Guatemala tendrá que esperar a la segunda vuelta, en el mes de agosto, para saber quién ganará la presidencia, pero ya sabe que perdió la lucha contra la corrupción. La votación del domingo redujo la contienda a dos candidatos, Sandra Torres y Alejandro Giammattei, de distinto signo ideológico pero afines ambos a los esfuerzos que el gobierno saliente, encabezado por el presidente Jimmy Morales, ha hecho por impedir el trabajo de la Comisión Internacional contra la Impunidad (Cicig), cuyo trabajo llevó al encarcelamiento de hasta tres expresidentes y decenas de otros políticos y empresarios en la última década.
Tanto Torres (Melchor de Mencos, 1955) como Giammattei (Ciudad de Guatemala, 1956) acumulan además acusaciones en su contra durante su larga trayectoria política. Ella está siendo investigada por la Cicig por presunto financiamiento ilícito en la campaña electoral de 2007, que llevó a la presidencia a su marido, y Giammattei fue señalado por su papel en la masacre de siete reos en la Granja Penal Pavón en 2006, cuando era director de cárceles. Uno de los expresidentes investigados e imputados por la Cicig y la Fiscalía guatemalteca es precisamente el exmarido de Torres, Álvaro Colom, que fue también su compañero de lucha política hasta que en 2011 decidieron divorciarse precisamente para que ella pudiera intentar postularse como su sucesora en el cargo. Colom está en estos momentos en libertad bajo fianza.
Durante la campaña, Giammattei se ha pronunciado explícitamente en contra de que la Cicig, auspiciada por Naciones Unidas, siga operando en Guatemala. Torres ha sido más ambigua, pero su partido, la centroizquierdista Unión Nacional de la Esperanza (UNE), ha sido clave para que el Congreso obstaculizara los últimos años el trabajo de la Comisión, cuyo mandato caducará en septiembre por decisión de Jimmy Morales.
Torres obtuvo un 25.27% de los votos. Giammattei, un cirujano que corría por Vamos, un partido creado en 2017, llegó al 14.08%. Se preveía este resultado. La ventaja que la ex primera dama tuvo siempre en las encuestas se vio favorecida por la eliminación por vía judicial de las postulaciones de sus principales competidoras: Thelma Aldana, ex fiscal general destacada por haber encarcelado al expresidente Otto Pérez; y Zury Ríos, hija y heredera política del exdictador Efraín Ríos Montt. La multitud de candidaturas -llegó a haber hasta 27 contendientes- hacía muy difícil sin embargo que superara el 50 % necesario para proclamarse en primera vuelta.
En la segunda, el 16 de agosto, tratará de convertirse en la primera mujer que dirige un país, Guatemala, que desde hace cinco años clama contra la corrupción pero ha visto recientemente reagruparse a los poderes tradicionales que crecieron a su amparo y tendrá ahora que elegir entre dos defensores del statu quo.
El agotamiento y la frustración del electorado guatemalteco explica la baja participación electoral de este domingo: un 60 % de un padrón de 8 millones de guatemaltecos, frente al 71% que en septiembre de 2015, en plena efervescencia de la lucha contra su clase política tradicional, dio la victoria, precisamente frente a Sandra Torres, a un comediante sin experiencia como Morales.
La apatía fue perceptible en casi todo el país durante la jornada. En municipios aledaños a la capital como Mixco y San Pedro Sacatepéquez, la participación al mediodía rondaba el 40%. “Vengo a votar porque es un derecho, porque es la única manera de evitar un fraude, pero la verdad es que opciones no hay y la situación no está bien”, opinaba Bartolo Rivera, un abogado de 36 años que asistió al Colegio Mixto Ave María en la zona 7 de Mixco. “Yo siento que votamos como en una feria, para ver quién se lleva más”, agregó.
