A finales de junio de 2016, el secretario general del FMLN, Medardo González, revisó los extractos de un chat de Whatsapp utilizado por el grupo de funcionarios más influyentes de la alcaldía de San Salvador, incluido el alcalde Nayib Bukele. Cuando el jefe del partido leyó esos fragmentos de las conversaciones, la foto de perfil del grupo era una en la que aparecían él y el alcalde capitalino subidos en una tarima frente al edificio principal de la Fiscalía General, en la urbanización Santa Elena. En la foto, Medardo González parece perder su mirada en los ojos de Nayib Bukele.
La foto fue motivo de chistes en el chat. 'Ja ja ja Medardo te quería dar un beso... tiene cara de culero', bromeaba uno de los miembros del grupo. Y Nayib Bukele respondía con un 'Ja ja ja' y después agregaba un emoticón en el que dos lágrimas brotan de los ojos de una carita amarilla que se carcajea.
Aunque esos intercambios podrían significar solo uno más de los desencuentros entre el alcalde de San Salvador y su partido, el FMLN, ese momento de tensión significó también una ruptura: a la semana siguiente, sorpresivamente, la síndica, el coordinador de juventud de la alcaldía y una gerente de la institución -todos militantes del FMLN-, negaron su respaldo a un proyecto que requería el aquiler de un local en el que funcionaría una casa de rehabilitación de drogadictos. Ese rechazo se tradujo al día siguiente con la renuencia de los concejales del FMLN a dar su apoyo al proyecto.
Ese tensionamiento ocurrió cuando, a pesar de que en las encuestas ya era el político mejor posicionado y a pesar de la etiqueta de carta presidencial ganadora que le ponían sus seguidores, Nayib Bukele se veía como perdedor de una contienda interna. Competencia en la que quienes sacaban ventaja eran el propio secretario general, Medardo González, el ministro de Obras Públicas, Gerson Martínez, y el ministro de Relaciones Exteriores, Hugo Martínez.
La elección presidencial aún estaba a casi tres años de distancia, pero los movimientos tácticos para pescar una postulación se hacen con mucha anticipación.
La broma de la foto del secretario general viendo al alcalde era solo una de varias en ese grupo de chat llamado “Emergencias”. Medardo González también pudo leer alusiones burlescas a las imágenes del presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, cuando aparentemente este se durmió durante una sesión de cumbre de mandatarios. 'Hay que darle FOSKROL -vitaminas- para que avive', escribió alguien. También estuvo ante los ojos del secretario general la ironía para aludir al uso del color cian por parte del Ejecutivo en su campaña de segundo aniversario, debido a que mientras ha desdeñado el rojo del partido, Bukele ha hecho del cian su color identitario desde cuando era alcalde de Nuevo Cuscatlán: 'No que no les gusta el cian pues', cuestionaba alguien.
Y ese grupo también se reía del ministro de Obras Públicas, Gerson Martínez, quien al autodenominarse 'el albañil del pueblo' había provocado que varios reaccionaran escribiendo 'jajajajajaja'. Medardo González solo leyó fragmentos seleccionados por los militantes del partido que denunciaron a Bukele, y si podido leer él mismo las conversaciones completas, habría descubierto que también se hacía mofa del alcalde.
El alcalde capitalino dice que en ese chat participaban miembros del FMLN que él consideraba parte de su círculo de confianza y que no entiende por qué lo denunciaron ante la dirigencia del partido. 'No sé con qué motivo, pero esos chats llegaron a la dirigencia del FMLN sacados de contexto', dice Bukele. 'Si vos enseñás el chat completo, donde te burlás de mí y a la vez te burlás de alguien más, o decís algo malo, como que es bruto o lo que sea, se entiende que es coloquial, que es un chat de chistes, pero sacado de contexto parece que estás ofendiendo a alguien'.
Cinco choques que presagiaron la caída de Bukele
Esta es la historia de la lucha interna en el partido de gobierno por la postulación presidencial para 2019. Explica la ironía de tener en sus filas al más popular político actual y no digerirlo ni siquiera para garantizarle que lo postulará para la reelección como alcalde de San Salvador en 2018. Nayib Bukele y el FMLN no piensan igual en la forma ni en el fondo de la administración pública, y el paso del tiempo, en lugar de acercarlos, les ha llevado por caminos cada vez más divergentes. Esta historia también explica quiénes son los que, por ahora, tienen luz verde para buscar la candidatura presidencial.
