Jazlin, Paola y Miriam, acróbatas y bailarinas, juegan en la parte trasera de la carpa del Circo de Cirilo, que se quedó atrapado durante esta cuarentena en el municipio de San Vicente, en La Novena, una colonia sobre la ribera del río Acahuapa. Algunos de los empleados del circo han puesto las camas bajo la carpa, para evitar el calor. Alguien alertó a las autoridades sobre posibles contagios de coronavirus en el circo, y el 12 de abril llegaron policías, un médico y una enfermera, para atender la denuncia. Tras tomar temperatura y preguntar por síntomas, concluyeron que solo se trataba de un rumor.
Walter Osorto entrena en la cuerda floja durante la tarde del martes 21 de abril. De 19 años, es acróbata y payaso del circo Wonder Boys, varado en el municipio de Apastepeque, San Vicente. Todos los días realiza la rutina de entrenos junto a sus hermanos. Es parte de su disciplina. Aseguran que deben estar preparados aunque no haya función. Los artistas cumplen la cuarentena en casas rodantes y bajo la carpa.
German Montano, de 25 años, limpia su dormitorio la mañana del 16 de abril. Duerme en una de las camionetas que el circo Red Bulls ocupa para trasladarse en tiempos normales. German se volvió un acróbata en las andanzas con el circo. Siete años antes, en la ciudad de San Miguel, se acercó a pedir trabajo. Logró una plaza para hacer limpieza y oficios varios. Con el tiempo, se hizo artista. Todas las mañanas, desde las seis, practica el icario japonés, una mezcla de malabares en los que, con sus pies, levanta llantas, cilindros y una tómbola de madera. German hace trabajos de limpieza, consigue el agua, es sonidista, hacelotodo . En las noches de espectáculo, es Ánthony, el acróbata del circo, que por ahora está varado en la urbanización Altavista, en el límite de los municipios de Tonacatepeque y San Martín.
El payaso Perolito organizó una actividad para recaudar víveres. Hicieron una función virtual en vivo para que sus seguidores donaran alimentos para todos los trabajadores del Red Bulls. Perolito se maquilla en la cabina de un vehículo, sobre la calle principal de la urbanización Altavista, previo a la presentación del 17 de abril.
Alisson Osorto juega con su hijo antes de prepararse para la función virtual del Red Bulls, con la que el 17 de abril pidieron víveres para sobrevivir. Alisson es la propietaria del circo y también hace un espectáculo de baile y hula hula.
Alisson bailaba con el hula hula, a puerta cerrada, en la función sin público del 17 de abril. La carpa del Red Bulls tiene capacidad para 400 personas. En medio del show, dos agentes de la Policía Nacional Civil entraron, corroboraron que estaba vacío y se marcharon. Días atrás, el 14 de marzo, mientras armaban el circo, la Policía también llegó para recordarles que estaban prohibidas las funciones. 'Para esas fechas, el circo ya había tomado la decisión de suspender las funciones', dijo Emmanuel Osorto, también propietario del Red Bulls.
“Hoy el circo se complace en presentar, un espectáculo bonito a puerta cerrada”, se escuchaba en los parlantes de fondo. Diamante show se maquillaba en su habitación, en una de las casas rodantes, rodeada de zapatos e indumentarias de baile. Ella creció en los circos, canta y baila para el público desde que tiene 11 años. La noche del 17 de abril se vistió con mucho brillo en sus ropas y usó su mejor fragancia para actuar frente a la soledad de los graderíos del circo Red Bulls.
Diamante Show camina hacia su camerino después de su presentación virtual del 17 de abril. “Esto es mi estilo de vida, aquí vivo mejor”, asegura Diamante, quien todos los días se encarga de preparar la comida para sus compañeros del Red Bulls.
