Laurence Kotlikoff rompe el hielo con una anécdota que resume su trabajo: él yendo a un hospital en Noruega a visitar a una recién nacida para entregarle un recibo que representa lo que le espera cuando sea adulta. Esta acción tenía un propósito: hacer a la gente reflexionar sobre cómo los gobiernos asumen deuda en el presente para pagar pensiones y otros beneficios sociales para adultos mayores sin medir las consecuencias que va a tener en la presente generación de niños y en las futuras generaciones de adultos. Con el agravante de que los gobiernos no transparentan esta deuda sino que en sus contabilidades esa obligación a futuro no existe. Con esta clase de políticas -como sucede en El Salvador- las futuras generaciones tendrán que pagar esas deudas con impuestos más altos y con recortes en sus prestaciones.
Kotlikoff estuvo en El Salvador la última semana de septiembre para hablar sobre la desigualdad que genera la deuda pública. Se mostró sorprendido de que los trabajadores -por las últimas reformas a la Ley de Pensiones- estén obligados a entregar el 1.9 % de su salario para pagar comisiones a las Administradoras de Fondos de Pensiones (APF). Dice que las AFP no hacen nada especial: solo entregan al gobierno el ahorro de los trabajadores. Criticó la reforma porque a su juicio en la práctica carga con más impuestos y con recortes de prestaciones sociales a la niñez salvadoreña y a las futuras generaciones.
El economista estadounidense, que fue asesor del presidente Ronald Reagan y que se ha dedicado los últimos años a analizar el fenómeno de la deuda intergeneracional, sentenció que si El Salvador sigue con una inversión baja en educación, 'nunca va a triunfar': no desarrollará en los niños las habilidades que necesitan para insertarse en el mercado laboral cuando sean adultos ni logrará que se genere empleos con mejores salarios. En esencia, eso mantendrá al país en una eterna historia de fracasos.
Mejorar la inversión en la niñez y planificar cómo aminorar la carga de impuestos que heredarán cuando crezcan, dice, es la única forma en la que El Salvador puede ganar, pero a largo plazo. Y el primer paso para eso tener cifras creíbles sobre la situación del país. Kotlikoff se mostró preocupado por todas las irregularidades señaladas al Banco Central de Reserva, las cuales son reseñadas en un estudio del Fondo Monetario Internacional que El Faro reveló y que dice que el PIB de El Salvador es 14.4 % menor al reportado oficialmente. Dice que si hay certeza de que el PIB real es menor al que publica el gobierno, mejor sería dejar de publicar esas cifras. En su lugar, añade, debería encargarse a un equipo de técnicos independientes que calcule bien el déficit fiscal y que ayude a incorporar todas las obligaciones de pagos futuras en el presupuesto para no heredarle a la siguiente generación una factura que no puedan pagar.
Kotlikoff es doctor en economía de la Universidad de Harvard e imparte cátedra en la Universidad de Boston. Ha escrito 19 libros y ha sido consultor independiente para el Fondo Monetario Internacional, para el Banco Mundial, para los ministerios de Finanzas de Noruega y Suecia, y para los gobiernos de Rusia, Japón, Ucrania y Bolivia. En Estados Unidos diseñó una metodología de 'cuentas generacionales' que sirve como una alternativa para medir el déficit fiscal (la diferencia entre los ingresos y los gastos de un Estado). Calculó con esta nueva metodología -que según Unicef es respaldada por 18 premios Nobel- que el déficit fiscal de Estados Unidos es 10 veces mayor que el reconocido oficialmente. Que equivale a 10 veces el PIB de ese país. Que no es de 20 billones (20 millones de millones), sino de 206 billones de dólares. La diferencia la marca la metodología, que incluye en los libros de contabilidad todos los pagos de seguridad social -entre ellos pensiones y seguros de salud- que debe hacer Estados Unidos. Dado que eso es deuda, no tiene por qué sacarse de la contabilidad gubernamental, aunque es eso lo que hacen muchos gobiernos.
Kotlikoff tiene en la revista Forbes un consultorio sobre seguridad social y es presidente de una compañía que ha diseñado unas herramientas de planificación financiera que prometen a las familias ayudarles a encontrar 'formas seguras de maximizar el más alto estándar de vida sostenible'.
En esta entrevista Kotlikoff también analiza la importancia de cifras macroeconómicas confiables, y a la par que señala la omisión de la deuda en la contabilidad estatal como 'una vergüenza para la profesión de la contabilidad', advierte que el dato oficial sobre el producto interno bruto 'es un número basura' porque está inflado y así es inútil.
