Al menos 17 familiares de personas desaparecidas se han acercado al sitio en el que está la fosa de Chalchuapa. Llegan con la esperanza de encontrar el cadáver o un rastro de la persona que buscan. Es otro efecto público del descubrimiento de una fosa clandestina que, según dijo el forense de la Fiscalía, Israel Ticas, tiene más de 40 cadáveres, muchas mujeres y menores de edad. El pozo clandestino está ubicado en el jardín de la casa de un expolícía acusado de desaparecer, violar y asesinar a mujeres y jóvenes que, en muchos casos, llegaron con engaños. Personas que conocieron a Hugo Ernesto Osorio Chávez, un expolicía de 51 años destituido de la PNC y con antecentes judiciales de violación, aseguran a El Faro que era un hombre amable y de iglesia, pero de quién sospechaban que era parte de una red de coyotes. Una de las fiscales, Graciela Sagastume, declaró que la mayoría de casos son feminicidios y que “absolutamente todas” las víctimas fueron agredidas de forma sexual.
La historia de esta fosa ya ha dado la vuelta al mundo: las noticias hablan del sicópata de Chalchuapa, del asesino serial, de las desapariciones, de otros involucrados, y de las reacciones políticas. También, hay historias de gente que se acerca para buscar a sus muertos. Desde el pasado 8 de mayo de 2021, las esperanzas de los familiares de desaparecidos se materializaron en esa fosa clandestina. La aprehensión de Osorio Chávez fue clave para el descubrimiento de los demás cuerpos. La detención se realizó el 14 de mayo, luego de que vecinos escucharan gritos de una mujer y llamaran a la Policía.
En una conferencia de prensa montada desde el lugar de los hechos, el fiscal general y el ministro de Seguridad y Justicia acusaron a los medios de tratar este caso con morbo. Sin embargo, fue el mismo ministro de Seguridad y Justicia, Gustavo Villatoro, quien se refirió a Osorio como “psicópata” desde el principio, y fueron empleados públicos de la Fiscalía que participaban en la excavación los primeros en apuntar a que había decenas de cadáveres.
Desde que se iniciaron las exhumaciones en la vivienda ubicada en Chalchuapa, las especulaciones sobre el número total de cuerpos han robado titulares. En declaraciones a la prensa el martes 18 de mayo, Ticas, el antropólogo forense, declaró que hasta entonces se habían encontrado 15 cuerpos. Ese mismo día, en redes sociales se filtró que el mismo Osorio había confesado la existencia de más de 40 cuerpos. En la conferencia de este viernes 21 de mayo, el fiscal y el ministro Villatoro redujeron la cuenta a ocho y cuestionaron el criterio de Ticas. Ticas cuenta con más de 30 años de experiencia en casos similares y ahora está bajo un proceso disciplinario por haber dado declaraciones a la prensa.
La Fiscalía redujo hoy el número de cuerpos en medio de una conferencia de prensa montada en el lugar. Durante una pausa, los funcionarios se secreteaban al oído y contaban con los dedos.
Marleny Barrientos se acercó este jueves 20 de mayo lo más que pudo a la fosa de Chalchuapa, escena que ya es reconocida mundialmente como el caso del “asesino serial”. Oficialmente, en lo que parece un intento de bajar el volumen del caso, la Fiscalía insiste en la cifra de 12 asesinatos y Hugo Osorio, el autor material principal, ahora tiene criterio de oportunidad parcial por nueve casos. La última cifra oficial la dio este viernes 21 de mayo Max Muñoz, jefe de la unidad de homicidios de la Fiscalía: 'De las extracciones que se están realizando solamente de un pozo hasta el momento van 8 cadáveres, a estas se le suman dos cadáveres que se encontraban sobre puestas, y las dos féminas que se encontraron en flagrancia, entonces se hacen 12'.
El presidente Nayib Bukele, muy dado a reaccionar a notas de este tipo, no se había manifestado en sus redes ni en conferencia de prensa. Lo hizo hasta el final de la tarde del viernes 21 de mayo. Anunció que el expolicía Hugo Osorio fue trasladado al penal de máxima seguridad de Zacatecoluca y dio una cifra de asesinatos distinta: 'Hasta el día de hoy sabemos que tuvo relación directa con 15 asesinatos (podrían ser muchos más), cometidos en más de una década', escribió Bukele en su cuenta de twitter.
Marleny Barrientos busca a su hijo desde el año 2015, a quien vio por última vez el sábado 4 de abril, cuando salió de su casa en el municipio de San Sebastián Salitrillo, del departamento de Santa Ana. Luis Mario Cordero desapareció cuando tenía 20 años. Viajó a la playa del cantón Metalío, en Acajutla, departamento de Sonsonate, y desde entonces su familia no supo más. Luis cumplió 26 años el pasado 13 de mayo. Su madre mantiene la esperanza de encontrar su cuerpo en la fosa clandestina de la colonia Las Flores.
