El Salvador / Política

“Ya es demasiado tarde para que los bancos cumplan con nuevas reglas para la Ley Bitcoin”

Steve Hanke, economista de la universidad Johns Hopkins, se ha convertido en uno de los académicos más críticos de la ley salvadoreña para adoptar el bitcoin como moneda de curso legal. Hanke, un promotor de la dolarización en Europa y Latinoamérica, defiende los beneficios del dólar estadounidense para frenar la inflación y para estabilizar la economía. Dice que no hay ninguna evidencia para sustentar el cambio del régimen monetario en El Salvador, que el principal uso del bitcoin es para 'actividad criminal sospechosa' y que su adopción puede convertir al país en un paria, aislado financieramente del mundo. 

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Martes, 10 de agosto de 2021
Nelson Rauda

Cuando la Asamblea Legislativa aprobó la Ley Bitcoin, en la madrugada del 9 de junio, pocos analistas fueron tan contundentes como Steve Hanke, profesor de economía aplicada en la Universidad John Hopkins, de Baltimore. “El presidente Nayib Bukele y los 62 legisladores cómplices acaban de inscribir sus nombres en la enciclopedia Hanke de la estupidez económica”, dijo el profesor en Twitter.

“Como alguien que ha estado involucrado en exitosas reformas monetarias en Europa y Latinoamérica, tengo una buena apreciación de lo que funciona y lo que no”, dijo Hanke a El Faro en esta entrevista. Su currículo ciertamente lo avala. Fue economista principal del Consejo de asesores del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan. Es considerado “el padre de la dolarización” en Ecuador (del año 2000), y también asesoró a los presidentes de Argentina, Venezuela (1995-1996), Lituania, Estonia, Bulgaria, Bosnia y Montenegro.

El economista Steve Hanke ha sido uno de los académicos más críticos de la ley salvadoreña del bitcoin. Foto de El Faro: Redes sociales de Steve Hanke. 
El economista Steve Hanke ha sido uno de los académicos más críticos de la ley salvadoreña del bitcoin. Foto de El Faro: Redes sociales de Steve Hanke. 

Es un promotor de la dolarización, que defiende como la razón por la que la inflación en El Salvador no ha sido tan elevada, comparada con otros países latinoamericanos. Desde su postura y su experiencia, es un crítico de la forma en cómo se conduce actualmente el rubro de las criptomonedas. Asegura que la solución para regular y buscar estabilidad sería una idea que contradice los principios de descentralización y desregulación que es vital para el bitcoin: un régimen de convertibilidad de las criptomonedas (currency board), una especie de entidad central que garantice el intercambio de moneda a una tasa fija. 

Sus comparaciones son extremas. Dice, por ejemplo, que la obligatoriedad de la Ley Bitcoin salvadoreña la hace similar a una ley de la Unión Soviética que obligaba a que todas las transacciones se realizaran en rublos soviéticos o a una moneda nazi —la Reichskreditkassenscheine— de uso obligatorio en los países bajo ocupación militar.

En esta entrevista, a menos de un mes de la entrada en vigencia de la Ley Bitcoin, Hanke asegura que ya es demasiado tarde para que los bancos salvadoreños lleguen al 7 de septiembre listos para comerciar en Bitcoin. Sostiene que la idea de una moneda estable como la que reveló El Faro no hace nada para aliviar las dudas sobre la estabilidad del sistema y que, por el contrario, un experimento como ese desestabilizaría la economía. 

A menos de un mes para la entrada en vigencia de la Ley Bitcoin, el gobierno salvadoreño no ha difundido ningún otro documento adicional a la ley de tres páginas, ningún reglamento o manual. ¿Cuánto tiempo cree que necesita el sistema financiero para adoptar un cambio como este?

Es claro que quienes escribieron la Ley Bitcoin son amateurs. Ahora, es demasiado tarde para que los bancos salvadoreños cumplan con cualquier nueva regulación que se anuncie. Los bancos simplemente no tienen suficiente tiempo. Y si los bancos salvadoreños no pueden adecuarse a las nuevas regulaciones, existe el riesgo de que sus bancos corresponsales extranjeros se preocupen sobre el cumplimiento y riesgo, y corten los vínculos comerciales con sus socios salvadoreños.  A diferencia de la Ley Bitcoin, que fue aprobada precipitadamente en medio de la noche del 8 de junio, la Ley de Integración Monetaria solo fue aprobada tras años de exhaustiva preparación, semanas de deliberaciones en el congreso y una luz verde detrás de escena del Departamento de Tesoro estadounidense y el Fondo Monetario Internacional. Además, había expertos de clase mundial involucrados en elaborar la ley de la dolarización, como el exministro de Hacienda, Manuel Hinds (ministro de Calderón Sol, entre 1994 y 1999). Por si fuera poco, nunca ha habido un documento oficial preparado por expertos que indique porque el actual sistema monetario de El Salvador debería cambiarse. Todo esto simplemente indica que las iniciativas respecto al Bitcoin y otras potenciales criptomonedas están siendo llevadas a cabo por personas que no tienen ninguna experiencia en reforma monetaria.

