La de esta madrugada ha sido apenas la primera sentencia de los cuatro procesos penales que la Fiscalía Especial contra la Impunidad con el apoyo de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), promueven desde 2015 en contra de Baldetti Elías por casos de corrupción cometidos mientras gobernó el país junto al expresidente Otto Pérez Molina, quien también enfrenta a la justicia por hechos similares.
Además de este caso, que la prensa dio en llamar “Agüita Mágica”, por la milagrosa sustancia que Baldettí y compañía pretendía vender al Estado para sanear las aguas del lago de Amatitlán —que resultó ser agua con sal—, la exvicemandataria también es procesada por los casos de La Línea, Cooptación del Estado y TCQ, los cuales se encuentran empantanados por las decenas de recursos que las defensas de los implicados han interpuesto en los tribunales que los conocen. También es reclamada en extradición por la justicia de los Estados Unidos, que la acusa de narcotráfico.
En su sentencia, el Tribunal de Mayor Riesgo C, presidido por el juez Pablo Xitumul, señaló a los procesados de haber actuado “en asociación ilícita” con la realización de “actos grotescos” para defraudar al Estado, con una supuesta fórmula para descontaminar el lago de Amatitlán, la cual resultó ser “agua con sal y claro”, dañina para la salud.
Durante el juicio, la Fiscalía demostró que los procesados integraron una estructura criminal liderada por la exvicepresidenta, quien se aprovechó de su posición de poder para, a finales de noviembre de 2014, otorgar un contrato por 137.8 millones de quetzales a la empresa israelí M. Tarcic Engineering Limited, para que proveyera a la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Amatitlán, de una fórmula química compuesta de extractos vegetales, supuestamente capaz de depurar las contaminadas aguas del lago. Antes de que estallara el escándalo mediático que dio al traste con la estafa, en marzo de 2015, el Estado pagó a la compañía —cuya oficina funcionaba en un taller de endereza y pintura— 22.8 millones de quetzales por los primeros 23.000 litros del “agüita mágica”.
De los 186 meses de prisión que Baldetti deberá purgar por esta sentencia, la justicia deberá restarle los 37 que ha pasado en prisión preventiva desde el 21 de agosto de 2015, cuando fue detenida por el caso La Línea. Pero para conocer el tiempo real que la exvicepresidenta pasará en la cárcel, falta conocer las sentencias de los otros tres casos por los que es procesada si es que estas fueran condenatorias, así como la acusación que le espera en Estados Unidos. El pasado 13 de mayo, la primera política guatemalteca en ocupar la vicepresidencia del país, cumplió 56 años.
Sola y en silencio
Durante la audiencia en la que conoció el fallo del tribunal en su contra, Roxana Baldetti permaneció durante casi 20 horas sentada en la segunda fila de la sala judicial, sola, en silencio, alejada de la prensa. Llegó custodiada por guardias del Sistema Penitenciario a las diez de la mañana del lunes, y salió a las seis de la mañana del día siguiente. Apenas un evasivo saludo a los reporteros al llegar: “Buenos días jóvenes”. Y nada más. Durante el resto de la jornada evitó preguntas y evadió a los fotógrafos.
Los jueces se tardaron ocho horas en dar a conocer su veredicto. Citaron a las partes a las siete de la noche para leer el fallo, pero aparecieron hasta pasadas las tres de la mañana. Durante esas nueve horas, Baldetti se mantuvo sentada, inmóvil, aunque inquieta, nerviosa. Se tocaba el cabello, se quitaba y ponía los lentes, abría y cerraba un libro. Durante la espera apenas intercambió palabras con su abogado defensor.
A pesar de que la sala estaba llena, de las charlas en voz alta de los presentes, de la música que salía de algunos celulares, de las risas que se escapaban después de un chiste, la soledad de la exvicepresidenta se imponía en el ambiente. Ni esposo ni hijos ni familiares ni amigos ni antiguos colegas, nadie la acompañó durante esas horas.
El juez Xitumul tardó dos horas y media en leer la sentencia, en la que el tribunal concluyó por unanimidad que Roxana Baldetti Elías, fue la cabecilla de la organización criminal que estafó al Estado guatemalteco. Su hermano Mario Alejandro Baldetti Elías, fue su mano derecha en esa trama. Ambos fueron condenados por los mismos delitos, pero la pena de la exvicepresidenta fue más alta, por haber cometido los delitos siendo funcionaria púbica.
El Ministerio Público había pedido 22 años de prisión en contra de Baldetti; los jueces fueron más benévolos: ocho años por asociación ilícita, dos años y seis meses por tráfico de influencias, cinco años por fraude. Quince años y seis meses; 186 meses por estafar al Estado.
Su hermano Mario Alejandro fue condenado a 13 años de prisión, pero podrá conmutar siete años a cambio del pago de cien quetzales por día; unos 255.500 quetzales. El empresario de origen israelí, (Uri) Hugo Rodolfo Roitman Braier, fue condenado a 11 años; Pablo Roberto González Barrios, 12 años y ocho meses; Jorge Mario de Jesús Cajas Córdova, 11 años; Allan Franco de León, 11 años; Sandra Nineth García, 11 años y ocho meses; Lizbeth Alonzo, 12 años y ocho meses; Juan Diego Díaz Sandoval, 12 años y ocho meses; Esvin Ramos, tres años.
Marilyn Anabella Sosa, Rubén Torres y Sergio Alejandro Marroquín, fueron absueltos pero serán investigados por otros supuestos delitos relacionados con el mismo caso.
La versión original de este texto fue publicada por Plaza Pública.