“Nicaragua no está en un estado de normalidad; estamos en la etapa de criminalización de la protesta”

16/08/2018 Enrieth Martínez y Alejandra Blanco son dos de los cientos de estudiantes nicaragüenses que tomaron un rol activo en la crisis social y política que ha dejado en Nicaragua más de 300 muertos. Ambas abandonaron sus aulas de clase para acompañar las protestas de la ciudadanía contra el régimen presidencial Ortega-Murillo; ahora forman parte de la Coordinadora Universitaria por la Democracia y la Justicia, una de las tantas organizaciones sociales que han surgido en medio del conflicto. 'Es imposible ser indiferente a procesos sociopolíticos que llevan a la negación del respeto de los derechos humanos de tus compañeros. Se piensa que la crisis explota con lo del seguro social, pero la verdad es que muchas personas, y me incluyo, nos sumamos a la calle cuando nos dimos cuenta de la ola de represión (...) La realidad nos superó a nosotros mismos', cuenta Blanco. 'Más que yo tomar el liderazgo, el liderazgo me tomó a mi. Yo terminé involucrándome y asumiendo responsabilidades, justamente por lo que decía Alejandra. Me di cuenta que eran mis amigos los que estaban allá afuera, eran amigos que luchaban por causas que eran totalmente justas', agrega Martínez. En la portada de El Faro Radio, ellas cuentan cómo se están organizando los movimientos estudiatiles en el país centromericano, cómo se están financiando, por qué no se les debe considerar 'terroristas', cuáles son sus exigencias y en qué fase está la crisis. 'Nicaragua no está en un estado de normalidad; lo que ocurre es que estamos en la etapa de criminalización de la protesta y de los actores que han estado vinculados directamente a estas sinergias sociales. Entonces, vos mirás que no hay una represión a nivel masivo pero sí hay represalias focalizadas', señala Blanco. Según los reportes de diferentes organizaciones de la sociedad civil, 400 personas han sido apresadas por fuerzas de seguridad del Estado por estar vinculadas a las protestas ciudadanas.