Imagine la situación: inicios de los ochenta, plena guerra civil en El Salvador y, en uno de los campamentos guerrilleros de la franja norte de Morazán, dos grupos de hombres se retan a jugar un mascón. En esas están cuando a lo lejos se oye el motor de un helicóptero de la Fuerza Armada de El Salvador, un Bell UH-1H de los donados por Estados Unidos. El partido se interrumpe, y todos corren a esconderse... hasta que pasa la amenaza. Luego, reanundan el juego como si nada.
Este material se ha conservado gracias a la labor del Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI), una iniciativa ciudadana abanderada por Carlos Henríquez Consalvi, surgida tras la firma de los Acuerdos de Paz, que se dedica a 'rescatar, conservar y difundir nuestras fuentes historiográficas para colocarlas al servicio de estudiantes, investigadores y público en general que desee conocer la historia contemporánea y la cultura de El Salvador'.