La tradición de llenar el álbum del mundial tiene en El Salvador no menos de 40 años y sigue viva en el Centro Histórico de San Salvador, aunque los precios actuales de las tarjetas, prohibitivos para algunas economías, dificulta cada vez más ser fiel a esta tradición cuando se forma parte de estratos sociales más desfavorecidos. Iván Cruz, un lustrabotas de 54 años, llena los álbumes desde la Copa Mundial de Argentina 1978 y está intentando terminar el de este año, algo que le costaría 105 dólares si no le saliera siquiera uno repetido. En la calle Rubén Darío hay puestos que ayudan a coleccionistas como Iván a completar sus álbumes, ya que venden las tarjetas escogidas; algo más caras, pero con la certeza de que uno obtendrá al jugador deseado.