Unicef trajo a Kotlikoff para llevar a cabo un conversatorio y una serie de conferencias durante la última semana de septiembre de 2017. También vino a El Salvador para oficializar su participación en un estudio en el que va a comenzar a trabajar sobre el comportamiento de la inversión social, sobre la equidad y la intergeneracionalidad de la deuda pública de El Salvador. Aceptó brindar esta entrevista con la condición de que se precisara que habla no en representación de Unicef, sino a título personal.
En su libro 'You are hired', usted habla de la política económica de Estados Unidos como una 'Take as you go policy' (una 'Política de quitar dinero mientras avanzas'). Define esta política como una expropiación del capital de los jóvenes para proveer servicios a los adultos mayores. Esa frase bien podría describir el sistema de pensiones de El Salvador: desde 2006 hay un fideicomiso que se alimenta del ahorro de los trabajadores actuales por medio de la compra obligatoria de títulos del Estado, y ese fideicomiso sirve para pagar las pensiones de los ya jubilados. Estos beneficios, sin embargo, tienden a ser más altos que lo que los trabajadores actuales aportan para financiarlos. Desde la perspectiva de 'cuentas generacionales', ¿qué tipo de efectos puede tener este mecanismo?
Si tomas dinero de los jóvenes y se lo das a los viejos, los viejos consumirán más. El gobierno le dice a los jóvenes que les va a devolver su dinero más intereses. Entonces los jóvenes no reducen su consumo y el país tiene un consumo total que sube mientras el ahorro nacional baja. El ahorro es el que se invierte, pero si el ahorro es menor, tendrás menos inversión. Entonces tienes salarios más bajos y menos capital para trabajar. Si esto continúa, va a quedar claro que hay que tomar demasiado de los jóvenes... Así que se va a empezar a tomar tanto como sea posible de los jóvenes y a la par se recortará beneficios de jubilación. Lo que están haciendo es poner una gran carga a las generaciones futuras, porque estas tendrán que pagar impuestos más altos y se les recortará beneficios. Esta 'Take as you go policy' es un mecanismo para expropiar a los jóvenes y a las futuras generaciones para beneficiar a la presente generación. No hay almuerzo gratis. Si damos mucho a los viejos, tenemos que quitarle a la generación joven y futura. Tiene efectos en la siguiente generación.
Como una altenativa para aminorar los efectos adversos de esta expropiación, usted predica sobre la necesidad de adoptar una 'contabilidad de cuentas generacionales'. ¿En qué consiste y cómo puede ayudar a aminorar los efectos de las políticas públicas del presente en las generaciones futuras?
En esta metodología calculamos cuán grande es el déficit fiscal. Calculamos que los niños de hoy o los jóvenes menores de 18 años tienen que pagar el mismo impuesto neto con un ajuste debido al crecimiento económico. Por lo tanto, asumimos que el PIB per cápita crecerá a cierto ritmo y entonces calculamos cuán grande es ese impuesto que tendrán que pagar. Ese es el proyecto de ley que presenté en Noruega. Esa contabilidad se llama 'cuentas generacionales'. No es complicado. Un estudiante de bachillerato puede hacer los cálculos. No es matemática de alta potencia. Incluso el FMI (Fondo Monetario Internacional) puede hacer ese cálculo. El FMI ha hecho estos cálculos para Estados Unidos y Francia y también puede hacerlo para otros países. El Salvador puede ser el país que los obligue a hacerlo, porque lo que el FMI hace es una vergüenza para ellos mismos y para el mundo. La forma en que el FMI y los gobiernos llevan la contabilidad es vergonzosa.
¿Cuando dice que la contabilidad de los gobiernos y del FMI es vergonzosa es porque tiene un problema de lenguaje contable al no incorporar todas las obligaciones futuras?
Toda esta política fue iniciada en Alemania hace más de un siglo por Bismarck: prestan dinero de los impuestos de los jóvenes y luego llaman 'transferencias de capital' a los compromisos de pago, y luego suben los impuestos para que no haya déficit; pero es justo eso, una elección de lenguaje, porque aunque toman el dinero y lo llaman préstamo para pagar pensiones a los viejos, luego dejan fuera de los libros de contabilidad la obligación de regresar ese dinero, de modo que ninguno de los pasivos queda registrado. Que no esté en los libros esta obligación del gobierno de devolverle su dinero a los jóvenes cuando estén viejos implica un no reconocimiento de que se trata de deuda oficial.