Parece que no hay consenso mundial sobre los criptoactivos. Hay gobiernos emitiendo regulación al respecto. En Estados Unidos, hay un grupo de trabajo presidencial que está elaborando recomendaciones sobre criptomonedas, algo que es relevante para un país dolarizado como El Salvador. ¿El mundo va en dirección a adotar el Bitcoin y otras monedas o en contra? 

Como un activo especulativo que es altamente volátil y riesgoso, las cripto(monedas) atraen mucha atención, especialmente de los evangelizadores del bitcoin. Como las cripto no son monedas, no es sorprendente que sean usadas en muy pocas transacciones, con la excepción de actividades ilegales. 

Tras la publicación de la Lista Engel, que incluye a varios aliados del presidente Bukele, usted relacionó los hallazgos a la Ley Bitcoin. ¿Cuál es la conexión clara que ve entre corrupción y el uso de bitcoin?

El principal uso del bitcoin es actividad criminal sospechosa. El estudio más detallado de esto indica que cerca del 46 % del uso de bitcoin es para facilitar actividad criminal, como lavado de dinero o financiamiento del terrorismo. Algunos de los salvadoreños nombrados en la Lista Engel, incluida la jefa de gabinete de Bukele, están acusados de lavado de dinero. Tendrías que estar loco para introducir un vehículo de corrupción (leáse bitcoin) en un ambiente que ya es corrupto.

Usted ha escrito que la Ley Bitcoin generará una “pesadilla regulatoria” a nivel internacional. ¿Podría explicar en qué consiste eso? 

El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI o FATF por sus siglas en inglés) es el “perro guardián de lavado de dinero y financiamiento de terrorismo” a nivel internacional. El GAFI regula que las partes involucradas en transacciones de activos virtuales provean información completa y suficiente del principio “conocer a su cliente”. También requiere que quienes envían y reciben activos virtuales obtengan conocimiento acertado e información acerca de la “transacción, el origen de los fondos y la relación con la contraparte”. Las posibilidades de que las transacciones de bitcoin salvadoreñas cumplan con esos requisitos son pocas o ninguna. La probable violación salvadoreña de las regulaciones del GAFI bajo la Ley Bitcoin garantiza un flaqueo ante el GAFI y sanciones económicas. El Salvador corre un gran riesgo de ser económica y financieramente aislado del resto del mundo. 

En esa línea del aislamiento, El Salvador ha estado negociando un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional desde marzo, que parece estancado al no haber notificaciones oficiales de avances. Varios altos ejecutivos del FMI han emitido postura diciendo que los criptoactivos no son dinero. ¿Cree que los planes para usar bitcoin o el Colón-Dólar tengan un papel en la negociación? 

No he hablado con funcionarios del FMI o del gobierno salvadoreño. Dicho eso, es claro que la Ley Bitcoin y otras fantasías de criptomoneda que El Salvador pueda tener jugarán decididamente un papel negativo en las negociaciones con el FMI, el Banco Mundial y otras instituciones internacionales. El motivo, entre otras cosas, es el hecho de que todo mundo es consciente que la Ley Bitcoin probablemente desestabilizará El Salvador y facilitará su transformación en un gran centro para lavar dinero. 

El  economista estadounidense Steve Hanke posa con un billete de 100 dólares el 27 de marzo de 1998 en Hong Kong. Hanke ha sido por décadas un promotor de la dolarización y sistemas monetatrios anclados a la moneda estadounidense. Foto de El Faro: Robyn Beck/ AFP.
El  economista estadounidense Steve Hanke posa con un billete de 100 dólares el 27 de marzo de 1998 en Hong Kong. Hanke ha sido por décadas un promotor de la dolarización y sistemas monetatrios anclados a la moneda estadounidense. Foto de El Faro: Robyn Beck/ AFP.