Era 'un chat de chistes', dice Nayib Bukele. El problema es que en aquel chat del grupo 'Emergencias' el alcalde había tocado a una figura a quien los dirigentes efemelenistas reverencian. Lo consideran el más exitoso jefe partidario porque en su currículo incluye dos triunfos consecutivos en elecciones presidenciales, logros que por sí mismos lo hacen merecedor de que su nombre desde ya esté reservado para lanzarlo cuando el partido escoja al candidato presidencial de 2019. Todo lo que Medardo González leyó del chat eran bromas, pero las tomó con mucha severidad y las consecuencias serían negativas para los intereses del alcalde. Tras casi nueve meses, ahora, Nayib Bukele dice que Medardo González 'lo entendió... tiempo después, ¿veá?', dice. 'Con Medardo tengo buena relación', agrega.
Sin embargo, por ahora, ese episodio que vino a culminar media docena de choques, lo tiene incluso distanciado de la posibilidad de ser candidato a la reelección. Ese episodio lo divorció de la estructura efemelenista de la capital del país, y sin ese respaldo, difícilmente puede soñar con una postulación presidencial para 2019.
Nayib Bukele empezó su carrera en 2012, cuando logró convertirse pronto en vocero político nacional desde su gestión como alcalde de Nuevo Cuscatlán, un municipio de menos de 7 mil habitantes. Hoy es el alcalde capitalino y se sabe un alcalde con caudal político suficiente para competir por la presidencia. Pero también sabe que su partido no lo considera carta presidencial.
El alcalde está interesado en la presidencia de la República. Pero según él, no tiene oportunidad para 2019. Cuando se le pregunta sobre esto, responde con un juego de preguntas: 'Si la pregunta es: ¿te parece atractiva la presidencia? La respuesta es sí. ¿Estás en la competencia para ser presidente? Categóricamente la respuesta es no. ¿Por qué? ¿Porque no te parece atractiva? Te acabo de decir que sí, pero no voy a ir a una competencia a perder, o sea, no voy a ir a hacer el ridículo, ¿me entendés?' Se refiere a que no cree viable una postulación sin respaldo del FMLN. Rememora el fracaso del expresidente Antonio Saca, quien en 2014 compitió por un segundo periodo presidencial creído de que su popularidad bastaba para triunfar aunque fuera en representación de partidos pequeños. Y recuerda también episodios vividos dentro del mismo FMLN por otros personajes que desafiaron a la dirigencia partidaria. 'No voy a hacer lo que hizo Óscar Ortíz en el 2003 para la campaña de 2004, o lo que hizo Héctor Silva pues, o lo que hizo Tony Saca'.
Bukele se repite el ejercicio de autopregunta y autorrespuesta como para dejar claro el punto en el que se encuentra: '¿Me parece atractivo? Sí. ¿Estoy en la competencia? No. ¿Por qué? Porque lo veo imposible. Entonces yo no voy a ir a competir por gusto, pues, mejor le dedico tiempo a mi esposa y a mi familia y no voy a ir a competir en algo ilógico'.
Dirgentes del FMLN consultados por El Faro han llegado a mencionar que en algún momento Nayib Bukele sí ha sido una opción, aunque lejana, por al menos estas cuatro razones: tiene posibilidades de aportar significativa y financieramente a una campaña electoral, tiene popularidad, atrae a un sector del electorado en el que el partido es débil -jóvenes y clase media- y tiene a Arena como adversario en común. Sin embargo, en la balanza que hace el Frente, también lo consideran una especie de candidato ajeno al partido con el que ya han tenido demasiados choques.