¿Podríamos decir que lo más difícil es cómo se lleva la contabilidad de esta expropiación?
No. No es una contabilidad difícil. Se trata de una mala contabilidad. La contabilidad correcta es la contabilidad del déficit fiscal que proponemos y que toma en cuenta los efectos en la siguiente generación. La contabilidad actual es malévola y deshonesta. Puede que la gente piense que es honesta, pero no lo es. Es un terrible pecado de la profesión de la contabilidad y que ha infligido daños a las futuras generaciones de todo el mundo. Solo en algunos países se han dado cuenta de este problema y han tomado acciones correctivas como Noruega, que creó un fideicomiso generacional; o países como Australia, Nueva Zelanda y Chile. Estados Unidos no y sus políticas están destruyendo el futuro de los niños estadounidenses.
¿Cuál es el problema principal que usted le señala a cómo se lleva la contabilidad actualmente y en qué se diferencia con la contabilidad que usted propone?
El problema con la contabilidad actual es que subraya que mejorar la educación implica pagar más a los profesores, dar a los niños computadoras, pero a costa de hacer más grande el déficit fiscal, porque no tienes impuestos adicionales y no hay ninguna cadena de ingresos futuros asociados con esa inversión. Con la contabilidad que proponemos, niños que reciben mejor educación significan más dinero, porque ellos cuando crezcan van a tener mejores ingresos y van a pagar más impuestos. Eso hoy tiene un valor presente y eso es lo que nos va a mostrar nuestro modelo de contabilidad fiscal. Esas inversiones en educación son rentables para enfrentar el déficit fiscal de El Salvador. Van a pagar por sí mismas. De eso se trata toda inversión, alguien invierte en un hotel porque calcula que va a recibir como retorno más de lo que invirtió.
Usted subraya que la actual contabilidad implica que los gobiernos omiten decir que como consecuencia de sus decisiones van a cargar a la siguiente generación con una deuda demasiado grande.
La carga viene cuando sigues tomando de los jóvenes pero no tienes suficiente para pagarles de regreso. Tienes que subir los impuestos y eso se convierte en una carga aun más grande. Entonces no puedes cumplir tus promesas y comienza la escasez. No es que debas recortar los beneficios y que los impuestos sean perpetuamente altos, es que el país nada en una deuda implícita para siempre. La pobreza se convierte en una trampa permanente y El Salvador cayó en esa trampa al igual que la mayoría de los países de Suramérica y Estados Unidos, porque las futuras obligaciones de pagos están fuera de los libros de contabilidad. Ese dinero no puede usarse para invertir en la niñez. No se puede invertir en internet, en computadoras, en educación en línea y en infraestructura para que la gente no gaste horas en el tráfico para llegar a sus trabajos.
Usted también menciona el gigantesco déficit fiscal de Estados Unidos y cómo se agrava debido a todas estas cuentas que deberán pagarse pero que no son reconocidas en los presupuestos. El Salvador tiene un problema similar. Si traemos al presente la deuda de pensiones, esta representa el 100 % del producto interno bruto. Desde su perspectiva, ¿qué efectos puede tener en las siguientes generaciones el que esta obligación de pagar esta deuda se arroje a futuro?
Bueno, en Estados Unidos el déficit fiscal total es 10 veces el PIB. No es el 100 %, sino el 1000 % de nuestro PIB. No hemos hecho todavía un análisis del déficit fiscal de El Salvador. Así que no sé qué tan mal o bien puede estar el país. Puede que esté mejor de lo que pensamos, porque la demografía está a favor de El Salvador. Tienes a muchas personas jóvenes que se van a incorporar al mercado laboral durante los próximos 20 años y ellas representan el 40 % de la población, personas en sus 20 años de edad. Si los números están bien, ellas van a pagar muchos impuestos y más si El Salvador logra incorporarlas al sector formal de la economía.
El Salvador acaba de hacer una reforma al sistema previsional. ¿Cómo la valora?
