Óscar Arnulfo Romero es el único personaje recurrente en la obra de Otto Meza. Su caricatura pasa del tono humorístico al filosófico cuando se refiere al beato. Otto interpreta sucesos de la realidad nacional contemporánea y hace una crítica de las injusticias desde la perspectiva y el mensaje del futuro santo. Aunque apenas era un niño cuando Romero fue asesinado, esa muerte marcó a su familia y, con ella, al caricaturista.