un control alternativo de las pandillas, porque sus estrategias no consideraron estas t谩cticas y no movilizaron presi贸n suficiente para el cambio de pol铆ticas.
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*Sonja Wolf es Catedr谩tica de CONACYT adscrita al Centro de Investigaci贸n y Docencia Econ贸micas (CIDE), en M茅xico. Esta entrega se basa en su libro Mano Dura: The Politics of Gang Control in El Salvador (Austin: University of Texas Press, enero de 2017).