Columnas / Cultura

Morir en los cielos de Saturno


Jueves, 7 de septiembre de 2017
Napoleón Cornejo

A más de mil millones de kilómétros de la Tierra, orbitando Saturno, se encuentra un solitario explorador, de creación humana, que ha estado estudiando el planeta durante los últimos trece años. Lanzado en 1997, el orbitador Cassini está por finalizar una de las misiones de exploración más exitosas y espectaculares jamás emprendidas por la ciencia. No solo ha servido para reescribir los textos sobre lo que se sabía de Saturno y sus satélites, sino que es un conmovedor testimonio de lo que la unión de ingenieros y científicos de múltiples naciones puede lograr para un objetivo en común.

La sonda Cassini. Imagen de uso libre de la  NASA/Ciclops .
La sonda Cassini. Imagen de uso libre de la  NASA/Ciclops .

Para llegar hasta Saturno fue necesario aprovechar un alineamiento planetario que solo ocurre una vez cada 600 años. Impulsándose con la gravedad de Venus, la Tierra y Júpiter para alcanzar la velocidad requerida, llegó a su destino en Julio de 2004, y de inmediato comenzó su itinerario de actividades. Sus primeras tareas fueron explorar la estructura de los anillos que rodean al planeta, hacer un mapeo de su campo magnético y observar la activa atmósfera de este gigante de gas, sobretodo en sus polos. Luego pasaría al estudio de sus lunas, acercándose atrevidamente y observándolas con detalle.

Una de las 62 lunas de este sistema, Titán, es más de tres veces el tamaño de nuestra Luna y única en todo el Sistema Solar porque posee una atmósfera. La atmósfera es densa y no permite ver su interior, por lo que Cassini llevaba consigo una pequeña sonda de construcción europea, Huygens, para ser depositada en su superficie. En diciembre de 2004 se envió el comando para liberar Huygens en dirección a Titán, con todas las secuencias de operación preprogramadas para funcionar de forma autónoma, sin intervención de los operadores en la Tierra. Los dados estaban ya echados. Después de veinticinco años de trabajo y siete de viaje en el espacio, ¿cumpliría con éxito su misión?

Fotos de los geysers en la superficie de Encélado. Imagen de uso libre de la  NASA/Ciclops .
Fotos de los geysers en la superficie de Encélado. Imagen de uso libre de la  NASA/Ciclops .

El plan era que Huygens entrara a la atmósfera de Titán a una velocidad de 25,000 kilómetros por hora, protegida por un escudo. Luego, una secuencia de tres paracaídas haría disminuir la velocidad para descender suavemente. Fueron largas horas de espera de toda la comunidad científica, pero dos horas y media después, Huygens tocó la superficie. Sus transmisiones incluían una inmensa cantidad de datos sobre el medio ambiente en Titán, incluyendo hermosas fotografías de la superficie que mostraban océanos de metano líquido, volcanes que escupen hielo y cielos con tonos naranja.

Después del inmenso éxito de Huygens, Cassini ha continuado estudiando a las otras lunas de Saturno, sobretodo a Encélado. Esta luna parece tener un océano de agua líquida bajo su superficie, con ventosas volcánicas como las de nuestros océanos. Las aguas erupcionan desde géiseres hacia el espacio y luego caen como nieve. Los compuestos orgánicos detectados por Cassini en estas aguas convierten a Encélado en uno de los lugares con mayor posibilidad de albergar vida en el Sistema Solar.

El orbitador también descubrió siete nuevas lunas y tomó espectaculares fotografías de otras ya avistadas como Iapeto, Rea, Dione, Tetis, Febe y Mimas. Hizo también mediciones que confirman inequívocamente la teoría de la relatividad de Einstein.

Fotos del paisaje en Titán tomadas por Huygens en su decenso y desde la superficie. Imagen de uso libre de la  NASA/Ciclops .
Fotos del paisaje en Titán tomadas por Huygens en su decenso y desde la superficie. Imagen de uso libre de la  NASA/Ciclops .

Ahora, después de trece años, el combustible que le permite a Cassini mantenerse en órbita está casi agotado. Los científicos a cargo, ávidos por sacarle provecho a estos últimos meses, han planeado un espectacular final para la misión: programarán al orbitador para acercarse como nunca antes al planeta, explorando áreas de los anillos que no se habían estudiado. Finalmente, el 15 de septiembre de este año, durante su última órbita, Cassini ingresará a esa atmósfera y se desintegrará. Durante su caída, la sonda intentará mantener alineada su antena con La Tierra para transmitir sus últimos datos y enviar una despedida a la humanidad, mientras sus restos se esparcen por los cielos de Saturno.

*Napoleón Cornejo es un ingeniero salvadoreño radicado en Holanda desde hace 10 años.  Se graduó de la Universidad de Delft y desde entonces ha trabajado en proyectos de ingeniería e investigación científica para ITER, la Agencia Espacial Europea Airbus, entre otros.  Es socio fundador del Instituto Aeroespacial de El Salvador (ESAI).

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