Mantener los beneficios de los pensionados fue un logro importante. Los dos partidos se pusieron de acuerdo, pero para que funcione necesitaron tomar una contribución de los fondos de pensiones e incorporarlos como un impuesto para asumir los pagos del sistema de pensiones y para llevar a cabo inversiones en el país. Otra parte deberían ponerla en cuentas individuales para que una computadora las invierta en 'stock markets', bonos y 'real estate market', pero con un costo cero. Así la gente no tendría que pagar este 1.9 % de su salario a estos dos bancos -las dos aministradoras de fondos de pensiones- que, hasta donde entiendo, no están haciendo nada con ese dinero, su única función es entregar una buena parte del dinero al Estado a través de la compra de estos títulos. Tal vez estén manejando un pequeña porción de ese dinero de otra manera, pero estos dos bancos no están en la posición de invertir en el mercado financiero mundial. Podrías tener una computadora que lo haga.
¿Considera que las AFP son innecesarias?
Lo que digo es que no están invirtiendo el dinero. Se lo están regresando al gobierno y están cobrando una comisión por eso. Una pequeña fracción puede estar siendo invertida de otra forma. Las AFP no están haciendo nada especial. Lo que hacen puede hacerse con un costo cero. El BID, por ejemplo, necesita un proyecto del que pueda sentirse orgulloso y ayudar a los trabajadores salvadoreños a acceder al sistema financiero internacional a cero costo, y eso puede hacerlos sentirse orgullosos. Lo pueden llamar el modelo de El Salvador y exportarlo a otros países. Las AFP no están haciendo nada especial. Hay miles de programas por los cuales el costo por invertir es cercano a cero. Pueden lograr que el BID les ayude gratis. Esos programa ya existen.
¿Qué otras opciones se le ocurren?
Otra opción es, por ejemplo, si tienes el 15 % de cotización y -digamos- decides destinar 1.5 % como una comisión que se paga a estos dos bancos, te queda 13.5 %. De ese 13.5 % podrías tomar 6.5 % como un impuesto para pagar por el actual sistema de pensiones y también para invertir en el país en educación en línea, internet para todas las escuelas y cursos intensivos de inglés. Y el 7 % restante podrías ponerlo en cuentas de ahorro individual para que una computadora lo invierta a bajo costo para el trabajador y este puede tener una cuenta de ahorro privada cuyo custodio no sea el gobierno, sino que el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo. De este modo cada trabajador salvadoreño podría tener una cuenta de ahorro individual. El dinero puede invertirse en un portafolio de inversiones diversificado y una computadora puede rebalancear el portafolio e invertirlo en 'globa tax bonds' y bienes raíces. Una vez alguien llega a los 65 años, esta persona puede acceder a su cuenta de ahorros desde cualquier cajero automático, de este modo el gobierno nunca podría quitarle su dinero a los trabajadores y le daría un incentivo a la población en el sector informal de la economía para formalizarse y pagar impuestos. De esta manera, los ahorros no se invertirían en títulos del Estado y el Estado no tendría esta deuda. Sería un ganar-ganar. El gobierno podría obtener impuestos de cada nuevo trabajador que entra al sistema y suficiente recaudación, que no es lo que actualmente sucede. La reforma de pensiones que aprobaron no es la correcta. Esta reforma puso una comisión muy alta... ¿Cuánto comenzaron cobrando estas dos AFP de los ahorros de los trabajadores?
Si mal no recuerdo comenzaron cobrando 2.7 %. Después bajó a 2.2 %. Con esta última reforma, las AFP obtienen 1.9 % de comisión.
Es demasiado. Debería ser cero y este trabajo no deberían hacerlo estas AFP, sino una computadora del FMI o del BID. De este modo, cada trabajador que paga de forma honesta sus impuestos tendría una cuenta de ahorro y podría ser una forma de reorganizar las cosas, porque actualmente la deuda se hace más grande cada día, la deuda oficial... ¿Quién va a pagar esto? Se lo están heredando a la siguiente y a las futuras generaciones. No podemos permitir esta carga para los actuales trabajadores de este viejo sistema. Eso parece que ocurre. Si esto es necesario, depende del análisis sobre qué tan grande es en realidad el déficit fiscal de El Salvador. Puede que haya buenas noticias y no necesiten tomar medidas. Sin embargo, una parte de lo que es invertido en el actual sistema de pensiones necesita ser invertido en el mercado global, no en títulos del gobierno, porque la gente no confía en que les van a devolver su dinero. Si así lo pensaran, habría más incentivos para que la gente entre al sector formal de la economía, estarían motivados a tener una de esas cuentas y pagar en su justa medida impuestos, porque su ahorro estaría seguro e invertido en el mercado global.
