El Faro tiene desde el viernes 1 de junio una defensora del lector, con lo que pretende sistematizar el diálogo con su audiencia, abrirse más al escrutinio público y facilitar la transparencia de los procesos editoriales del periódico. La posición la ocupará, por un periodo de entre uno y tres años, la periodista chilena Mónica González, maestra de la Fundación García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) y directora del prestigioso Centro de Investigación Periodística de Chile (Ciper).
El Faro es el primer medio en Centroamérica en crear una defensoría del lector, una figura con larga tradición en el periodismo internacional pero que ha caído en desuso en los últimos años. Desde su nueva posición, totalmente independiente de la redacción, González fiscalizará el trabajo periodístico de El Faro, y responderá los cuestionamientos de los lectores en publicaciones periódicas destinadas a analizar y señalar errores o deficiencias en la cobertura del periódico, tanto en el tratamiento de los temas como en su apego a los cánones éticos del periodismo.
Los lectores de El Faro podrán comunicarse directamente con González a través del correo electrónico [email protected], al que solo ella tendrá acceso, aunque desde la redacción del periódico se le harán llegar también, de forma regular, las críticas o quejas que se reciban a través de mensajes directos en redes sociales u otras vías. Será González quien decida qué reclamos atender o qué temas abordar en sus artículos como Defensora, y tendrá autoridad para exigir a los periodistas, editores o dirección de El Faro la información o explicaciones que considere necesarias para evaluar el desempeño de la redacción. El resultado será una auditoría permanente del trabajo de El Faro y una reflexión transparente sobre el funcionamiento de sus procesos editoriales. Las opiniones de la defensora del lector no representarán la postura editorial del periódico, ni estarán sometidas a esta.
La Defensoría del lector se regirá por un reglamento que está desde hoy a disposición del público. En él se establece que la defensora tiene la obligación de publicar sus conclusiones al menos una vez al mes, aunque podrá hacerlo todas las veces que lo considere necesario. El objetivo que persigue es representar y defender a los lectores, y transparentar la forma en el que el periódico toma sus decisiones editoriales.
'Me encanta que estemos inaugurando una nueva figura en tiempos de grave crisis de democracia. Porque hoy día el defensor del lector es una herramienta para hacer del periodismo el mejor periodismo en servicio de la democracia, en defensa de los lectores para mejorar su vida, para que tengan confianza en el periodismo que si se equivoca, asume sus costos, no solo pide perdón', dijo González el pasado 19 de mayo en San Salvador, en el evento de presentación oficial de la Defensoría de El Faro, que sirvió de clausura a la más reciente edición del Foro Centroamericano de Periodismo (ForoCAP).
González señaló que el trabajo de una defensoría del lector ayuda a reforzar la credibilidad del medio, en la medida en que mueve a este a investigar los temas que tocan el corazón de las sociedades y que mejora su calidad de vida: 'El verdadero reto del periodismo hoy día es encontrar aquellos hechos que los ciudadanos ni siquiera han detectado y menos percibido', dijo.
En su presentación, González también insistió en que el periodismo de calidad es imprescindible para fortalecer la democracia en América Latina. 'En estos tiempos en que la cocina periodística se pone en peligro por recortes presupuestarios, porque al señor Trump se le ocurrió –bienvenido sea- ponernos como enemigos principales, debemos dar esa gran batalla, mostrar que somos dignos, que somos útiles, que somos militantes de la democracia y de la calidad de vida en un continente en el que la democracia va en retirada y no nos damos cuenta', dijo.
Mónica González nació en en Santiago de Chile el 24 de octubre de 1949. Tras el golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende en 1973 se exilió a Francia. Regresó a Chile cinco años más tarde para volver a ejercer como periodista de investigación en diversos medios para los cuales investigó la corrupción del régimen de Augusto Pinochet, por lo que sufrió detenciones y tortura. En 2007 fundó el Centro de Investigación Periodística (Ciper) y es desde entonces su directora. Entre los premios recibidos por González a lo largo de su carrera destacan el Louis M. Lyons que otorga la Universidad de Harvard, el María Moors Cabot de la Universidad de Columbia o el Premio Unesco a la Libertad de Expresión.