Sandra Torres llegó pasada la medianoche al centro de operaciones que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tenía instalado en el Parque de la Industria de la capital. El conteo preliminar incluía un 42% de las actas y ella ya aparecía con una ventaja de diez puntos sobre Alejandro Giammattei. Torres dijo que había que esperar a que terminaran de llegar los resultados antes de replantear una estrategia de cara a la segunda vuelta.
Cuando se le preguntó si esa estrategía tomaría en cuenta que en 2015 Jimmy Morales la superó en votos a pesar de que ella encabezaba las encuestas, Torres dejó entrever que es casi imposible que la derroten otra vez: “¡Son 10 puntos de ventaja!”, dijo.
La favorita del statu quo
Los resultados son un claro triunfo para quienes, ante la proliferación de casos judicializados a partir de 2015 y la captura no solo de políticos sino de empresarios, decidieron plantar batalla contra el Ministerio Público, la Corte de la Constitucionalidad y la Cicig: gremiales de empresarios, grupos de militares ligados a gobiernos anteriores, y el presidente Jimmy Morales junto a sus partidos aliados, entre ellos la UNE y Vamos.
No parece relevante que el partido del presidente Morales haya salido golpeado de las urnas. Perderá tres diputados y baja de once a ocho. Podría decirse que su trabajo ya está hecho. Guatemala se ha roto en los últimos años en dos frentes políticos: uno, fuerte en la sociedad civil pero sin apenas peso en las instituciones, que apoya un cambio radical en el sistema de la mano de la transparencia y una lucha férrea anticorrupción; otro que desde la Presidencia, el Ejército, el Congreso y la mayoría de partidos enarbola valores de soberanía nacional y familia para defender el statu quo.
La UNE de Torres fue uno de esos partidos que en la última legislatura, en alianza con Jimmy Morales, frenó varios intentos de antejuicio contra el presidente por posible corrupción, apoyó dar por terminado el mandato de la Cicig e intentó reformas de ley que buscaban bloquear las actuaciones del Ministerio Público.
Torres es bien conocida en el ecosistema partidario y por las élites económicas de Guatemala. Estuvo cerca de ser presidenta en 2015 cuando investigaciones judiciales por corrupción removieron, en una práctica que se está volviendo recurrente, las candidaturas de Alejandro Sinibaldi y Manuel Baldizón, que iban punteando. Pero no contó con el ascenso meteórico de Morales.
Ella llevaba años en primera línea política. Dicen sus allegados que fue Torres la que en realidad gobernó durante la administración de su esposo, Álvaro Colom, de 2008 a 2011. Ella lo ha negado a medios como Nómada, y dice que solo dirigió los programas de asistencia social. De esa época nacen los primeros señalamientos en su contra. Investigaciones del Ministerio Público y de la Cicig encontraron que en la campaña presidencial de 2007 su hermana Gloria Torres había servido de recaudadora de fondos y varios millones de quetzales provenían de narcotraficantes.
La sombra del financiamiento ilegal se posó de nuevo sobre Torres en la presente campaña. El MP dio con escuchas telefónicas donde ella habla con uno de sus principales recaudadores, Gustavo Alejos, de los aportes de grandes empresarios; en total, unos 3 millones de dólares. El MP, en un movimiento cuestionable, presentó la solicitud de antejuicio contra Torres cuando ella ya había adquirido inmunidad como candidata presidencial.
La madrugada después de la jornada electoral, cuando apareció sonriente en el Parque de la Industria, periodistas volvieron a cuestionarla por ese caso. Torres no respondió y se limitó a decir que ya había dado explicaciones antes. Ella y sus abogados demandaron en abril a los fiscales del caso; les acusaron de ejercer violencia contra la mujer y lograron que un juez censurara a los periodistas que cubrían el pulso legal y les ordenara no escribir sobre el caso bajo el mismo pretexto de violencia contra la mujer. El secretario general de la UNE, Óscar Argueta, dijo en abril que el audio no basta para demostrar financiamiento ilícito.
