La despenalización del aborto en dos causales no ocurrirá en 2018. O al menos eso cree el diputado Johnny Wright, convertido desde hace un año en uno de los protagonistas a favor de la reforma.
Cuando solo queda una sesión plenaria de la legislatura 2015-2018, Wright rememora con nostalgia cómo es que el 11 de abril estuvieron a punto de lograr un hito, con un movimiento de diputados de derecha e izquierdas que estuvo a punto de lograr la mayoría simple (43 votos) que requiere una reforma a la ley penal. Desde 1997, El Salvador en uno de los países con una de las legislaciones más duras contra esta práctica en América Latina.
El penúltimo intento de Wright y compañía fue el culmen de una campaña que arrancó desde octubre de 2016, cuando la diputada Lorena Peña, del FMLN, introdujo una reforma para despenalizar el aborto en cuatro causales: cuando la vida de la mujer gestante está en riesgo, cuando una adulta resulta embarazada víctima de una violación, cuando una menor de edad queda embarazada víctima de una violación y cuando el feto tiene una malformación que lo hace inviable con la vida.
Esa campaña tuvo un punto de quiebre en agosto de 2017, cuando Wright -un diputado de derechas, un diputado de Arena, el partido que creó la ley antiaborto de 1997- sorprendió a propios y extraños con una maniobra que alteró el tablero en la discusión. Para desentrampar el debate y alejar la oposición que generaba la propuesta del FMLN, Wright introdujo una segunda propuesta que buscaba conciliar posturas en torno a dos de cuatro causales (cuando corra peligro la vida de la madre y cuando una menor de edad ha sufrido un embarazo producto de una violación). Con esta segunda propuesta nació una alianza entre diputados de izquierdas y derechas, que cabildeó desde agosto de 2017 el escenario de una votación que se pospuso para el cierre de la legislatura. Según Wright, los diputados que se comprometieron con la reforma no querían pagar un costo político dando sus votos antes de las elecciones legislativas de marzo pasado.
Luego del proceso electoral, la alianza se reactivó y se programó una eventual votación para la plenaria del 11 de abril. Ese día, Wright y su equipo cabildearon apoyos con diputados de Arena, Gana y PCN. Y no fueron los únicos: un grupo de mujeres a favor de la despenalización conformado por las empresarias Paula Ávila, Claudia Cristiani (hija del expresidente Alfredo Cristiani, fundador de Arena), Alexandra Araujo de Sola, Adriana de Altamirano y la documentalista Marcela Zamora también acudieron al pleno para apoyar la moción. De Sola y Cristiani incluso acompañaron a Gabriela Trigueros -jefa de staff del diputado Wright- para cabildear votos con algunos diputados. El objetivo era lograr convocar a la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales en esa sesión plenaria para aprobar un dictamen. La votación se cayó, explica ahora Wright, por la ausencia de algunos diputados que no asistieron a esa sesión plenaria, incluidos algunos diputados del FMLN.
Una semana más tarde, el panorama cambió y la presión de los grupos antirreforma hicieron cambiar la postura de aquellos que ya estaban convencidos, dice Wright. Para la plenaria del miércoles 18, la iniciativa se encontró con una fuerte presión de organizaciones provida, acuerpadas por el Arzobispado de San Salvador, que tres días antes, el domingo 15, organizó una recolecta de firmas en contra del aborto en las iglesias de la diócesis. Al final de las misas, los monitores pedían a los feligreses que apoyaran la petición del arzobispo José Luis Escobar Alas, para “evitar el ABORTO en El Salvador”.
A esta penúltima plenaria acudieron representantes de la organización “Sí a la vida” junto a líderes de iglesias evangélicas y un grupo de estudiantes de colegios privados. Acompañados por el diputado Antonio Almendáriz, del PCN, presentaron libros con más de 21 mil firmas en contra del aborto. Las firmas fueron recibidas por el presidente de la Asamblea, el diputado Guillermo Gallegos, quien además sentenció que su partido no acompañaría la reforma.