Cuando El Faro reveló las noticias del plan gubernamental de emitir una criptomoneda llamada “Colón- Dólar”, usted dijo en Twitter que lo consideraba un desastre. ¿Por qué considera el plan un desastre?

Gracias a la Ley de Integración Monetaria, El Salvador se deshizo de su moneda de tercera, una moneda chatarra, como el colón y la reemplazó con el dólar estadounidense, la mejor moneda internacional del mundo. Ahora, el gobierno pretende reintroducir el colón como una moneda virtual. Bukele asegura que tiene un plan para hacerlo, pero no creo que Bukele sepa qué significa la palabra “plan”. La criptomoneda Colón- Dólar es claramente una estafa que solo conducirá a un río de lágrimas. 

¿Cuál es el escenario que imagina?

Actualmente, el régimen dolarizado de El Salvador ha funcionado de maravilla. Desde 2001, la tasa de inflación anual de El Salvador ha sido del 2.03 %, la más baja de Latinoamérica. Las hipotecas de 25 años han estado permanentemente a una tasa de interés de alrededor del 7 %. El crecimiento del Producto Interno Bruto per cápita (medido como la igualdad del poder adquisitivo) y el crecimiento de las exportaciones han estado entre los más altos de los países latinoamericanos. Ahora, el gobierno quiere lanzar una nueva moneda al sistema, una que está siendo propuesta por los hermanos del presidente Bukele, por quienes nadie votó y sin ningún nombramiento.  ¿Por qué querrías algún cambio, sea la Ley Bitcoin o la propuesta de la criptomoneda? 

Pero la emisión de una moneda, como herramienta en la política monetaria, ¿no es una opción viable en un país con una posición fiscal tan complicada como la de El Salvador, para quien la deuda nacional representa cerca del 95 % del PIB para mediados de 2021? 

No. Emitir una criptomoneda es exactamente lo que no quieres hacer. En la coyuntura salvadoreña, si se introduce una nueva moneda, redundará en una inflación estilo latinoamericano y más altas y bajas en la economía. En resumen, vas a desestabilizar la economía. La estabilidad no es todo, pero cualquier cosa sin estabilidad es nada. 

¿La idea de una moneda estable o stablecoin nacional, respaldada por el Estado, no resuelve algunas de esas preocupaciones de volatilidad? 

No. Una stablecoin respaldada por el Estado puede ser más inestable que el bitcoin, particularmente una emitida por un país latinoamericano. De hecho, toda Latinoamérica está llena de crisis monetarias desastrosas que han empezado por monedas débiles y volátiles. 

Usted ha sido muy activo contra el plan de adoptar bitcoin como moneda de curso legal, incluso llamándolo estúpido. ¿Se considera enemigo de las criptomonedas? ¿Cuál es su posición? 

He estado involucrado en numerosas reformas monetarias exitosas en Europa y Latinoamérica. Esas reformas han funcionado de manera uniforme para aplastar la inflación y lograr estabilidad y buenos resultados económicos.  Por eso tengo una buena apreciación de lo que funciona y lo que no. En el mundo de las cripto, lo que funciona es un régimen de convertibilidad que no existe en este momento. Un régimen de convertibilidad tradicional emite una moneda que es convertible de manera gratuita a una tasa fija con oro o una moneda extranjera como ancla. Bajo un régimen de convertibilidad, no hay controles de capital. La moneda emitida está respaldada 100 % con reservas de la moneda ancla. Entonces, la moneda es simplemente un clon de su ancla. Estos regímenes han existido en cerca de 70 países y ninguno ha fallado. 

Un régimen de convertibilidad privado sería el arreglo institucional ideal para el mundo cripto. Sus oficinas y reservas podrían ubicarse, por ejemplo, en Suiza, un centro financiero seguro, regido por la ley suiza. Podría operarse con un pequeño staff y su moneda ancla podría ser emitida por un banco central o, si no se quiere eso, podría ser oro. Además, el balance financiero de una criptomoneda privada, incluidas sus reservas, podría estar disponible al público, debido a su naturaleza digital, y auditado por firmas independientes de manera regular. La clave de un acuerdo de ese tipo es que las personas podrían canjear su criptomoneda por una moneda real. El problema de las llamadas stablecoin actuales es que no hay garantías de canjeabilidad. Entonces la gente está amarrada a una stablecoin, difícil de usar en transacciones y que no puede ser canjeada a tasa fija por una moneda más atractiva.

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