En las elecciones del domingo, la UNE peso en el Congreso. Se estima que obtendrá unos 53 escaños, lejos de la mayoría que desearía Torres. Pero sí tendrá poder de veto. Es decir, no podrá marcar agenda sin el concurso del resto de fuerzas políticas… y viceversa.
Los cercanos a Sandra Torres la describen como impaciente y le dan el perfil de una súper gerente que necesita tener el control de todas y cada una de las unidades de su equipo de trabajo. También la califican de astuta y pragmática. A pesar de ser catalogada como de izquierda moderada, Torres ha demostrado ser capaz de granjearse apoyos en los sectores más conservadores de Guatemala:
En su acto de cierre de campaña el viernes 14, en la ciudad de Villanueva, en las afueras de la ciudad de Guatemala, Torres habló de lo sobre lo importante que es “combatir la corrupción, cueste lo que cueste, caiga quien caiga”.
“A pesar de que la UNE ha contenido muchas reformas regresivas en el combate a la impunidad, hay momentos en los que también se alió con el gobierno”, dice Álvaro Montenegro, uno de los líderes de las masivas protestas sociales de 2015 impulsadas por el movimiento #RenunciaYa. Montenegro cita como ejemplo el apoyo de la UNE que permitió a Morales blindarse contra la Cicig y tratar de amnistiar a todos los involucrados en casos de financiamiento electoral ilícito, con unas reformas legales que dieron inicio a lo que desde entonces se conoce en Guatemala como el “pacto de corruptos” .
La suerte de Giammattei
En los últimos 20 años, Alejandro Giammattei ha intentado ser presidente cuatro veces con distintos partidos. Esta vez ha llegado a segunda vuelta más por el azar que por su buen desempeño en campaña. Antes de que las candidaturas de Thelma Aldana y Zury Ríos quedaran anuladas, Giammattei navegaba en cuarto puesto.
En su hoja de vida, Giammattei aparece como uno de los primeros funcionarios investigados por la Comisión Internacional contra la Impunidad. Durante la administración del presidente Óscar Berger (2004-2008) fue director de presidios. En esa época, en 2006, ocurrió una de las tragedias más emblemáticas del país: siete internos murieron abatidos al interior de la Granja Penal Pavón por disparos de un comando élite de la Policía guatemalteca. La acción fue celebrada por las autoridades como una victoria contra el crimen organizado. El Estado retomaba por la fuerza el control del centro penitenciario, cedido por años a los propios presos. Giammattei lo vendió como un logro nacional que sirvió para catapultarlo después como candidato presidencial.
Más tarde, investigaciones del Ministerio Público y la Cicig revelaron inconsistencias que dieron origen a una acusación penal contra las máximas autoridades de Seguridad de aquella época. El jefe de la Policía, Erwin Sperisen , de nacionalidad suizo-guatemalteca fue condenado a cadena perpetua por un tribunal de Suiza por este caso. Giammattei fue investigado y puesto en prisión preventiva, pero finalmente absuelto por falta de suficientes pruebas en su contra.
Aunque el partido de Giammattei surgió en 2017 y no tiene ningún funcionario electo, en sus filas hay personas que estuvieron en formaciones como el Partido Patriota, de Otto Pérez, y Líder, ambos desaparecidos como resultado de investigaciones del MP y la Cicig. También hay antiguos miembros de la UNE.
Ya antes ha tenido como compañeros de viaje a funcionarios cuestionados . En 2011 compartió partido con Inngmar Iten figuraba, aquel año candidato para el Parlacen, que ha sido acusado por el MP y la Cicig de ser parte de la estructura que pagaba sobornos al sistema tributario para que ciertas empresas obtuvieran del Estado una devolución ilegal del crédito fiscal. Se trata del caso “Traficantes de influencias” y según las autoridades esa estructura criminal se benefició con 2.5 millones en sobornos.
En 2012, Iten fue además acusado por una criminal confesa, la abogada Lilian Rodríguez, que dijo liderar una red de sicarios y de traficantes de droga, de ser parte de su organización. Rodríguez señaló a Iten como socio del candidato, pero Giammattei alegó que no conocía a Iten y solo lo había visto dos veces en su vida.