Y el chat del grupo “Emergencias” no le ayudó nada. Emergencias había sido creado al inicio de la administración, a mediados de 2015, como una previsión ante las responsabilidades de la alcaldía para atender urgencias diversas en el municipio capitalino. Poco a poco, sin embargo, devino en la típica conversación grupal en la que participa solo gente de confianza y que termina convirtiéndose en un espacio donde se relajan formas y se generan ambientes de complicidades. En este caso, en representación del partido estaban Idalia Zepeda, gerente de participación ciudadana, uno de los cargos de más influencia en la comuna; Xochilt Hernández, la síndica, y Francisco Garay, nombrado responsable del Instituto Municipal de Juventud.
Estas tres personas eran parte de quienes llevaban las riendas de los intereses efemelenistas en la alcaldía, aunque solo una de ellas es concejal. Estas tres personas eran parte del staff clave del alcalde que tenía acceso a participar activamente en la toma de decisiones más importantes de la alcaldía de San Salvador… y en las bromas del chat de Whatsapp. 'Emergencias' estaba integrado por una docena de personas.
Cuando se llegó la mitad de 2016, Bukele sabía que su relación con el FMLN atravesaba uno de sus peores momentos, producto de un proceso de desgaste progresivo. Su carrera de alcalde había empezado, básicamente, con él como un crítico del gobierno de su partido: en febrero de 2013, desde la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, dijo que una propuesta de reforma hecha por su partido a la Ley de Acceso a la Información Pública constituía un retroceso en la lucha por la transparencia. 'Deberíamos predicar con el ejemplo' , demandó desde su cuenta de Twitter. En octubre de ese mismo año, acusó de malversar fondos a Marcos Fortín, el presidente de la ANDA, la institución que provee el agua potable; un año después se lanzó a criticar el proyecto insignia de su partido y del ministro de Obras Públicas, Gerson Martínez: 'El Sitramss es un error del gobierno'. Luego también se tomó la licencia para, contracorriente respecto de los dirigentes efemelenistas, asegurar que el presidente de la Asamblea Legislativa, el efemelenista Sigfrido Reyes, debía explicaciones públicas sobre la compra de unos terrenos a precio preferencial a una agencia del gobierno. En este caso, el secretario general del partido, Medardo González, lo reprendió en público: 'Está mal ubicado', dijo. Ya como alcalde de San Salvador, en octubre de 2015 criticó en público el trabajo del ministro estrella del gobierno, Gerson Martínez. Dijo que el mal estado de las calles de la ciudad se debía a que el Ministerio de Obras Públicas no atendía sus responsabilidades. 'En los cinco meses que tenemos de estar en la alcaldía, prácticamente no ha realizado ninguna obra', dijo.
Con esos antecedentes se llegó la semana en que a Medardo González le mostraron los fragmentos de conversación. El sábado de esa semana hubo una reunión informal de militantes efemelenistas con trabajo en la alcaldía, que discutieron la relación del alcalde con el partido; el martes hubo una nueva sesión -formal esta vez- para discutir lo mismo. El miércoles, los concejales del FMLN se abstuvieron de apoyar el proyecto de Bukele, y al día siguiente el alcalde despidió con los votos de Arena a la gerente Idalia Zepeda y pidió la renuncia al coordinador de juventud, Francisco Garay. Este, al final, logró la disculpa del alcalde y conservó el cargo. Medardo González trató el asunto con Bukele el viernes.
En la misma semana en que ocurría todo eso, al ministro Gerson Martínez su partido le concedía un espacio privilegiado en la edición del Foro de Sao Paulo que se realizó en San Salvador. El foro es el mayor encuentro de partidos políticos de izquierda en Latinoamérica y, como tal, constituye una vitrina para las voces socialistas más encumbradas de la región. En esa vitrina, Martínez fue la estrella local, la voz de los anfitriones. Esa concesión al ministro fue interpretada por militantes y dirigentes del partido como un espaldarazo de la dirección del FMLN a sus pretensiones presidenciales. Nayib Bukele se había excusado de asistir: había informado que debía visitar en Costa Rica a un tío enfermo. La relación del alcalde de San Salvador y el FMLN vivía uno de sus peores momentos.
