San José, COSTA RICA. Los siete candidatos a la presidencia de Costa Rica presentes se situaron en una mesa en forma de ‘U’ en el centro de la penitenciaría, mientras que internos vestidos con camisetas, pantalones cortes o jeans colmaban las graderías para presenciar el encuentro, algo inédito en este país y en toda Centroamérica.
“Espero que se sientan en su casa”, les dijo un preso no identificado que recibió a los aspirantes presidenciales la noche del jueves 2 de noviembre en el gimnasio de un módulo moderno del centro penal La Reforma, el más grande del país, ubicado 15 kilómetros al poniente de la capital, San José.
Antes de debatir, los aspirantes pudieron interactuar brevemente con los internos de la unidad carcelaria, que alberga a presos con sentencias leves o que han tenido buena conducta durante su detención.
Costa Rica celebrará elecciones presidenciales el 4 de febrero con 13 candidatos, seis de los cuales no acudieron al debate.
Entre los ausentes estaba el abogado y exministro de Seguridad Juan Diego Castro, segundo lugar en las encuestas de opinión, quien defiende mano dura contra el crimen y critica duramente las políticas para reducir el hacinamiento carcelario.
En el debate organizado por la Universidad de Costa Rica estuvieron presentes el exdiputado Antonio Álvarez Desanti, del opositor Partido Liberación Nacional, favorito en las encuestas, así como el oficialista Carlos Alvarado, exministro de Trabajo.
Gran parte de las preguntas de los presos tenían que ver con sus opiniones sobre la política carcelaria, combate al crimen y mejorar las condiciones de vida de la población general.
El preso Jordan Solano puso en aprietos al candidato conservador Rodolfo Hernández, del Partido Republicano Social Cristiano, al preguntarle qué opinión tiene sobre las relaciones entre personas del mismo sexo y si debían tener los mismos derechos que las parejas heterosexuales.
La interna Shirley Sánchez le preguntó a todos los aspirantes qué pensaban de la población privada de libertad. En Costa Rica los presos pueden ejercer el voto.
El aspirante Óscar López, del Partido Accesibilidad Sin Exclusión, arrancó aplausos de los presos al responder que muchos de los que están detenidos no deberían estarlo, mientras que muchos grandes evasores de impuestos deberían estar presos.
Datos del Ministerio de Justicia indican que Costa Rica, un país de 5 millones de habitantes, tiene una población penal de 36,038 presos en diferentes grados de detención.
La mayoría de las cárceles del país presentan condiciones inadecuadas y el hacinamiento históricamente ha sido de más de 50 %, aunque el actual gobierno ha dicho que lo redujo a 28 % con la construcción de nuevas prisiones y la política de penas alternativas.
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