El partido de gobierno ha echado mano al comodín de su pureza ideológica para intentar retener la alcaldía de la ciudad capital. El domingo 22, en la celebración de su 37° aniversario, el FMLN presentó a una de sus hijas predilectas como la carta para las elecciones municipales de 2018, luego del estrepitoso capítulo que derivó en la expulsión del actual alcalde de las filas del partido, Nayib Bukele, el político más popular según las encuestas, pero una figura a la que siempre se le cuestionó su falta de pureza ideológica y su falta de arraigo histórico.
La candidata a alcaldesa de San Salvador representa el extremo contrario al expulsado Bukele. El partido de gobierno sustituyó al outsider millonario, un ‘millenial’ irreverente que acumulaba popularidad para él a costa de la bandera de su partido, por una niña que combatió en la guerra. En las bases, Rivera es considerada una heroína que llegó al histórico FMLN desde su niñez, y que brilló en la Asamblea por la capacidad de defender las posturas de su partido. Como Bukele, a ella se le reconoce su poder de argumentación; a diferencia del alcalde, a ella se le aplaude su militante disciplina.
Jackeline Rivera, a diferencia de Bukele, creció literalmente en el FMLN. Su núcleo familiar hizo la guerra civil salvadoreña, y a los ocho años ella se afilió como guerrillera al más numeroso de los cinco ejércitos del FMLN, las Fuerzas Populares de Liberación (FPL).
Jackeline Nohemi Rivera nació el 29 de enero de 1971 en el municipio más pequeño de Cabañas, Cinquera. Su padre se llama Toribio Emilio Rivera y su madre, Bertilia Ávalos. Es la segunda de tres hijos. Según su perfil biográfico oficial se unió a los ocho años a las FPL, antes de que el FMLN se convirtiera en la fuerza guerrillera en la que se congregaron cinco ejércitos. Su seudónimo de guerra era ‘Glendi’.
Su padre, hoy experto en turismo, es un veterano de guerra. Antes de ser diputada, Rivera quiso ser alcaldesa de Suchitoto, pero perdió en las internas de su partido en el 2005, últimas primarias en las que había al menos tres corrientes de pensamiento. Ha sido diputada nueve de los 23 años de vida política del Frente.
Finalizado el conflicto, y con un FMLN como principal fuerza de la oposición a los gobiernos de Arena, Rivera empezó a ser conocida en el partido por su lucha contra la corriente reformista que lideraba Óscar Ortiz, hoy vicepresidente, a inicios del nuevo siglo. Quienes le conocieron aseguran que Rivera era del bando de los puristas, que miraban en los movimientos internos como el de Ortiz una afrenta al status quo que emanaba de la Comisión Política, liderada en aquellos años por el desaparecido Schafik Hándal. Aquel episodio contrarreformas culminó con la nominación de Hándal para las presidenciales de 2004, en detrimento de las intenciones del grupo liderado por Ortiz. Hándal perdió luego las presidenciales contra el locutor de radio y narrador de mundiales, Elías Antonio Saca, el último presidente de derechas.
Hay otros miembros en el partido que antes ubicarla en la corriente revolucionaria socialista, mencionan que fue una especie de ‘tercerista’, un grupo de militantes alejados de la ortodoxia del partido y de las reformas lideradas por Ortiz. En este otro bando también figuró su expareja, Gerson Martínez, el hoy presidenciable ministro de Obras Públicas.
Nidia Díaz, dirigente que estuvo en la Comisión Política que decidió la candidatura de Rivera, dice que la ahora candidata empezó a brillar ante la comandancia cuando hizo campaña a favor de la candidatura de Hándal. Lo que nadie niega es que Rivera es hoy es una de las mujeres más ponderadas por el secretario general del FMLN, Medardo González.
La guerra le impidió terminar sus estudios, los cuales reanudó con un bachillerato a los 22 años de edad. Se hizo abogada en la Universidad Tecnológica y luego dio el salto como notaria.
Rivera no es nueva en una contienda electoral. Su historia en las urnas arrancó con el altibajo de haber perdido en las internas de su partido la nominación para la alcaldía de Suchitoto, en 2005. En aquella época incluso dejó la carrera en la judicatura antes de competir por la alcaldía de Suchitoto, donde es reconocida y donde vive su familia y amigos. Antes de postularse, ocupaba el cargo de secretaria de Cámara de Segunda Instancia (encargada de dar fe de las actuaciones de un juez).