'El alcalde está atacando al partido'
Los cuestionamientos domésticos contra el alcalde se agudizaron después de que el secretario general leyera el chat de Whatsapp. El sábado 18 de junio de 2016 hubo una reunión en la casa de un militante del FMLN a la que asistieron tanto concejales efemelenistas como miembros de la secretaría departamental de San Salvador. Ahí una de las concejales opinó que el alcalde estaba actuando mal porque, por ejemplo, no participaba de las actividades del partido. Luego lanzó una idea que sorprendió a varios, incluso después al mismo alcalde: dio a entender que Bukele no tenía futuro en el FMLN. 'Lo que se dijo ahí es que no estaba clara su continuidad en el partido como alcalde del FMLN en San Salvador”, dijo a El Faro una de las personas que participaron en esa reunión, que habló bajo condición de anonimato.
Dos testigos de esa reunión y una persona que mostró a El Faro los chats del debate entre la militancia de la secretaría departamental, aseguran que la persona que lanzó el cuestionamiento sobre el futuro de Bukele en el FMLN fue Idalia Zepeda, gerente de Participación Ciudadana que sería despedida cinco días más tarde. Idalia participaba en dos chats institucionales: el del grupo Emergencias y el de un grupo llamado 'Avisos Institucionales', creado por ella y en el que estaban más de 60 personas, desde el alcalde hasta mandos medios, pasando por jefaturas de alto nivel.
Tras esa reunión informal, los militantes abandonaron de forma más o menos simultánea el chat de la discordia y llevaron los temas tratados a una sesión formal a la sede departamental conocida como 229 el martes 21 de junio. Entonces debatieron la situación del alcalde de San Salvador. Las mismas fuentes reconstruyen lo que dijeron sobre Bukele algunos de los participantes: 'Nayib Bukele está actuando de forma errática'... 'Es peligrosa su forma de actuar'... 'El alcalde está atacando al partido'.
El miércoles, en sesión de concejo, Nayib pidió respaldo para su proyecto del centro de rehabilitación de drogadictos, y los concejales efemelenistas le negaron su respaldo. Al siguiente día, Bukele destituyó a Idalia Zepeda como gerente y pidió la renuncia a Francisco Garay como coordinador del área de juventud de la alcaldía.
El alcalde, que se había enterado de cómo en la reunión del 229 los efemelenistas lo habían cuestionado, no acababa de entender el origen de los señalamientos ni esa reacción tan adversa respecto de él.
Las medallas de Medardo González
El FMLN nació como partido político en diciembre de 1992. Compitió por primera vez en elecciones en 1994, pero tuvo que esperar una cuarta participación en elección presidencial para obtener el triunfo. Y lo hizo, en 2009, con Mauricio Funes, un periodista ajeno al partido, a diferencia de las contiendas de 1994, 1999 y 2004, cuando el FMLN había intentado y fracasado con personas de ADN efemelenista o muy cercano al FMLN. En el Frente, sin embargo, la experiencia de llevar a la presidencia a alguien ajeno al partido no fue del todo satisfactoria. Ya en 2003 el dirigente Schafik Hándal había aclarado por qué su partido se rehusaba a postular a Funes: 'Porque él solo quiere usar al partido como escalera', había dicho. Esa advertencia y las desavenencias durante el quinquenio Funes han generado un fantasma que sigue rondando las cabezas de los principales dirigentes efemelenistas cuando piensan en la posibilidad de lanzar a Nayib Bukele. ¿Por qué un alcalde con números y sobrada popularidad está en desventaja en la competencia interna de un partido preocupado por ganar elecciones? Porque el FMLN desea fidelidad y apego a su plan, y cree que Nayib Bukele no le garantiza eso.
Esa situación genera, automáticamente, ventajas a otros potenciales candidatos. Como al mismo secretario general. Conocido como 'el comandante Milton Méndez' en sus tiempos de guerrillero de las Fuerzas Populares de Liberación, González brilla ante la cúpula y ante la militancia efemelenista porque en la línea de sucesión de la otrora guerrilla, lo ven justo detrás de Salvador Sánchez Cerén. Es decir, lo ven como el siguiente.
