En 1984, un joven representante de Nueva York llamado Chuck Schumer pronunció en el congreso un categórico discurso pidiendo el fin de la ayuda militar de El Salvador a Estados Unidos. Schumer dijo: “Enviemos por fin un mensaje claro y sencillo a los militares, a la oligarquía, a la extrema derecha de ese país: a menos que detengan sus viles practicas, no les enviaremos ni un centavo más de ayuda”. Ahora Schumer es el jefe de la minoría demócrata del Senado y casi seguramente se convertirá en el jefe de la mayoría demócrata cuando su partido tenga la mayoría en esa cámara el 20 de enero de 2021.
La frase de Schumer deja claro que la amnesia histórica de Nayib Bukele, al llamar farsa los acuerdo de paz, contrasta con la larga memoria histórica de la administración del presidente electo Joe Biden y sus aliados. El mismo Biden participó en muchos de esos debates en los ochentas. La llegada de la nueva administración implica el regreso al poder de un red de funcionarios y legisladores en Washington D.C. Esta red no solo lidió con las administraciones de Antonio Saca, Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, sino que conocieron de cerca la represión política de los ochentas, la guerra civil, las masacres de civiles y los Acuerdos de Paz.
Esto contrastará con la perspectiva cortoplacista de la saliente administración, cuyo único fin era reducir la migración a cualquier precio y privilegió los “lazos” personales sobre los institucionales. Del 20 de enero de 2021 en adelante, los players de Washington se dividirán en dos grupos: los exfuncionarios de la administración de Obama y los congresistas demócratas. Biden será la bisagra que une a estos dos grupos.
En el primer grupo se incluyen funcionarios que ayudaron a diseñar políticas como la Iniciativa regional de seguridad para Centroamérica (CARSI) y que creen que la labor de Biden será profundizar lo que se realizó durante las dos administraciones Obama.
El más reciente movimiento de Biden es la nominación de Juan S. González, director senior para el hemisferio occidental del Consejo Nacional de Seguridad. El Consejo Nacional de Seguridad asesora al presidente en relación a las amenazas y oportunidades que Estados Unidos enfrenta a nivel geopolítico. Antes de su nombramiento, González, nacido en Cartagena de Indias, fue asistente subsecretario de estado para el hemisferio occidental durante la segunda administración Obama y jefe de gabinete del subsecretario de estado para el hemisferio occidental, Arturo Valenzuela. Desde el inicio de su campaña, González se convirtió en el más visible asesor de Biden para la región.
González ha explicado en varios medios el replantamiento de la política estadounidense en temas como Cuba, Venezuela y Centroamérica.También ha reforzado, junto a Daniel Erikson, otro asesor de Biden, los contactos del nuevo gobierno con organizaciones de la sociedad civil en Centroamérica, y ha dejado claro que Biden irá más allá de la cooperación intergubernamental con El Salvador y Centroamérica.
Biden ha prometido proteger a los fiscales generales del Triángulo Norte, invertir en instituciones de la sociedad civil y combatir la corrupción. Un plan que ha presupuestado la entrega de un paquete de ayuda de $4 mil millones durante cuatro años.
González también ha establecido profundos lazos con el congreso. Él ha formado parte de una comisión bipartidista, establecida por el congreso, que ha analizado la política de drogas de Estados Unidos en el hemisferio occidental. En su reporte presentado al congreso en diciembre 2020, la comisión señala que “Los ataques de Bukele a la prensa y a la oposición, sobre todo, levantan dudas sobre su compromiso con la redición de cuentas”.
Junto a González, se sumaron a Biden, Julissa Reynoso, ex subsecretaria para Centroamérica y el Caribe, Roberta Jacobson, ex subsecretaria de estados para el hemisferio occidental, y Mari Carmen Aponte, exembajadora de Estados Unidos en El Salvador (2009-2011; 2012-2016). Reynoso es la jefe de gabinete de la futura primera dama Jill Biden, Jacobson pertenece al equipo de transición, y Aponte participó en la campaña del ex vicepresidente.
Sin embargo, hay otro grupo de poderosos players que tienen una visión histórica sobre El Salvador tan larga como la de Biden. En este grupo se encuentran el senador demócrata Patrick Leahy y los representantes Norma Torres y Jim McGovern.
Leahy ha estado en el senado desde 1975 y es el subjefe del comité de apropiaciones. Este es el poderoso comité que decide los montos que el gobierno federal destina a sus distintos rubros, incluido el de cooperación internacional. Leahy estuvo en el senado durante los álgidos debates sobre la ayuda militar que Estados Unidos destinaba a El Salvador en los 80. También ha sido un defensor del Estado de derecho por años, lo que lo ha llevado a ser crítico de varios gobiernos salvadoreños. En septiembre de 2020, Leahy envió una carta a Bukele junto a los representantes Jim McGovern y Norma Torres, en la que se muestran alarmados con la hostilidad del Gobierno salvadoreño hacia la prensa. Leahy votó en 1990 para cortar la ayuda militar a El Salvador después de los asesinatos de los seis sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras en noviembre de 1989. Leahy también votó por congelar la ayuda militar a El Salvador, Guatemala y Honduras hace apenas solo unas semanas.
Norma Torres es miembro del comité de apropiaciones de la Casa de Representantes y es la única legisladora centroamericana en el Congreso estadounidense. Nacida en Guatemala, representa a un distrito del estado de California. Torres fue la principal promulgadora del recorte de la ayuda militar de Estados Unidos a El Salvador, Honduras y Guatemala, realizada en las últimas semanas de 2020. Una acción como esta no ocurría desde que Leahy y Biden participaron en el corte de la ayuda militar a El Salvador después del asesinato de los jesuitas y dos colaboradoras.
Finalmente, el representante Jim McGovern de Massachusetts ha hecho de El Salvador uno de sus puntos principales de interés como congresista. McGovern fue electo por primera vez en 1996. Antes de eso, fue asesor del fallecido congresista Joe Moakley durante los ochentas. Junto a Moakley, McGovern lideró la investigación del congreso sobre la masacre en la UCA. Mcgovern se reunió con Bukele durante una visita del congresista a San Salvador justo después de que el mandatario salvadoreño fuese juramentado. El congresista ha criticado a Bukele por sus acciones en relación a la toma militar de la Asambea el 9 de febrero 2020, por las declaraciones en relación a la massacre de El Mozote y por los ataques a la prensa. En mayo de 2020, McGovern firmó una propuesta de ley bipartidista, en la que se establece que en algunos países, en los que se incluye El Salvador, los gobiernos explotan la pandemia para acumular poder.
Es claro que Biden, al contrario de Bukele, tendrá una larga memoria histórica de la relación bilateral. Para algunos de los aliados del nuevo presidente estadounidense, los Acuerdos de Paz no son una farsa sino un hito histórico.