El FMLN, la bancada que más votos puede aportar en esta legislatura a favor de la reforma (31), guardó silencio en las plenarias del 11 y el 18 de abril.
Hace dos semanas, la despenalización del aborto en dos causales parecía un hecho consumado, pero ahora parece un imposible. ¿Qué cambió de dos semanas para acá?
Creo que eso va más allá de dos semanas. La primera propuesta que se presentó en esta legislatura fue la de las cuatro causales de Lorena Peña. Luego el tema se estancó y se engavetó. La propuesta que yo planteé, hace casi un año, tenía como objetivo retomar el tema. Identificamos a unos colegas que no estaban de acuerdo en acompañar con las cuatro causales y la propuesta venía más básica y reducida. Lo que se quería lograr era más apoyo. Ciertamente, en esta última semana, se han intensificado los esfuerzos de poder lograr un dictamen y no hemos logrado tenerlo.
¿Por qué esperaron hasta el final de la legislatura para intentar aprobar el dictamen?
Seis meses previos a que terminara la legislatura queríamos impulsar una votación, pero fue algo que se ha ido postergando. Hemos ido haciendo cabildeo, pero ha sido difícil. Que estemos a última hora no quiere decir que no se ha trabajado anteriormente.
¿Tenían asegurados apoyos?
Hubo compromiso y apoyo de algunos colegas, pero solicitaron esperar a que pasaran las elecciones. Recordemos que muchos diputados ven un alto costo político en adoptar una postura pública sobre el aborto porque dentro de la misma sociedad es un tema tabú. Con las elecciones cerca, se tomó la decisión de no apoyar hasta después de las elecciones. Ahora vemos una nueva correlación para 2018-2021, mayoritariamente de derecha, y por eso redoblamos esfuerzos en este poco tiempo que nos queda.
¿Este miedo a votar a favor de la despenalización viene de todas las fracciones o de alguna en específico?
Es generalizado. Inclusive el FMLN, que creo que públicamente se había comprometido a dar sus votos para apoyar la despenalización del aborto, no ha estado completo en las últimas semanas.
Lorena Peña presentó la primera propuesta y en estas últimas dos semanas no ha bajado al pleno. ¿Ha interferido esto?
Esa pregunta sería para Lorena Peña.
¿Influyó la presión de los grupos provida para que se cayera la votación?
Creo que la movilización de grupos que están manifestándose para que la prohibición absoluta se mantenga como ley, indudablemente genera presión. Por ejemplo, las columnas de opinión y los medios televisivos que desde el lunes entrevistaron a personas que han estado hablando del tema. A mí no me ha provocado un cambio de postura; mantengo que la despenalización del aborto en nuestro país en las causales planteadas es necesaria.
Se comentaba que ya se tenían votos de Gana y PCN, pero Guillermo Gallegos dijo públicamente que su fracción no votará a favor. Entendíamos que Gana o diputados de Gana votarían a favor. ¿A qué conversaciones se ha llegado?
En público se puede manejar un discurso; en privado, otro. El cabildeo y la búsqueda de apoyo ha sido de manera sumamente privada. No ha sido de manera abierta porque los espacios de debate o el debate que se puede generar es sumamente hostil. En algunos casos, han habido posturas que se han manifestado públicamente y que no han sido las mismas que se han sostenido en privado. Diría que todo depende de tu audiencia.
¿Entonces, sí se manejaban los votos de GANA y del PCN?
Yo le diría que se manejaban votos individuales de todos los grupos parlamentarios, incluido el mío.
¿Qué pasó con estos votos?
No ha habido un retiro formal o un rechazo, lo que ha sucedido es que, en primer lugar, nos hemos quedado cortos de tiempo. Simple y sencillamente no están los votos, casi que nuevamente volvemos al tema del costo político. Ellos no se quieren quemar públicamente para algo que piensan que ni va a pasar. Si se hubiese establecido que había una clara posibilidad de lograr la mayoría simple en el pleno, con mayor seguridad alguno que otro se hubiese atrevido. Pero, al ver con poca certeza la posibilidad de una votación y sobretodo con la bancada del FMLN incompleta, es evidente que no se lograron los votos.