Su nombre ya ha sido evaluado en encuestas de consumo interno del partido, pero los números no son alentadores. En los estudios hechos por la casa CS Sondea en 2015 y 2016, el secretario general del FMLN aparecía en amplia desventaja con respecto a otros personajes. Esos sondeos de opinión medían el potencial de, entre otros, los ministros Hugo Martínez y Gerson Martínez, pero no medían a Bukele. A pesar de que diversas encuestas públicas lo han mostrado en los últimos años en la cima de la popularidad, con gran ventaja sobre cualquier otro político de derechas o de izquierdas, el alcalde ha sido ignorado en los estudios de CS Sondea para el FMLN.
Cuando se le ha evaluado, Medardo González siempre ha aparecido por debajo de los dos ministros. 'Cuando ha sido medido, por ejemplo cuando apareció con corbata azul en Canal 12, los números no le daban. Aparece como el menos favorito', comentó una de tres personas que hablaron con El Faro y que han tenido acceso a los resultados de esas mediciones. Este dirigente del partido agrega que a Medardo González se le ha evaluado al menos en dos momentos: en el último trimestre de 2015 y en el último trimestre de 2016.
Los resultados han inhibido al secretario general de formalizar su intención de convertirse en candidato, y han disuadido a sus compañeros de partido de alentarlo para que se lance a la contienda. Sin embargo, por méritos internos, para los tomadores de decisión efemelenista está claro que el siguiente candidato presidencial debe ser Medardo González.
Para entender esto antes hay que tratar de entender cómo funciona el FMLN: el partido de izquierdas tiene una especie de mesa de comandantes o de consejo de ancianos que, en la confianza que permiten las instalaciones de la residencia presidencial, en la colonia Escalón, han tomado las decisiones de gobierno y de partido en los últimos años. Estos veteranos dirigentes tienen un indiscutible pedigrí en el partido y no en vano son, en esencia, los mismos que dirigieron la guerra que concluyó hace ya más de 25 años.
En la residencia presidencial se dan cita Salvador Sánchez Cerén, presidente de la República y comandante general de las Fuerza Populares de la Liberación cuando se firmó la paz en 1992; Medardo González, diputado, secretario general del FMLN, y segundo al mando de las FPL cuando terminó la guerra; José Luis Merino, el dirigente más relevante del Partido Comunista de El Salvador tras la muerte de Schafik Hándal en 2006. En el caso de Merino, hay que agregar el poder financiero que él encarna por ser el delegado ante el conglomerado Alba Petróleos de El Salvador. A estas reuniones acuden también Norma Guevara, jefa de los diputados efemelenistas y secretaria general adjunta del partido; Roberto Lorenzana, secretario técnico de la Presidencia de la República y jefe de las últimas dos campañas electorales por la presidencia, y Lorena Peña, presidenta de la Asamblea Legislativa hasta noviembre pasado, presidenta de la vital comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa, y también excomandante de las FPL.
Estas seis personas constituyen 'el colectivo', término con que en el FMLN aluden a este pequeño grupo y como se autodenominan sus integrantes mismos. Lo que varía en esas reuniones en la residencia presidencial son los invitados, que dependen de cada tema de discusión.
Uno de los testigos de varias de esas reuniones cuenta, por ejemplo, que en esa mesa 'el colectivo' recibe la visita y los informes semanales de los principales miembros del gabinete. Ahí se delibera y se decide qué es lo que durante la semana amerita atención urgente de parte del gobierno. Porque ahí se toman decisiones de gobierno. 'Yo estuve en un par de reuniones… te puedo decir, por ejemplo, que por el tipo de funciones, el ministro de Hacienda y el ministro de Seguridad -en este caso esa figura la ocupa Óscar Ortiz- casi siempre participan de las reuniones”, dice una de las personas que ha rendido informes ante el colectivo. Ortiz, según algunas fuentes del partido, tiene interés en la competencia por la presidencia, pero no están claros los apoyos hacia él.
Las reuniones de el colectivo también sirven -sí- para discutir los intereses del partido. Por lo general, lo que más tiempo lleva es la discusión de agenda de la Asamblea Legislativa que se pone en común con la agenda de apuestas del Ejecutivo. Además, ahí analizan encuestas como las que miden el potencial de los ministros y del secretario general. 'Yo estuve cuando esas reuniones se hacían los miércoles por la noche en Casa Presidencial, hoy se hacen los lunes por la mañana en la residencia presidencial', comenta un dirigente efemelenista. 'Es chistoso que los comandantes llevan su refrigerio del Mister Donuts'.