El director de El Faro, José Luis Sanz, considera que el nombramiento de González ampliará los espacios de diálogo que el medio ya tiene con sus lectores y ayudará a sistematizar el debate sobre los errores que cometa el periódico. “En El Faro hemos creído siempre en la vieja figura de la defensoría del lector, y creemos que cobra, en estos nuevos tiempos, un nuevo valor', dice Sanz. 'En el contexto actual, en el que hay redes sociales, en el que hay muchísimas formas de tener feedback de los lectores, una defensoría del lector tiene más valor que nunca como un espacio de diálogo articulado, reconocible y comprensible”.
Sanz explica que la imposibilidad moderar de forma eficaz los espacios de comentarios a pie de artículo llevó al periódico a cerrarlos en 2015: “A El Faro no le sirve abrir un buzón de reclamaciones a las que no logra responder, ni descansar en las redes sociales o largos hilos de comentarios, espacios en los que cada quien desahoga sus opiniones pero la mayoría de las veces no se genera una conversación con sentido”, dice. “Por eso el periódico, sin dejar de dialogar en redes sociales, ha apostado en los últimos años por tener encuentros mensuales con sus lectores y abre ahora la defensoría, que nos fiscalizará con dureza pero permitirá también a los lectores conocer nuestros argumentos y razones”, agregó.
Durante el ForoCAP, el director de la Fundación Gabriel García Márquez, Jaime Abello, celebró la decisión de El Faro de crear una defensoría del lector. 'El Faro está dando un paso que vamos a seguir con enorme atención, porque para mí muestra la decisión de innovar, es un experimento que creo que va a marcar una pauta porque, en medio del ruido de las redes sociales, es algo de enorme valor que una persona experimentada, responsable, se tome el trabajo de volver sobre los trabajos periodísticos con espíritu constructivo', dijo Abello. La FNPI existe desde 1998 y ha sido el espacio de formación periodística por excelencia en todo el continente americano.
Nuevo equipo editorial
El Faro también reestructuró el pasado 1 de junio su equipo de jefatura editorial, que desde la salida de Ricardo Vaquerano en diciembre de 2017 ha estado exclusivamente en manos de Daniel Valencia, uno de los periodistas de más trayectoria en el periódico y editor desde hace tres años. Junto a él, y con el objetivo de reforzar los controles de calidad ya existentes, se incorpora ahora a las responsabilidades de edición el periodista Óscar Martínez, miembro del equipo de El Faro desde 2009 y en los siete últimos años coordinador de la Sala Negra, sección especializada en la cobertura de violencia y crimen organizado en Centroamérica.
Martínez es autor de los libros Los migrantes que no importan -traducido al inglés como The Beast- y Una historia de violencia: vivir y morir en Centroamérica. Ha recibido múltiples premios periodísticos, entre ellos el María Moors Cabot y el Premio internacional a la Libertad de Prensa del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).
Tras este nombramiento, la jefatura editorial de El Faro recaerá en el director del periódico, José Luis Sanz. Valencia mantendrá bajo su responsabilidad el núcleo principal de la redacción, y Óscar Martínez estará a cargo a partir de ahora de una nueva sección que se denominará La Sala, y que nace de una transformación de la antigua Sala Negra. La nueva sección, que funcionará como una unidad de investigaciones especiales con impacto transversal en todo el periódico, ya no se dedicará exclusivamente a la cobertura de violencia sino que ampliará su trabajo de largo aliento y periodismo narrativo al resto de ejes temáticos que cubre El Faro: política, transparencia, desigualdad, impunidad, memoria histórica y cultura.