Larisa Hernández juega en lo que quedó de un mueble que fue arrastrado de una casa en la comunidad Canaán en el municipio de La Lima durante la tormenta Eta. La mayoría de familias de ese sector se ha refugiado en la carretera que va de San Pedro Sula a Progreso.
Marca de lodo seco sobre un escudo de Honduras y un crucifijo muestra el nivel que alcanzó el agua en la aldea La Gálvez, en Bajos de Choloma. Los habitantes de esa aldea tuvieron que subir a los techos para sobrevivir y luego ser rescatados en lanchas.
El agua se ha mantenido estancada después de una semana de que la tormenta tropical Eta saliera del territorio hondureño. En muchos sectores como en la aldea La Bueso de Bajos de Choloma el agua se ha mantenido a casi el mismo nivel que inmediatamente tras la tormenta, según cuentan los habitantes. Allí no solo están lidiando con la perdida de cultivos, ahora para muchos existe el temor de enfermar de dengue por la proliferación de mosquitos en el lugar.
Santos Bardales tiene más de 20 años de vivir en la comunidad Cerrito Lindo del sector Rivera Hernández. Santos lo perdió todo durante la tormenta Eta, su viejo pick up quedó inundado y su casa totalmente cubierta de lodo. 'Durante todo el tiempo que tengo de vivir aquí nunca había pasado algo como esto, estamos devastados, yo he perdido mi carrito, era mi herramienta de trabajo', dijo.
Paola Ramírez y su hermana Kimberly huyeron de la comunidad La Mesa, del municipio de La Lima en Cortés, Honduras. Su casa quedó destruida y se fueron en búsqueda de un refugio debido al aviso del Gobierno hondureño para desalojar el sector debido a la tormenta Lota que amenaza con tocar tierra entre la noche de este domingo 15 y el 16 de noviembre. 'Cuando tenga la oportunidad de irme a otro país lo haré, aquí ya no nos queda nada que hacer', dijo Paola mientras esperaban en una larga fila de vehículos que trataban de salir de La Lima.
Un vehículo que se inundo y fue arrastrado durante la tormenta Eta en la comunidad Cerrito Lindo del sector Rivera Hernández. En ese lugar todos los habitantes fueron afectados. Algunos perdieron sus electrodomésticos, otros perdieron sus casas.
Ramón Martínez vivía en la comunidad 22 de septiembre, en el municipio de La Lima. Durante la tormenta Eta lo perdió casi todo y ahora vive en el separador de la autopista entre San Pedro Sula y Progreso. 'Todos los gobiernos se han olvidado de nosotros, aquí nos andan diciendo que nos salgamos de estos lugares, pero uno no tiene donde ir a vivir, por eso me he ido a la carretera. Si llueve, la calle no se inunda', explicó.
Los hijos de Ramón Martínez, Juan (7), Lisette (5) y Daniela (3) juega en el espacio que su padre escogió para refugiarse en el bulevar entre San Pedro Sula y Progreso.
José Rodríguez (de blanco) y Daniel Mejía se lavan el barro que se pegó en sus cuerpos cuando intentaban sacar cosas de sus casas. 'Aquí hemos perdido todos nuestros electrodomésticos, nuestra ropa, camas, todo quedó lleno de lodo. Ya nos quedará tiempo de ver qué cosas aún sirven, ahora solo pensamos en no volver a la Rivera Hernández', dijo José.
José Rodríguez, justo antes de irse de la Rivera Hernández con lo único que le quedó. En sus manos llevaba un reloj de pared que marcaba las 3:05 a.m, hora a la que dejó de funcionar el 5 de noviembre, durante una de las tormentas que causó Eta en tierra hondureña.
Dubis Vanegas, de 62 años, vivía en la comunidad 23 de septiembre del municipio de La Lima. Tuvo que salir de su comunidad debido a la inundación causada por la tormenta Eta. Ahora, es otra de las desplazadas sobre el bulevar San Pedro Sula y Progreso. 'Ya ocho días de estar aquí y no hemos recibido ninguna ayuda del Gobierno, aquí solo gente particular se acerca a regalarnos comida. Esto está muy difícil, nosotros no sabemos si vamos a volver a nuestra casa', dijo.
De las comunidades del municipio La Lima muchas familias se fueron sin nada, algunas solo lograron rescatar ropa, guardaron en sacos y pidieron que alguien los llevara a otros municipios más alejados del caos y la devastación.
A pesar de la pandemia por la covid-19, cientos de personas se aglomeraron en la entrada de la colonia La Planeta, en San Pedro Sula, para recibir un donativo de colchonetas y alimentos por parte líderes religiosos de la zona. La Planeta pertenece al grupo de barrios más afectados por el paso de la tormenta tropical Eta en Honduras.
Después de la tormenta es normal ver animales muertos en las calles del sector Rivera Hernández. En algunos casos, esos animales eran lo único de valor que muchas familias poseían. El caos de las comunidades de la ciudad no ha permitido un servicio eficiente del tren de aseo y el olor putrefacto invade algunas calles.
Angely Martínez espera a sus padres en la entrada de la colonia La Planeta. La Familia de Angely lo perdió todo. Ese día recibieron una caja de ropa que les regalaron particulares y sobre la que espera Angely. 'No sé si en esta caja hay ropa que a mí me quede, pero igual estoy contenta porque para algo nos puede servir', dijo la niña.
José Santos descansa en lo que quedó de su casa después de la tormenta en la colonia Cerrito Lindo del sector Rivera Hernández de San Pedro Sula. 'Aquí la lluvia me arrastró todas las cosas, afortunadamente nosotros pudimos salir y estamos con vida. De todas las cosas que ve aquí unas son mías y otras las he recolectado de lo que la tormenta trajo', contó.
Pasaje de la colonia Cerrito Lindo del sector Rivera Hernández en San Pedro Sula. Después de la tormenta Eta el lugar ha quedado abandonado. Las familias huyeron para buscar un lugar donde vivir, allí dejaron todo lo que el agua alcanzó.
Tesla Valladares sale todos los días a recolectar objetos que la tormenta arrastró. Después los lava y se convierten en algo útil para ella y su familia que lo perdieron todo. 'Aquí encontramos zapatos, ropa y juguetes, eso lo lavamos y lo que sirve lo usamos. Aquí el Gobierno nunca se acercó para ver como quedamos de afectados por la lluvia', explicó.
Mensaje pintado en una pared de la Rivera Hernández. Como indica la el mensaje, fue escrito el 5 de noviembre, justo durante la tormenta. Los que quedaron en el lugar lamentan no haber recibido la atención necesaria por parte del Estado.