—Según usted, ¿cuándo se expresa en público que Medardo González se ve a sí mismo como una opción presidencial del partido de gobierno?
—Cuando en público usa corbatas azules o celestes... los del colectivo le han hecho la broma de que parece candidato ja ja ja ja.
Este dirigente del FMLN hace referencia a una entrevista de televisión del 6 de junio de 2015. En ella, Medardo González luce un lustroso traje negro con una corbata azul. Una de las personas que ve casi todos los días a Medardo González asegura que desde hace algún tiempo el secretario general del partido ha cambiado la sencillez de sus trajes gastados y clásicas corbatas rojas por un vestuario más sofisticado. 'Conozco varia gente que le dice candidato por esas corbatas', cuenta un amigo del dirigente del FMLN que suele almorzar y conversar con él. La gente que conoce a Medardo González estaba acostumbrado a verlo con una serie de corbatas rojas de diferente estilo, pero del mismo color. Cuando el nombre del secretario general se activa en el buscador Google, las imágenes que lanzan lo muestran en esta proporción: por cada 50 fotografías en que aparece con corbata, solo en cuatro aparece con corbatas que no son rojas.
Medardo González, aunque aparece mal posicionado en las encuestas nacionales, es quien de los posibles candidatos para 2019 representa mejor los ideales del FMLN. Eso cree el colectivo. 'Milton' ya en 1984 era el cuarto en la línea de sucesión de la plana mayor de comandantes de la facción guerrillera más numerosa del FMLN, las FPL. Ya en 1994, cuando el partido de izquierdas tuvo su primera fractura, su nombre era considerado como opción unificadora para un partido convulsionaba en un debate sobre la ideología que debería guiarlo.
En 2004 el FMLN volvió a tensionarse en torno a la ideología que lo caracterizaría, y González venció al reformista Óscar Ortiz en una contienda interna por las riendas partidarias y que supuso la depuración de dirigentes moderados. Ortiz sobrevivió a la purga que sobrevino a aquella elección interna y Medardo González es, desde entonces, el máximo dirigente. Sus admiradores le atribuyen lo más parecido a la unidad partidaria tras aquella década de pugnas intestinas. Todo esto lo ha convertido, a los ojos de sus colegas de el colectivo, en el candidato natural.
Quienes han asistido a esas reuniones de el colectivo y que hablaron con El Faro dicen que Medardo González tiene una disyuntiva trascendental que él debe resolver: ¿Debe el FMLN buscar un tercer quinquenio en la presidencia con un candidato hecho a imagen y semejanza del partido o la prioridad es asegurar la permanencia en el poder con un pescador de votos competitivo en el mercado electoral salvadoreño?
Medardo González tiene el peso que tiene ahora entre los presidenciables por otra razón: aparte de que dirigió el partido a su primera victoria presidencial, en 2009, en diciembre de 2006 había tomado él la decisióno de abrir las puertas al nombre de Mauricio Funes. Fue una decisión difícil: apenas tres años antes el FMLN se había rehusado a considerarlo postulable. Los debates sobre este punto concluyeron en los primeros días de abril de 2007, cuando el FMLN confirmó a Mauricio Funes como su candidato, aunque hizo oficial su candidatura solo hasta septiembre de ese año.
'Una de las decisiones más complejas que le ha tocado tomar, aparte de las del conflicto, es la de elegir a Mauricio Funes como candidato presidencial', valora el legislador Antonio Echeverría, quien participó de los debates de esa decisión. '¿Si ganamos y este se toma el partido? Esa es una de las preguntas que uno se hacía en aquel momento', agrega. Echeverría, de perfil bajo como le gusta a Medardo González, es un amigo y hombre de confianza del secretario general del FMLN.
Los efemelenistas valoraban los riesgos de llevar a un foráneo como candidato. 'Ya otros partidos han tenido otras experiencias en otros países… en los que una vez gana el candidato, el partido como que se divide y comienza una cacería de brujas al interior, y termina en una división', explica el diputado. A ese temor se añadía la posibilidad de que el candidato, una vez en la presidencia, diera al gobierno un rumbo que se alejara de la visión del FMLN.
