No solo fue el hecho de perder casi un año y medio de su vida encerrado. La pérdida de libertad es el menor de los problemas en el sistema penitenciario salvadoreño. Hay otros más graves: Daniel Alemán fue torturado por policías, sufrió dos intentos de violación, tuvo que dormir y comer a la par de un tragante donde constantemente se vertían meados y pasó algún tiempo amarrado a una pesa. Alemán fue arrestado en enero de 2017, cuando tenía 21 años y jugaba fútbol en la cancha de su colonia. Lo acusaron de tener varias porciones de droga y, luego, de haber participado en una extorsión pandillera. En junio de 2018 fue absuelto de todo. Gracias a activistas y familiares, el caso adquirió notoriedad nacional y dejó al descubierto muchas pistas que apuntaban a corrupción policial. Desde que salió de prisión, Alemán vive escondido en el interior del país por temor a represalias. Desde ese lugar, aceptó recibir a El Faro y contar su calvario.