Entre el 2005 y 2009 trabajó como asesora del Tribunal Supremo Electoral y también como colaboradora jurídica de la Corte Suprema de Justicia.
Antes de continuar con su carrera política, también seguía debatiéndose por un futuro en la carrera judicial. Al periódico 102Nueve dijo que le hubiera gustado llegar a ser magistrada, pero ese plan fue interrumpido en 2008, cuando el secretario general del FMLN le ofreció una candidatura a diputada.
Su primera diputación la ganó en 2009. Al cabo de seis años, se volvió tan popular en su departamento (Cuscatlán) que en la última elección, la de 2015, Rivera fue la diputada que consiguió más votos. El partido ganó la curul con el 43.25% de los votos válidos y fue la candidata a diputada más votada con 15,728 marcas de preferencia, seguida muy de cerca por el pecenista Mario Ponce y el candidato por Arena, Alberto Romero, quienes obtuvieron 119 y 358 votos menos que Rivera, respectivamente. Ponce y Romero son dos políticos de derecha con trabajo de larga data en el departamento de Cuscatlán y quienes completan los tres escaños que tiene esa circunscripción electoral.
En la Asamblea creció y trascendió como diputada hasta convertirse en una de las principales voceras partidarias de la bancada del FMLN. Rápido dejó de ser una diputada de la llanura hasta convertirse, desde su segundo periodo, en directiva de la Asamblea. Ella ha ocupado una silla en dos comisiones: la de Legislación y Puntos Constitucionales, de la que es relatora; y la de Reformas Electorales y Constitucionales, de la que es vocal.
Los empleados de la fracción llegaron a considerarla como la próxima jefa de bancada, pero los estatutos del partido impiden que los militantes ocupen el cargo de diputados más de tres legislaturas consecutivas.
Rivera fue una de tres nombres a los que el partido consideró para sustituir a Bukele, expulsado, según el Tribunal de Ética, por promover prácticas que generan división interna, de fomentar conductas personalistas, dañar la imagen y honor de los militantes, violar los principios y valores del partido e irrespetar los derechos humanos de las mujeres.
La dirigencia del FMLN evaluó la candidatura del canciller Hugo Martínez. “Hugo es canciller de la República, brazo derecho de Salvador (Sánchez Cerén) en los temas de política exterior”, dice Nidia Díaz, para explica que Martínez fue descartado para no dejar sin cabeza a la Cancillería. Díaz también explica que se consideró la candidatura de Vanda Pignado, secretaria de inclusión social. Al repreguntarle por qué el partido no se decantó por la exprimera dama, Díaz responde: “También se vieron los pro, los contras... la salud”, dijo.
Jackeline Rivera ahora compite por la alcaldía de San Salvador con otro diputado, el arenero Ernesto Muyshondt. Su contrincante no quiso comentar si es una ventaja o desventaja competir contra Rivera en sustitución de Bukele. “Me es indiferente el cambio de candidato. Yo estoy haciendo mi trabajo territorial”, respondió. Según dijo, no va a cambiar su estrategia de campaña, aunque eso puede que no sea cierto. Hasta hace dos semanas, Muyshondt tiraba dardos contra la gestión del FMLN, pero en el blanco figuraba el rostro de Bukele.
Antes de entrar a la contienda, Rivera ha sido una diputada que reporta ingresos mensuales por 9 mil dólares y 108 mil 350 dólares como ingresos totales anuales, según su última declaración ante la sección de Probidad, presentada al inicio de la legislatura 2015-2018. En este documento, la diputada también reporta egresos -gastos de vida, pago de impuestos, deudas, etc.- por $60 mil dólares. Esto significa la posibilidad de ahorro de 48 mil dólares al año. De estos, más de 37 mil dólares corresponden a otras rentas que no tienen que ver los salarios, viáticos y bonos que recibe como diputada.
El Faro pidió a Rivera una entrevista, pero a la fecha no ha respondido a la solicitud. Al pedirle una explicación por los 37 mil dólares anuales que percibe vía otras rentas, ella respondió: 'Probidad no me ha hecho ninguna observación. Consulté con mi asesor, porque no me acordaba de los números, y si Probidad no me ha hecho ninguna llamada estoy bien', dijo.