Columnas / Cultura
Narradores mundialistas: lo mismo de siempre y el factor sorpresa
Oír a algunos narradores deportivos de la televisión nacional es, a veces, más frustrante que haber apostado en la quiniela de la oficina por Willy Caballero como mejor portero. No todos ni siempre causan esa sensación, que conste. Los hay sobrios y correctos, como Jaime Vilanova, por ejemplo. También otros tienen momentos de lucidez. Sin embargo, está claro que esa no es la norma y que Fernando Palomo difícilmente tendrá sucesor salvadoreño en las próximas ediciones del videojuego de la FIFA. Les falta novedad, les sobra imprecisión. Muchos son próceres de lo obvio y, desde que las redes sociales nos desnudan las cifras sin necesidad de terceros, quedan más expuestos al error. Al menos eso es lo que he percibido tras ver por Canal 4 la mayoría de los partidos de Rusia 2018 (el resto los oí en la KL, como verán más adelante).

Fecha inválida
Willian Carballo

Oír a algunos narradores deportivos de la televisión nacional es, a veces, más frustrante que haber apostado en la quiniela de la oficina por Willy Caballero como mejor portero. No todos ni siempre causan esa sensación, que conste. Los hay sobrios y correctos, como Jaime Vilanova, por ejemplo. También otros tienen momentos de lucidez. Sin embargo, está claro que esa no es la norma y que Fernando Palomo difícilmente tendrá sucesor salvadoreño en las próximas ediciones del videojuego de la FIFA. Les falta novedad, les sobra imprecisión. Muchos son próceres de lo obvio y, desde que las redes sociales nos desnudan las cifras sin necesidad de terceros, quedan más expuestos al error. Al menos eso es lo que he percibido tras ver por Canal 4 la mayoría de los partidos de Rusia 2018 (el resto los oí en la KL, como verán más adelante).

Veamos. A veces, para divertir, tienen la delicadeza del portugués Pepe en el área. Para el partido que pitó el salvadoreño Joel Aguilar Chicas entre Corea del Sur y Suecia, el comentario de uno de ellos tras ver la imagen de un aficionado asiático reclamando con harta furia un penal fue: “¡Ahí sí abre los ojos!”. Su compañero cuchicheó entre risas medio minuto. Y estoy seguro de que muchos lo hicimos en privado. La pregunta es: ¿es correcto que un comunicador se exprese al aire así? No.

Luego, más allá de los exagerados memes, sí es cierto que el análisis de algunos de ellos es más obvio que Neymar fingiendo lesiones tras el beso de una hormiga. “El encuentro no termina hasta que el árbitro pite el final”, “el técnico de Alemania sabe que está cayendo ante Suecia”, y así. Vamos, que a este paso, nos van a terminar por contar que nuestro futbol es un cadáver. Otra obviedad, pues.

Además, el lenguaje que ocupan suele ser pobre. Los goles de Lukaku y Hazard con Bélgica ante Túnez eran descritos con el rebuscado “espectacular” o el originalísimo “impresionante”. No sé si los comentaristas estuvieron tomando clases con el video filtrado de Zague, pero “impresionante”, además de impreciso, es poco imaginativo. Y cómo olvidar el clásico “factor sorpresa”. Se trata de la muletilla favorita cuando hay poca idea de qué es lo que puede pasar con el desarrollo del partido y algo deben decir para no dejar un bache: ¡factor sorpresa!

Por último, además de los evidentes problemas que causan los apellidos árabes o suizos, quiero detenerme en la pasión. Más bien, en la falta de ella. ¿No han visto – u oído en radio– a Víctor Hugo Morales? ¿A Tapia? ¿A Alfredo Martínez? Me queda la sensación de que a los locales les das el segundo gol de Maradona contra Inglaterra en el 86 y lo narran como si Yuvini Salamanca acabara de marcar al Metapán en la tercera fecha del torneo local. El futbol es pasión, barriletes cósmicos, extraterrestres que no sabemos de qué planeta vinieron. Y de eso falta mucho acá.

Goooool de KL

Los restantes partidos los he oído en la radio. Y déjenme decirles: YSKL, la emisora salvadoreña con los derechos para transmitir el mundial de la FIFA, se ha refrescado para bien. Ha tenido “factor sorpresa”, dirían los del 4.

Desde que su anterior director de deportes, Raúl Beltrán Bonilla, partió a la Asamblea Legislativa a gestionar beneficios para los buseros (entre otras urgencias), la capitanía la tomó Carlos Aranzamendi. Su llegada coincidió con la previa y el desarrollo del torneo mundialista. Desde entonces, “la poderosa” ha tenido lo que la selección de Argentina no termina de asimilar: renovación.

Un breve contexto. La KL es una de las emisoras de la vieja guarda en el dial salvadoreño. Vigente desde 1956, su 104.1 FM aún emite aquellas voces de esmoquin, limpias y a la vez potentes como un cañonazo. Y aunque ha empezado a incluir locutores jóvenes y programas dirigidos a las nuevas audiencias, uno no deja de imaginarse a esta radio como un señor con sombrero y tirantes que va por ahí moviendo el bastón al ritmo de la Billo's Caracas Boys o Ray Conniff.

En el fútbol le pasa lo mismo cuando transmite la liga local. O le pasaba. Hasta antes de Rusia, los conductores de su estelar programa Gol de KL contaban los partidos anclados en los ochenta. La transmisión sonaba vieja, desfasada. Los narradores vivían atentos ante un Beltrán Bonilla que no amagaba con coscorronearlos en público –metafóricamente hablando, claro– cuando se equivocaban y su estilo para describir las acciones era más aburrido que el look con el que el diputado Carlos Reyes fue –con goce de sueldo– a ver un partido del mundial.

No sé si ese equipo humano y ese estilo volverán una vez regrese la liga salvadoreña, pero en Rusia 2018 la KL apostó diferente. Se ha abierto a voces con peso en el medio. Cristian Villalta –que ya sale en más programas de televisión y radio que la Tía Bubu– aporta análisis; mientras que Eugenio Calderón –cuyo tono iracundo y estilo cada día más amargado puede resultar cansino– genera una necesaria crítica sin ambages y una desbocada pasión que es, cuando menos, urgente en un país donde El pájaro picón nos marea y nos inyecta de amnesia cada cuatro años. Además, tiene en cabina a un árbitro local y a ex jugadores para evaluar el trabajo en el campo. Algo que, por cierto, le vendría muy bien al 4 en sus narraciones en directo.

Así nos va en el futbol, así nos va en el mundial al que no vamos. Ojalá que, por el bien de los que no tienen televisores en la oficina o de aquellos a quienes los partidos los sorprenden en el carro, la KL mantenga el nivel. Y sobre todo, ojalá que el 4 “abra bien los ojos” (parafraseando aquel célebre momento del Corea-Suecia) y nos tenga guardado algún factor sorpresa para lo que falta del torneo. ¿A poco no?

Estudios de transmisión de la Copa Mundial de Rusia 2018. en la Radio YSKL. Foto Víctor Peña (El Faro).
Estudios de transmisión de la Copa Mundial de Rusia 2018. en la Radio YSKL. Foto Víctor Peña (El Faro).

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