¿Quiénes son esos votos?
Ya se había mencionado antes que en esta plenaria ni en la anterior estuvo presente la vicepresidente Lorena Peña. Y en la plenaria anterior tampoco estaba presente el presidente de la Asamblea Legislativa.
¿Contaban con el voto de Guillermo Gallegos?
No en firme, pero ciertamente el presidente Gallegos ha tenido la apertura de sentarse con los grupos, como lo hizo ahora con las organizaciones provida para escuchar. Y debo de decir que tiene algo de mérito porque hay personas que ni siquiera están dispuestas a escuchar opiniones contrarias.
¿Qué otros votos se han retirado de Gana?
Yo no diría que se han retirado formalmente. Para empezar, el dictamen de la comisión de legislación debe de contar con un mínimo de cinco firmas porque son nueve integrantes. Ese es un prerrequisito. Luego se da la oportunidad de introducir una pieza y pasar una dispensa de trámite, pero yo veo bastante delicado, en un periodo interparlamentario con un tema tan sensible, pasar una reforma con dispensa de trámite.
¿Tenían firmas de Gana para la dispensa?
Ninguna porque no se concretaron. Yo no vi ningún dictamen firmado.
¿Este tema queda sepultado de acá hasta el 2021?
Me gustaría creer que no, pero si fuese a apostar creería que muy difícilmente se va a poder mover en la próxima legislatura. Yo veía esta coyuntura como la mejor posibilidad que se ha tenido en mucho tiempo, por el apoyo internacional que se tenía de parte de diferentes organizaciones, el acuerpamiento de diferentes embajadores y también los casos de Teodora, Carmen, Paty, que fueron condenadas por homicidio agravado y han sido liberadas. Estos casos han sumado de manera positiva al debate. He visto que las organizaciones feministas desistieron de empujar por lo máximo (las cuatro causales). Aquí ni siquiera hemos planteado una despenalización total o inclusive de derechos reproductivos, hemos abordado un esquema sumamente básico y reducido. Creo que el pragmatismo y la madurez que conlleva de parte de ellas de aceptar un mínimo, como un paso importante y relevante, es también algo sumamente positivo.
¿Traer a un grupo de mujeres que buscaban la despenalización del aborto la semana pasada fue un error?
No creo. En la plenaria anterior, dado a los tiempos y el trabajo que se había hecho, existía la mejor posibilidad para que se pasara y por supuesto que vinieron a hacerse sentir como una fuerza de apoyo. Pero no considero que haya sido un error o un fallo de cálculo. Sí fue bastante sorprendente que hubo tantas ausencias ese día (de diputados). Eso no se esperaba.
¿Ha recibido presiones o amenazas internas por su propuesta?
Internamente, en el grupo parlamentario, ha habido cero debate sobre el tema. Para la fracción es un tema cerrado y que, a criterio de los colegas, está claramente establecido en los estatutos y principios del partido. Amenazas personales se recibe, cualquier cantidad de comentarios en redes sociales. Esto podría verse como el tema del costo político, pero yo no me siento amenazado. Esto es una democracia y escuchar los argumentos es parte de todo.
¿Arena está negociando votos en contra de la despenalización para que GANA tenga una parte de la presidencia?
De eso no tengo conocimiento, pero podría ser. Sobre debates o discusiones del grupo parlamentario de la próxima legislatura, prefiero no ser parte de esas discusiones porque no me competen.
¿En caso de regresar en el 2021, y que la despenalización no haya pasado, sería este tema una promesa?
No creo que haya que esperar hasta el 2021. Me comprometería como ciudadano, sin cargo público, a continuar trabajando en lo que yo pueda para apoyar esta causa. Desde donde sea es un tema importante que para mí es prioritario, independientemente de los costos políticos, de los tiempos. Hay quienes dicen que este no es el momento. Creo que nunca será el momento preciso, pero a mí sí me gustaría continuarlo.