Kotlifoff se detiene a reflexionar sobre lo que ha dicho de las AFP. Sigue mostrándose sorprendido de que en El Salvador exista una ley que obliga a los trabajadores a entregar el 1.9 % de su salario a dos 'bancos' para que estos le devuelvan estos ahorros al gobierno, pero matiza su comentario...'Quiero asegurarme de que no digas que yo apoyo 'x' reducción de lo que reciben las AFP hasta que en realidad tenga la respuesta. No apoyo eso', dice Kotlikoff. Aunque luego vuelve a la carga y dice que los ahorros de pensiones deben invertirse en el extranjero, pero a un costo cero, no al 1.9 % que cobran las AFP.
¿Algún país ha dado ese paso de prescindir de las AFP e ir al FMI o al BID para que ayuden a administrar los ahorros para pensiones?
No exactamente así, pero podemos aprender de las medidas implementadas por Singapur. Yo diría que ellos lo han hecho de esa forma. La gente contribuye a un fondo soberano y luego colectivamente es invertido. Ellos obtienen retornos de dinero conforme a lo que aportaron. Yo diría que es el modelo Singapur. Los noruegos, por ejemplo, una parte de sus ingresos por petróleo marítimo lo invierten en un 'trust fund' (fideicomiso) y luego los fondos son puestos al alcance de los niños noruegos pero estos lo comienzan a disfrutar cuando alcanzan la edad de retiro. El Salvador podría hacer lo mismo que Singapur hizo y en 50 años la economía puede estar en mejores condiciones que las actuales. Hay mejores prácticas.
Los partidos no mostraron cómo se van a comportar los números con la reforma de pensiones.
Ese va a ser nuestro trabajo y es lo que queremos hacer. Ellos hicieron lo que tenían que hacer para seguir pagando pensiones como reducir la comisión de estos dos bancos, las AFP. Eso fue muy importante, pero es solo un inicio.
¿Qué opina del modelo de sistema de pensiones que le copiamos a Chile?
El hecho de que otros países en Centroamérica y Suramérica hayan adoptados esas políticas no significa que El Salvador deba llevarlas a cabo. Pueden estar adoptando las peores políticas públicas y no las mejores. Si las conclusiones del análisis del déficit fiscal de El Salvador resultan positivas a pesar de esta reforma de pensiones, entonces un porcentaje de ese 13 % que no se llevan las AFP debería invertirse fuera del país y otra porción debería pasar a manos del gobierno como un impuesto para que las futuras generaciones cuando crezcan no deban pagar demasiado de la deuda tan alta del gobierno. Si lo hacen, creo que El Salvador estaría en la portada del Wall Street Journal y habría más garantías para que venga inversión de Estados Unidos e inviertan en bonos salvadoreños. Si los ahorros de los trabajadores se invierten fuera, no significa que El Salvador no va a recaudar suficiente dinero. La forma más fácil de permitir que el dinero entre es permitir que el dinero salga. Así la gente tendría garantía de que si mete dinero a El Salvador, va a poder sacarlo. El Salvador estaría adoptando una contabilidad fiscal moderna y podría implementar una buena reforma de pensiones permitiendo invertir en internet, computadoras y en educación en línea para equiparar la educación de los niños. Eso convertiría a El Salvador en un país en el que se quiera invertir. Pero a lo mejor no conozco suficiente El Salvador y no me gustaría que digan que esto es lo que yo recomiendo. No lo es.
Cuando se refiere a posibles opciones, insiste en la condición de un déficit sano. En su libro usted critica a la Reserva Federal de Estados Unidos -cuyo equivalente en El Salvador es el Banco Central de Reserva-, porque no reporta todos los problemas ni las dimensiones reales del déficit fiscal en Estados Unidos. ¿Y si en El Salvador también sucede eso y la situación es más grave de lo que está siendo reportado oficialmente por el gobierno, más allá de que ya sabemos que el PIB oficial está inflado?