Alrededor de 55 circos están en cuarentena en todo El Salvador, según los datos de uno de los miembros de la junta directiva de la Asociación Salvadoreña de Empresarios Circenses (ASEC), quienes recientemente realizaron un censo para distribuir víveres a toda la comunidad de artistas que está sin trabajo. Solo 30 hay registrados en el Ministerio de Gobernación. Eso afectó para que la mayoría no tuviera acceso al bono de 300 dólares para los afectados por la pandemia. Sin embargo, aseguran que el Gobierno les otorgó canastas con granos básicos y artículos de primera necesidad. Tres propietarios de circo han asegurado que el apoyo de las comunidades a su alrededor ha sido esencial para enfrentar la crisis. Han recibido arroz, frijoles, maíz, aceite y galletas por parte de sus vecinos. Las frutas y verduras sobre el escenario del circo Red Bulls, fueron recolectadas por un grupo de payasos, la mañana del 16 de abril.
La noche del 17 de abril, Ánthony se bañaba y se alistaba para su presentación a puertas cerradas bajo la carpa del Red Bulls. El circo le apasionaba desde que era un niño, y ese día, después de 40 días sin función volvería al escenario. Se maquilló, se puso sus zapatillas negras y su traje elástico azul. En los días buenos gana hasta 30 dólares; en días malos, 5. Esa vez actuaba para recaudar fondos. El circo es su casa.
Mitchell Osorto, de 21 años, carga a su hija recién nacida. María José nació el 25 de febrero en el hospital de San Vicente. Mitchell parió cuando el circo de Cirilo Junior recién se instalaba en una cancha polvosa de la ciudad de San Vicente, donde lleva más de 40 días en cuarentena. Mitchell es gimnasta y acróbata, y se crió bajo la carpa de un circo.
En la imagen, artistas del Wonder Boys y algunos de sus hijos pasan el día afuera de el minibus que ocupaban para moverse en tiempos normales. Wonder Boys se instaló en una cancha de la colonia Divina Providencia, en el municipio de Apastepeque. Es un circo con capacidad para 1000 personas. Su propietario, Aquiles Osorto, ha perdido la cuenta de los días sin trabajar. Su esposa le recuerda que fue el 10 de marzo, el día que él cumplió 47 años. En este circo trabajan más de 20 personas que, desde esa fecha, no han trabajado y tampoco han tenido ingresos.
Jenny Rivas, de 32 años, y su hija Daniela, de 16, bañan a su perro y lavan sus ropas sobre la calle principal de la colonia Divina Providencia, del municipio de Apastepeque, en el departamento de San Vicente, donde el circo Wonder Boys pasa la emergencia. Madre e hija trabajan para el circo. Son bailarinas y acróbatas. Todos los martes tienen acceso al agua potable. Los demás días deben pagar $1.50 por cada barril que consuman para cubrir sus necesidades. Desde el 10 de marzo, como otros artistas, ellas no tienen ingresos económicos.
Calec Osorto, de un año y medio, es hijo y nieto de payasos del circo Wonder Boys. Es también parte del show: aparece como el payaso Semillita. En la imagen, Calec toma un baño en su pequeña piscina inflable, la tarde del martes 21 de abril, a unos diez metros de la carpa del circo donde sobreviven a la cuarentena.
Nahomy y Miriam son gimnastas del circo de su padre. Toman un baño en una piscina improvisada que armaron con piedras y plástico, en el cauce del río Acahuapa, que recorre la ciudad de San Vicente. Al fondo, Yesenia, su madre, lava los utensilios para comer. En el Circo de Cirilo hay 15 personas. Bajan cada tarde al río para bañarse y lavar sus ropas. Pese a todo, aseguran sentirse afortunados de que la emergencia los haya sorprendido en este lugar.
“En el circo, uno se hace artista a través de los años”, decía Ánthony el 17 de abril, después de su acrobacia de cuatro minutos sobre un rodillo metálico y una tabla de madera. Ese día hicieron el show virtual para recaudar víveres. Recibió un par de aplausos de su único público: Tomatío, Perolito y Muñuña, los payasos del Red Bulls.
El Circo de Cirilo Junior, uno de los más pequeños, con capacidad para 150 personas, encendió sus luces el martes 21 de abril, a pesar de estar cerrados por la emergencia del coronavirus.