Bronnitsy, RUSIA. En Bronnitsy nadie habla español pero todos conocen a Lionel Messi. Y no sólo porque el argentino sea una de las figuras en la Copa Mundial de Rusia 2018, sino porque el artista urbano Sergey Erofeev lo retrató con una obra que se ha convertido en uno de los reclamos turísticos de esta pequeña localidad rusa.
Bronnitsy, de alrededor de 20 000 habitantes y a unos 55 kilómetros de Moscú, recibió este sábado a la Albiceleste con fuertes medidas de seguridad y poco ambiente, pero con un gigantesco mural de la Pulga que corona la calle Ulitsa Sovetskaya, el eje principal de esta ciudad.
“Cuando estaba pintando a Messi, estaba pintando a una leyenda de mi tiempo. Messi es uno de los mejores jugadores”, dice orgulloso Sergey Erofeev, de 29 años y aún con restos de pintura en sus pantalones.
Sin rastro de argentinos en las calles, nadie diría que Bronnitsy va a ser el campo base de una de las selecciones favoritas para ganar el Mundial, a pesar de que la localidad se engalanaba durante el día con carteles y arcos de “Bienvenidos”. El grafiti de Erofeev, que ocupa toda la fachada de un edificio, es el elemento que pone el polo a tierra.
Sonriente y feliz porque su arte se dé a conocer, Sergey Erofeev tiene un sueño: conocer a su ídolo. “Me gustaría que Messi viniera a conocer mi obra”, afirma en un español muy rudimentario, recién aprendido.
Sergey Erofeev, originario de la periferia de Moscú y conocido por otros trabajos por toda la ciudad, ganó un concurso para poder replicar una foto de la Pulga al lado del campamento base de los albicelestes.
De origen humilde, Sergey Erofeev se muestra cercano y afable. Alegre. Visiblemente tímido, va tomando confianza al mismo ritmo que va llegando gente, curiosa y expectante por conocer al artista.
“Messi es el mejor, tiene muchos Balones de Oro y Botas de Oro. Aquí está la base de Argentina, por eso lo pinté aquí”, añade con la ayuda de una profesora de inglés, convertida en improvisada traductora.
Un hombre se para y se toma una foto con Messi de fondo. Otro se sube a la grúa amarilla con la que trabaja Sergey, que ultima los detalles para que todo esté listo por si llega el astro.
Argentina aterrizó este sábado a última hora, luego de finalizar su preparación en Barcelona, donde se encontraba desde el 31 de mayo. Nada más pisar el aeropuerto de Moscú-Zhukovski, en las afueras de la capital, se han dado cuenta de las diferencias con la ciudad catalana.
De las altas temperaturas a orillas del mar Mediterráneo pasará al frío y a la lluvia persistente de Rusia, que no dan tregua ni al borde del verano.
Ya en el autobús, pasarán por la emblemática catedral del Arcángel Miguel, el lugar más característico de Bronnitsy, antes de llegar a la obra de Sergey Erofeev, que rivaliza con ella estos días.
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