Por eso necesitas a una agencia independiente que haga ese trabajo. Pueden llevarlo a cabo académicos, tanques de pensamiento, personas que no estén vinculadas a partidos políticos. Nadie que trabaje en este tipo de contabilidad puede ser un miembro de un partido político. Si quieren afiliarse a uno, deben salirse de este grupo. El gobierno debe pagarle a un organismo independiente para que haga este tipo de análisis de forma rutinaria para cada ley o pieza de legislación que quieran aprobar y deben incorporar en el presupuesto los compromisos de este déficit fiscal. El Salvador podría convertirse en el primer país en hacerlo. Debería ser creíble para el presidente, la Asamblea Legislativa, los políticos, pero también para los ciudadanos, para el mundo, para la comunidad de inversionistas. Si resulta que -según la metodología de 'cuentas generacionales'- tienen un déficit fiscal demasiado grande, entonces deben hacer ajustes. ¿Por qué no aportar un fracción de ese 13 % como un impuesto? No deben dejar un recibo tan grande a los niños que vienen detrás. Los adultos deben aceptar que en el pasado fueron cometidos demasiados errores, que las políticas estaban equivocadas porque no consideraban la carga que heredaban a las futuras generaciones, y no porque lo hicieran de forma consciente sino porque no sabían qué estaban haciendo. Cuando hicieron la primera reforma, no sabían lo que significaba. ¿Cuándo la llevaron a cabo?
La reforma de pensiones fue diseñada en 1996 e implementada en 1998. Tuvieron que modificarla desde los primeros años porque no era sostenible.
Correcto, pero todavía es insostenible o quizá esté bien, pero no deberían invertir en títulos del gobierno, porque si yo tengo todo mi dinero en ese tipo de títulos implica que tengo un portafolio demasiado riesgoso y por tanto un retiro que está en riesgo. La idea es sacar dinero de esos bonos para financiar mi retiro, pero si todo está en un solo tipo de activo... ¿Qué van a hacer si El Salvador tiene un enorme terremoto y destruye la mitad del país y el gobierno no puede pagar los bonos? ¿Sabes cuántos stocks hay para invertir en Estados Unidos? Son más de 6 mil. Si piensas en el resto del mundo, probablemente haya más de 15 mil 'stock markets'. Así que tienes una diversidad de activos en los que puedes invertir.
¿Discutió con representantes del FMLN y de Arena sobre el estudio que va a realizar, que consiste en medir el déficit fiscal y en tratar de medir el impacto que va a tener en la siguiente generación?
Ellos dijeron que apoyaban esto. Si ambos partidos lo apoyan, entonces es de ellos. Me reuní también con tanques de pensamiento y con expresidentes del Banco Central de Reserva. Pediremos ayuda al FMI, porque si ellos tienen más confianza en algunas cifras del PIB... Vamos a buscar los mejores números. No importa de dónde vengan. No importa si no le gusta a la clase política de este país.
En 2016 supimos que el Banco Central de Reserva ha estado escondiendo información. Por ejemplo, una auditoría del FMI descubrió que el PIB que El Salvador reporta está inflado, que en realidad es 14.4 % más pequeño. Eso significa que la deuda de El Salvador como porcentaje del PIB no es 63 % sino mayor al 70 %. El gobierno se niega a reconocer el problema.
Si el PIB que reportan es en realidad menor, las cifras de la deuda no son significativas, porque entonces no importa que pongan dentro o fuera de los libros. Entonces no hay ningún incentivo para tomar como base el PIB, no necesitas un reporte que tome como base el PIB. Si el FMI lo quiere ver... no necesitas reportarlo, porque no te va a servir. No es un indicador útil de nada. Pero con el déficit fiscal es diferente. Deben reportarlo y deben asegurarse de que sea calculado por personas que no tengan vínculos partidarios. Solo eso necesitan reportar. Deberían reusarse a reportar la deuda como porcentaje del PIB, porque, ¿para qué quieres reportar un número que no tiene ninguna conexión con los fundamentos básicos? En este contexto, te va a hacer lucir mal y puede hacer que la carga sea mayor, ya que puede ser que en realidad tengas un aumento de tu deuda oficial del 120 % de tu PIB. Creo que es un número basura. En este caso les recomendaría lo que les diría a los italianos: no reporten su deuda, porque no es significativa.
En este tema del cálculo de las cifras, probablemente aplique lo que usted dice: 'los políticos se preocupan más por la siguiente elección en lugar de la siguiente generación'.