La tesis de la Fiscalía General de la República (FGR), basada en la declaración de un testigo criteriado, es que Osorio no actuó solo. Así lo explicó la fiscal Graciela Sagastume al finalizar la audiencia inicial contra otras diez personas acusadas de participar en los asesinatos en calidad de autores, instigadores y cómplices. Este viernes se reveló que el testigo con criterio de oportunidad es el mismo Osorio. A esta conclusión había llegado desde el miércoles Gustavo Huezo, uno de los abogados defensores, quien calificó de ilegal la prueba presentada por Fiscalía. “Consideramos que no tiene la calidad de testigo, sino de coimputado”, dijo, y explicó que le parece ilógico que se le ofrezca este beneficio a una persona que tiene mayor grado de responsabilidad que algunos de los otros imputados.
Para el juzgado segundo de paz de Chalchuapa, sin embargo, los indicios presentados por la FGR fueron suficientes para acreditar la participación de estas 10 personas en los delitos de feminicidio agravado y homicidio agravado. “Hemos sido enfáticos en establecer que la vinculación directa que tenemos es el lugar del hallazgo de las osamentas de las víctimas. Este es el nexo que tenemos”, explicó Sagastume al finalizar la audiencia inicial el miércoles 19 de mayo. Sagastume es coordinadora de la Unidad Especializada de la Mujer de la FGR y ha sido enfática en decir que el móvil principal de los asesinatos es la violencia de género, no la migración.
Algunos de los cuerpos ya han sido identificados por familiares, quienes desde que se dio a conocer la noticia de la aparición de la fosa clandestina se han hecho presentes con la esperanza de que uno de esos cuerpos sea el de la persona que han buscado, en algunos casos, por años.
Marleny rompe en llanto frente al militar que custodia la escena del callejón Estevez, de la colonia Las Flores. Saca de su bolso una fotografía y las actas de denuncia que interpuso en Santa Ana y la delegación de la PNC en Metalío. “No es suficiente que las autoridades digan que se buscan, pero yo creo que es mentira, porque ya son seis años de búsqueda de mi hijo, y yo no tengo respuestas por ningún lado”, dice mientras muestra el retrato de su hijo.
Hasta mediados de abril 2021, según datos de la PNC, se habían reportado 577 denuncias de desapariciones, un 17 % más de los reportados en el mismo período el año pasado. De estos, 292 ya fueron encontrados; 261 con vida. Estas cifras ponen en entredicho la declaratoria de un país más seguro que se ha hecho desde la Presidencia. Habla, cuando menos, de un subregistro, sobretodo por la propaganda gubernamental que promociona haber conseguido 40 días con cero homicidios: “Podemos confirmar que hemos cerrado el martes 11 de mayo con 0 homicidios a nivel nacional', declaró Bukele el miércoles 12 de mayo. Dos días después, encontraron la fosa de Chalchuapa con un reporte de 10 cuerpos.
En una de las actas entregadas por la PNC a Marleny se lee: “Manifiesta la señora, que fue a dejar al ahora desaparecido A Ciudad Real, allí se reunieron con un grupo de amigos, y salieron a las 15 horas del 4 de abril, hacia el rancho Blumery, de la playa Metalío. El ahora desaparecido vestía camisa playera, color celeste aqua, pantalón de lona negro, , zapatos tipo Bob Marley color negro, piel morena, estatura aproximada de un metro y setenta centímetros”. El domingo 5, por la tarde, todos los amigos de Luis volvieron a Ciudad Real, así se lo relataron a Marleny, pero su hijo no apareció.
“Uno alberga la esperanza que, aunque sea en cadáveres, reconocer uno a su familia. Por eso estoy acá. Es de esperar, pero sí, tengo una esperanza, para uno poder descansar en paz también”, concluye Marleny y camina rumbo a la fosa. El militar que custodia la escena le señala el camino, y también advierte: “Solo hoy han venido 17 personas a preguntar por sus familiares”.
Para Verónica Reyna, experta en temas de seguridad y directora de Derechos Humanos del Servicio Social Pasionista (SSPAS), si bien no todas las denuncias de desaparecidos son necesariamente homicidios que no conocemos, la afirmación “tiene algo de verdad en el fondo, no es solo una hipótesis, tiene que ver con el comportamiento de este delito”. Por eso dice, es importante que a partir de este caso la PNC y la Fiscalía creen una estrategia de investigación y análisis del delito diferenciada para los casos de desapariciones. “No se busca entender cuál es la naturaleza de este delito en particular y la investigación trata de minimizar en lugar de priorizar los elementos que implicarían o que ayudarían a resolver los casos”, explica.
En lo que Reyna interpreta como un intento de las autoridades por aminorar estas denuncias, a costa de priorizar y publicitar los logros en la reducción de los homicidios, también se estereotipa a las víctimas, específicamente en el caso de las mujeres. El caso de Chalchuapa, además de retratar un país de desaparecidos, retrata a un país violento con las mujeres. En donde, además, en lugar de castigar el comportamiento, se previene a las potenciales víctimas. A partir de que se hizo público el caso y que la mayoría de víctimas de Osorio son mujeres, tanto las autoridades como otras voces en redes sociales han instado a las mujeres “a no confiar en cualquiera” y “a cuidarse”. Para Reyna, la calificación de psicópata que se ha dado a Osorio es lesivo para combatir este tipo de violencia. “Hay un comportamiento violento hacia las mujeres cultural y sistemático que no diferencia mucho al pandillero ni al expolicía ni al esposo abnegado de familia, que cometen el mismo tipo de crimen con las mismas características”.