Esos mismos temores, alimentados por los desencuentros que han marcado los casi dos años de gestión del alcalde de San Salvador con el partido, lo ponen en dificultades para aspirar a la candidatura presidencial.
Medardo González, en cambio, tiene 13 años en la silla principal de una estructura que no ha borrado las jerarquías del pasado militar. Pasado en el que había estratos claros: comandantes, subcomandantes, oficiales de alto nivel, oficiales de bajo nivel, jefes de armas, jefes de logística, jefes de columna, jefes de escuadra, combatientes, guerrilleros, milicianos, miembros de producción y miembros de masas.
'Lo más importante de Milton es que no le gustan las fotos. Él no quería ser diputado, es dirigente de un carro', añade Echeverría.
Bukele demanda 'total independencia' al FMLN
Nayib Bukele nació el 24 de julio de 1981. Un millenial, empresario millonario que enarbola banderas de izquierda. Conoció a las grandes figuras del partido de izquierdas desde niño, pero comenzó a trabajar con ellas allá por los 18 años, desde su agencia de publicidad con la que consiguió una inversión de un millón de colones.
Bukele es popular hacia afuera del partido, pero un tanto impopular entre algunos sectores efemelenistas. El fondo de pantalla de la computadora de una militante que trabaja en la sede principal del partido en San Salvador, conocida como 1316, luce una foto de las elecciones de alcaldes y diputados del 2 de marzo de 2015, cuando el secretario general del FMLN declaró oficialmente como ganadores a Nayib Bukele -alcalde de San Salvador- y a Miguel Pereira -alcalde de San Miguel-. En la foto, Medardo González aparece en el centro, levantando la mano del alcalde de San Miguel. Sentado, en la izquierda, está el alcalde de San Salvador.
—¿Por qué tenés a ese diablo en tu fondo de pantalla de la computadora? —pregunta una asesora de Medardo González que señala con la boca el rostro sonriente de Nayib Bukele.
—¡Noooo, mirá bien! —responde la militante, que cierra las ventanas de su computadora para mostrar la foto completa y aclarar que su foto es alusiva a la la victoria electoral de 2015.
Nayib Bukele sabe y es consciente de que su partido y él difieren en la forma de hacer las cosas . Bukele dice que él aún no tiene claro si buscará la reelección en 2018. Sostiene que este mes debe resolverse ese punto, pero él no está dispuesto a aceptar que el partido decida qué haría él en un segundo mandato. Dice que, para aceptar una candidatura a un segundo período en San Salvador, él necesita que el FMLN le garantice que no le impondrá condiciones y que, al mismo tiempo, acepte las suyas. “No aceptaría un ápice más que total independencia a la hora de gobernar, respetando la plataforma y las promesas, que esas si las podemos hacer en conjunto, si no me quedo en casa, que tiene su encanto también', dice.
La versión de la gente cercana a Bukele es que el partido le exige el 100 % de las sillas del concejo municipal y que apoye la campaña de los candidatos a diputados por San Salvador en 2018. La versión de la gente del partido es que la organización le ha pedido más disciplina y prudencia a la hora de opinar en público.
Medardo González asegura que las conversaciones con el alcalde siguen. Aún no hay claridad de si irá a la reelección por San Salvador, aunque 'es un excelente alcalde. Solo puedo decirte que hay conversaciones y que estas seguirán'.
—Hablemos de la candidatura presidencial para 2019. ¿A usted le interesa competir por ese cargo?
—En esa decisión soy juez y soy de los que piensa que no debería ser parte.
—¿Qué le dice a los militantes de su partido que creen que usted debe ser el sucesor de Salvador Sánchez Cerén y competir por la presidencia?
—No hay una decisión al respecto, estamos a la espera y, a diferencia de otras veces, aún no hemos decidido. Nuestro adversario tampoco ha decidido.
—¿Entonces usted no es candidato?
—No soy candidato...
Uno de las personas que acompañan al secretario general agrega una palabra a la oración:
—... Aún.
Con una tímida sonrisa, Medardo González repite:
—Aún.