Creo que el análisis del déficit fiscal los va a hacer cambiar de mentalidad. Puede forzarlos a ver más allá de un periodo presidencial. Necesitan que ambos partidos piensen a largo plazo y dejen de jugar con los números. Necesitan que Arena y el FMLN se unan por una causa común: la niñez, por ejemplo. Esa es una forma de que firmen una paz permanente, porque tendrían un mismo objetivo los niños y la futura generación. Probablemente tengan sus diferencias sobre cuánto van a tener que pagar los ricos en impuestos, pero pienso que ambos partidos reconocen que si los impuestos son demasiados altos, los ricos pueden irse del país y no van a ayudar a los más pobres. Puede que se lleven sus inversiones fuera y que la situación empeore. Necesitan incentivar a los ricos para que trabajen acá, para que se queden acá y para que inviertan acá. Necesitan inversiones. Me reuní con representantes de ambos partidos ayer y hoy. Están entusiasmados y quieren participar de este nuevo análisis.
En la conferencia usted afirmó que la mejor política pública de pensiones es atender a los niños en sus primeros tres años de vida (de 0 a 3 años) con educación temprana y un adecuado cuido.
Intervenciones tempranas -entre los 0 y a los 3 años- son mejores para enseñar normas culturales, de conducta y para enseñarles a los niños a ser pacientes. Enseñarles a tener paciencia por ellos mismos entre los 0 y 3 años de edad hace una gran diferencia en sus futuros ingresos. Eso es lo que el trabajo del premio Nobel James Heckman ha descubierto en sus investigaciones que invertir temprano, entre los 0 y los 3 años, es mejor. Hay un experimento famoso con Marshmallows. A un grupo de niños los separaban y les ponían en frente un marshmallow. Si esperaban 3 minutos, les entregaban otro marshmallow. Los niños más pacientes resultaron ser aquellos a los que les iba mejor en la escuela y eso a largo plazo significaba mayores ingresos. Los niños tienen que aprender a esperar por el marshmallow. Eso no significa que hay que dejar de trabajar con los que están en noveno grado. Todos los niños necesitan laptops, buena conexión a internet y la mejor educación posible. No importa si los niños son ricos o pobres. La educación en línea, por ejemplo, puede mejorar el desempeño en el salón de clases. Puede ayudar a los profesores a hacer un mejor trabajo y por horas extras deberían poder ganar más dinero. Porque si educas a más personas, el gobierno obtiene más dinero, más ingresos. Singapur, por ejemplo, tiene PIB per capita de 70 mil dólares por persona. El de Estados Unidos es 45 mil dólares por persona. Singapur se ha vuelto más rico que Estados Unidos, a pesar de que antes era un país en vías de desarrollo. Ahora ellos están arriba de nosotros. Estoy sorprendido de lo que han logrado Singapur, de lo lejos que ha llegado.
La clase política puede que vea en los términos 'largo plazo' unas malas palabras, ya que solo piensan en la siguiente elección. ¿Cómo puede sensibilizarse a la clase política sobre la importancia de invertir en la niñez en una etapa temprana?
Creo que para cualquier adulto lo más importante son sus hijos. Si puedes demostrar de forma creíble que estás haciendo cosas por los hijos de la gente, puedes hacerlas que voten por ti. Yo creo que puedes decir: puede que yo no te esté ayudando a ti, no te daré dinero a ti, pero me aseguraré de hacer algo importante por tus hijos en esta etapa. Es un slogan ganador. Ambos partidos pueden unirse por esta causa común.
Según Unicef, el 95 % de los niños de 0 a 3 años en El Salvador no reciben educación temprana ni un cuidado adecuado. ¿Qué nos muestra estos números sobre el futuro del país?
Es algo que el país necesita resolver, pero antes necesita el dinero para hacerlo. Necesitan prestar dinero o buscar donativos de la comunidad internacional. Creo que van a poder obtener el apoyo de la comunidad cuando hayamos calculado con nuestra metodología el déficit fiscal. Me encantaría poder acompañar a quien esté en el poder ante FMI y poder decir esta es la contabilidad fiscal de El Salvador y el país puede pagar los préstamos que vienen o poder decir el país está muy mal y necesita dinero gratis, pero que se va a invertir de tal manera. El FMI sería el responsable de que haya una historia de éxito y no el fracaso perpetuo en el que están.
¿Si estas cifras tan bajas de atención a la niñez perduran, qué le espera a El Salvador?
El país nunca va a ganar. Si solo tienes el 5% de los niños recibiendo atención temprana y un número similar que llega a la universidad, El Salvador nunca va a triunfar. Necesitan que el 30%, 40% o el 50% reciban educación universitaria para triunfar. Necesitan un proyecto a largo plazo y un presupuesto a largo plazo que refleje eso.