El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, tiene 26 días sin aparecer en público y es el único de los líderes de la región que no se ha pronunciado públicamente sobre la pandemia de coronavirus, una enfermedad que ha colapsado los sistemas sanitarios de diversos países desarrollados y que ya tiene en crisis la economía mundial.
Nicaragua es el único país de América Latina que no ha cerrado total o parcialmente sus fronteras, no tomó medidas de confinamiento de la población, mantiene abiertas las escuelas y promueve ferias, actividades recreativas y de turismo, lo que ha sido duramente cuestionado por médicos, empresarios y opositores.
Mientras en la región aumentan los contagios confirmados del coronavirus causante de la enfermedad COVID-19, en Nicaragua, un país de 6,3 millones de habitantes, se han detectado solo seis casos importados y un fallecido. Sin embargo, el gobierno de Daniel Ortega no ha informado cuántas pruebas ha realizado. La última referencia al respecto la dio un funcionario del Ministerio de Salud de Nicaragua, quien habló de 'unas 200 pruebas' realizadas hasta el 23 de marzo pasado.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) se pronunció con respecto al caso de este país centroamericano y consideró 'inadecuados la prevención y control de la COVID-19 en Nicaragua'. El martes 7 abril, la directora del organismo, Carissa Etienne, habló de la 'preocupación' de la oficina regional de la OMS por la respuesta del país centroamericano a la pandemia.'La OPS ha estado preocupada por la respuesta a la COVID-19 que se ve en Nicaragua', dijo Etienne, en rueda de prensa por videoconferencia.
'Nos preocupa la falta de distanciamiento social y la convocatoria de reuniones masivas. Nos preocupan los exámenes, la trazabilidad de los contactos y la notificación de casos. También nos preocupa lo que vemos como una prevención y control de infecciones inadecuados', indicó.
Etienne dijo que la OPS, 'en diversos momentos y a diversos niveles, tanto de manera informal como formal', ha planteado a las autoridades nicaragüenses sus inquietudes respecto a la gestión del brote epidémico, declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo.
Aunque recordó que 'Nicaragua es un país soberano' a la hora de tomar decisiones, destacó la disposición de la OPS para apoyar la respuesta sanitaria.
'La OPS sigue preparada para trabajar con las autoridades de Nicaragua para garantizar que realmente están respondiendo a la COVID-19 de una manera que salvará vidas y evitará muchas enfermedades', dijo.
Las autoridades nicaragüenses aseguran que no hay contagios locales y han instado a la población a mejorar la higiene como medida de prevención a través de sus medios de comunicación y brigadas de salud que, según el gobierno, han visitado más de dos millones de hogares.
Rosario Murillo, portavoz del gobierno y esposa de Ortega, ha usado referencias religiosas para hablar del nuevo coronavirus y da 'gracias infinitas a Dios' por la recuperación de los pocos contagiados.