Giammattei, además, busca la presidencia arropado por personajes afines a un grupo conocido como “Grupo Salvavidas”, o “Poder Paralelo”. Uno de ellos es Luis Enrique Ortega Arana, hijo de un militar a quien investigaciones de elPeriódico y Nómada describen como alguien que desde los años 80 cooptó las aduanas de puertos y aeropuertos y “ha ejercido el poder real en todos los gobiernos, incluido el de Jimmy Morales, por conjuntos militares, empresarios con negocios en el Estado y funcionarios del actual gobierno.” Otro de sus aliados, según un cable divulgado por Wikileaks, está vinculado a una familia señalada de traficar droga hacia Estados Unidos, los Mendoza. Hay más indicios que apuntan en esa dirección: Neria Herrera Pinelo se postuló para estas elecciones a la alcaldía de Petén por Vamos. Ella es hermana de Idelgar Herrera, quien era parte de una estructura de poder manejada por un aliado de la familia Mendoza, Manuel Barquín, según una investigación denominada “Petén de política, mafias y empresas”, de InsightCrime.org.
En mayo pasado, la Cicig divulgó información de un caso de presuntas asociaciones ilícitas y ejecuciones extrajudiciales donde Giammattei aparece vinculado con otros personajes. “Yo no quisiera pensar que es la Cicig la que está tratando de hacer una campaña negra y estamos presentando una demanda legal al representante legal de la Cicig”, dijo Giammattei, en respuesta, el 31 de mayo pasado. El 1 de junio presentó una demanda contra la Cicig sin que hasta ahora se sepa si hay avances. Acusa a la comisión de falsear información suya.
Semilla sobrevive a Thelma Aldana
En contraposición con la consolidación de estas candidaturas a la presidencia, el período legislativo 2020-2024 apunta, como mínimo, a una rearticulación con la irrupción de nuevos actores de contrapeso, comprometidos con una agenda de transparencia y anticorrupción. El Partido Movimiento Semilla, por el que intentó pelear por la presidencia Thelma Aldana, tendrá siete diputados, lo que lo coloca dentro de una minoría necesaria con la que el gobierno de turno tendrá que buscar acuerdos. Algo parecido ha ocurrido con el partido indígena Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), cuya candidata a la presidencia, Thelma Cabrera, logró la cuarta posición en la votación del domingo y ha llamado la curiosidad de analistas por la fuerza que ha despertado su proyecto en un país en el que hay un 43 % de población indígena pero también un marcado racismo.
En contraste con el fuerte absentismo del electorado, estos dos partidos lograron superar las cotas que les atribuían las encuestas más recientes. Semilla , cuyo origen fue un grupo de análisis de la realidad y que decidió convertirse en partido hace solo dos años, se formalizó legalmente apenas en enero de 2019, y tuvo que superar que, dos meses después, las instituciones electorales y judiciales impidieran la inscripción de su candidata presidencial.
Con el 93 % de las actas escrutadas, Semilla obtuvo en el departamento de Guatemala 47 mil 685 votos en la elección de diputados, apenas mil votos menos que lo que obtuvo la UNE, el partido de Sandra Torres que ganó la primera vuelta presidencial.
En Guatemala, hay dos vías mediante las cuales un candidato puede llegar a ser diputado. La primera, inscribiéndose en la lista de diputados de alguno de los 23 distritos, correspondientes a cada uno de los 22 departamentos, más uno denominado “distrito central”, donde se aglutina la mayor cantidad de población del país. En la votación del distrito central, Semilla arrasó. Obtuvo el 16% de los votos de entre una veintena de partidos, es decir 55 mil 441 votos. El partido más cercano a este resultado es Creo, de corte derechista, que obtuvo el 11.77%, 40 mil 60 votos.
En la nueva bancada de Semilla hay voces que ya dicen tener claro cómo trabajar desde una posición minoritaria: “El primer trabajo que debemos hacer como bancada es devolverle la legitimidad al Congreso”, dijo Lucrecia Hernández-Mack, cabeza de lista y principal rostro del partido, al programa televisivo La Red. “Mucho comenzó con la depuración para que muchos no se reeligieran. Y también nos corresponde una labor de fiscalización digna, especialmente, de quien ocupe el Ejecutivo”.
Otro nuevo diputado de Semilla, Bernardo Arévalo, dice que buscarán alianzas con otros partidos para conformar un bloque de unos 25 congresistas. “Somos siete pero tendremos capacidad para negociar. Eso nos hace una bancada fuerte aunque seamos pequeños”, dice.
La voz indígena se abre paso
La otra sorpresa la dio el MLP, un partido catalogado por las fuerzas políticas tradicionales como de extrema izquierda, y que supone una ruptura con la filosofía del sistema político actual. El MLP promueve la conformación de un Estado plurinacional mediante un proceso constituyente, y la nacionalización de los servicios públicos, entre otros grandes temas. “Somos otra política, somos asamblearios. No hay financistas, no llegamos a manipular la dignidad de la gente, esa es la diferencia”, decía Thelma Cabrera, su candidata presidencial, una campesina maya mam de 45 año s, originaria de Retalhuleu, en un video promocional.
El domingo 16 Cabrera obtuvo un 10.5% de los votos, a solo dos puntos del tercer lugar que ocupó Edmond Mulet, un abogado y diplomático de carrera, de derecha moderada. Las encuestas ponían a Roberto Arzú (PAN/Podemos) como uno de los favoritos por encima de Cabrera y Mulet, pero tanto ella como él superaron al hijo del expresidente Álvaro Arzú.
“¡Con dignidad! Sin un anuncio de radio, ni tv. Con todo y violencia, fraude electoral, estamos haciendo historia. ¡Gracias pueblo!”, publicó el movimiento en su página Facebook . Muchos analistas aplaudieron la inventiva de sus mensajes en redes sociales, a menudo viralizados en formas de memes o videos . Otros analistas como Phillip Chicola, de la Fundación Libertad y Desarrollo, consideran que los votos que obtuvo Cabrera son muestra de la enorme frustración de la ciudadanía con el sistema.
Thelma Cabrera podría considerarse la candidata revelación porque antes de mayo no era tan conocida y despuntó en apenas los últimos meses. Parte de la explicación está en el bloqueo a la candidatura de Thelma Aldana: mucho del voto que ella había cultivado se trasladó a Cabrera. El MLP no esconde que es el brazo político de Codeca , una masiva agrupación campesina con ramificaciones a nivel nacional. Cerca de 600 miembros de Codeca han sido demandados por empresas de energía eléctrica por casos en los que el delito es haber sustraído ilegalmente energía eléctrica.
No es extraño que Juan Carlos Tefel, presidente del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), la principal gremial empresarial de Guatemala, censurara el ascenso del MLP. “Me ha sorprendido en forma indirecta el MLP, cuarto puesto, debido que para nosotros es muy difícil comprender cómo un partido que aboga por un sistema como el de Venezuela pueda tener un 9 por ciento aquí en Guatemala”, dijo al Diario La Hora. “Creo que hay mucha desinformación. Nos tocará a la población informarnos para saber qué es lo que esta agrupación política ofrece”.
El candidato Mulet, del Partido Humanista de Guatemala (que ocupó el tercer lugar) cree que el surgimiento del MLP muestra que hay un elevado nivel de frustración en la población indígena. “Vivimos de espaldas a los demás. Los ricos, a espalda de los pobres; los indígenas, de los ladinos. El sistema es muy excluyente y debe ser reformado”, dijo.
Mulet, exdiplomático y de visión conservadora, exhortó al CACIF a replantearse. “Si el CACIF dice están preocupados ojalá que además de preocuparse se ocupen para reformar el sistema político y lo hagan más incluyente, y que ayuden a que el Estado de verdad cumpla su función social”.
Adios a Jimmy Morales
El partido oficial, el FCN-Nación, con el que Morales ganó la presidencia hace cuatro años, quedó en un bochornoso octavo lugar, con 116 mil votos, equivalentes al 4.08% del total, cuando ya estaba el 94% de las actas escrutadas, a las 7:30 de la mañana del lunes.
Al partido oficial no le valió su alianza con el gobierno para conseguir votos. Durante la última semana antes de la elección, la Procuraduría de Derechos Humanos y ciudadanos, a través de redes sociales, denunció que el ministerio de Agricultura y Ganadería estaba repartiendo cupones, bonos y alimentos en distintas comunidades del interior del país, y lo hacía pasar como una ayuda del FCN-Nación. En algunas ocasiones, medios de prensa lograron acreditar la presencia de candidatos a alcaldes o diputados del partido en el reparto de los regalos.
El presidente Morales rechazó que se tratara de una falta. Dijo que esa repartición ya estaba programada con muchos tiempo de anticipación y que no tenía nada que ver con el calendario electoral. “Todo ha sido transparente”, dijo el domingo por la mañana mientras votaba en Mixco, en la periferia guatemalteca.
El partido de Morales también recibió ayuda del TSE con respecto a su financiamiento. La magistrada María Eugenia Mijangos dijo el jueves 13 que el organismo colegiado votó a favor de que al partido se le entregara toda la deuda política correspondiente a los años 2015, 2016, 2017 y 2018. Mijangos fue la única que votó en contra de que se le diera el dinero (medio millón de dólares) porque consideró que la práctica del Maga y el hecho de que en realidad el FCN está en medio de un proceso de cancelación –suspendido por el comienzo de las elecciones- era razones suficientes.
En la elección de diputados por distrito, el FCN-Nación solo obtuvo el 1.33% de los votos. Y en la elección de diputados en la lista nacional, solo sacó el 5%, muy lejos de partidos como la UNE que sacó más del triple, o Vamos que obtuvo casi el doble.
Mientras Morales visitaba el centro de votación en Mixco donde él y su familia votaron, un joven gritó al mandatario que era el peor presidente de la historia de Guatemala, y así iba a ser recordado . La Policía luego pidió el documento de identidad del joven, aduciendo razones de seguridad. “Yo sí puedo ver a los guatemaltecos a los ojos y decirles que goberné bien, y que hay resultados que nunca hubo antes”, dijo minutos después, en una rueda de prensa. Morales citó avances en materia de educación y salud, pero cuando se le cuestionó sobre sus promesas hechas hace cuatro años en ese mismo lugar, respecto a combatir la impunidad, se dedicó a justificar la razón de la expulsión de la Cicig. “Hicieron justicia selectiva, hubo gente que nunca debió haber estado encarcelada. Usted solo ha visto los medios de aquí, pero yo le voy a decir la verdad”, dijo Morales a El Faro.
Se le preguntó al presidente por qué había expulsado a la Cicig y su jefe el comisionado Iván Velásquez, y respondió que fue porque la comisión estaba haciendo “labores políticas que nada tienen que ver con el combate a la impunidad”. La Cicig, no obstante, ha desarticulado a decenas de estructuras criminales enquistadas en el Estado y estructuras de financiamiento ilegal de los partidos. FCN-Nación, durante la campaña con la que llegó Morales a la presidencia, recibió 2 millones de dólares sin seguir los procedimientos legales, según la Cicig.
Morales dice que esos datos no son los correctos: “Estás desactualizado. La testigo estrella acaba de decir en el juzgado que yo no tuve nada que ver, que incluso le dije que durante la campaña no quise recibir nada de dinero porque yo no lo iba a poder manejar. El mismo testimonio con el que me querían acusar está dando fe de la honradez mía”, dijo el presidente. “¿Qué hombre va a decir ‘no, no me den dinero’? Ese hombre soy yo”.