En “un cuartito” de aproximadamente “tres por tres” metros, Óscar Téllez vio durante 30 minutos a su hermana, la exguerrillera Dora María Téllez, después de 80 días desde que fue arrestada por la Policía del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Se veía “pálida, muy pálida” y con 12 libras menos, lo sabe porque “la habían pesado en el centro de asistencia médica que tienen allí”, en el complejo policial Evaristo Vásquez, conocido como el “nuevo Chipote”, donde permanece recluida junto a otros 30 presos políticos capturados en el marco del proceso electoral en Nicaragua.
Dora María “no sabe por qué razón ha perdido 12 libras exactamente”, comenta Óscar. Sin embargo, él valora que “nadie pierde 12 libras de la nada y en el caso de ella, que es una mujer delgada, 12 libras es bastante y puede significar hasta el 10% de su peso”. Por lo que aprovechó, la única visita familiar que el régimen le ha permitido, para preguntarle sobre las condiciones en que se encuentra, a lo que la exguerrillera respondió que solo recibe sol una vez a la semana, está aislada de los demás reos y es interrogada hasta dos veces al día.
“Ella no le dio tanta importancia (a los interrogatorios) porque me dijo que —a veces— hasta del Covid-19 le preguntan”, relató el hermano de Dora María. Pero, “independientemente que no hay maltrato físico, porque no hay evidencia, ella me dijo que la interrogan dos veces al día y el solo hecho de que la sacan, la llevan de regreso, la vuelven a sacar y la vuelven a llevar de regreso, es hostigamiento en el menor de los casos”, agregó.
El “hostigamiento” que menciona Óscar también lo vivieron los familiares de presos políticos que acudieron a la visita familiar, después de meses reclamando ese derecho. La mayoría fueron fotografiados desde que ingresaron al complejo policial, los hicieron esperar por casi una hora y no les permitieron comunicarse entre sí hasta que salieron del lugar.
Según el hermano de la exguerrillera, la visita transcurrió “bajo estrictas medidas” de seguridad. El “cuartito” donde se reunieron tenía dos puertas, una daba hacia la sala de espera y la otra al lugar donde provenían los reos. “Me indicaron, antes de entrar, que no me quitara la mascarilla, que podía hablar con ella libremente y que la podía abrazar incluso”. En el trayecto, antes de entrar y después de salir, “estaba un joven con una de esas chaquetas negras, creo que era la Policía Técnica, filmando la escena”, relató.
En celdas de aislamiento
Mientras tanto, la presa política Tamara Dávila, de Unamos y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) se encuentra en una “celda de total aislamiento”, según reportó 100% Noticias, después que 20 presos políticos fueron visitados esta semana por sus familiares.
“De Tamara, aislamiento extremo, no comparte con nadie, está en aislamiento, nos preocupa el aislamiento extremo en el que se encuentra”, dijo un familiar de la presa política.
Tamara es interrogada “todos los días”, los oficiales “le mencionan —como una forma de tortura psicológica— el tema de su hija, (le dicen) que es una mala madre, que su hija está sufriendo. Es una herramienta que los torturadores usan sobre todo en las mujeres”, destacaron sus familiares.
A Ana Margarita Vijil sus familiares la vieron “demacrada, muy pálida”. Relataron que tuvo una infección estomacal severa, está debilitada y “no puede hacer ni el mínimo de ejercicio en la celda”.
Dávila y Vijil han “perdido peso considerablemente” “sobre todo Ana Margarita, quien además tiene una anemia profunda e infección estomacal severa”, explicaron sus parientes.
Policías filman los encuentros
Cuando Ana María Chamorro vio a su hermano, el precandidato presidencial Juan Sebastián Chamorro, después de 86 días encarcelado por el régimen orteguista, se apresuró a abrazarlo. La visita había sido autorizada un par de horas antes, por lo que ambos estaban muy emocionados. Mientras, una batería de policías grababa la escena familiar y fue hasta después de varios minutos que los dejaron solos para que pudieran platicar.
Ana María recuerda que desde que llegó al “nuevo Chipote” había oficiales por todas partes. “En la entrada de la recepción, cuando entregué mi cédula, había policías grabando. Después me hicieron esperar en el área de visitas, ahí igual había muchos antimotines, y cuando entré a un cuartito, ahí estaba Juan sentado, e igual la policía con cámaras filmando”, relató.
En medio de la emoción, Ana María vio a su hermano “bastante delgado” y estima que ha perdido entre 20 y 25 libras. Desde que fue encarcelado, en la última ola represiva del régimen de Ortega y Murillo, la Policía se ha negado a recibir los alimentos que todos los días llevan los familiares de los presos políticos y únicamente admite algunos líquidos y objetos de aseo personal.
“Me dice que le dan tres tiempos de comida, comida sencilla. En la mañana gallopinto, en el almuerzo lo que comen los policías en un plato pequeño, que no está mal, pero podría ser mejor si nosotros llevamos el alimento, porque cada uno tiene una dieta diferente. Tal vez, por eso es que todos han perdido tanto peso”, relató Ana María.
Juan Sebastián solo recibe la luz del sol una vez a la semana, es sometido a interrogatorios diarios y en la celda en que está recluido permanece con la luz encendida las 24 horas del día. “Eso descontrola un poco el ritmo para dormir, no sabe si es de día o de noche, pero Juan es una persona fuerte y todo terreno, entonces dice que él ha estado durmiendo”, destacó la hermana del aspirante a la presidencia.
Aguantando frío
Mientras tanto, los hijos de la dirigente de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), Violeta Granera, informaron a través de Twitter que pudieron ver a su madre después de 85 días detenida en el “nuevo Chipote”.
“Está bien flaquita y canosa, pero bien. Estaba superemocionada llorando porque no sabía de la visita, a tal punto que no me reconoció al instante”, escribió uno de los hijos de Granera. Ella “no tiene sábana ni almohada y ha comenzado el frío, lo que hace es que se arropa con el colchoncito, pero tiene baño. Está acompañada con la Dra. (María) Oviedo”, continuó.
El hijo de la dirigente opositora también detalló que los presos políticos “no saben nada” de lo que sucede afuera de la cárcel. “El mundo se detuvo adentro y no saben si la comunidad internacional y la gente en Nicaragua los olvidaron, ni saben si hay negociaciones. No les dan noticias. No le permiten ni la Biblia ni rosarios”, subrayó.
Orar por la libertad
Por su parte, el precandidato presidencial Miguel Mora, recibió la visita de su esposa, Verónica Chávez, después de 73 días detenido. Tiene “el semblante pálido y con 20 libras menos”, valoró.
“Miguel está más delgado, similar a como salió de la cárcel la primera vez”, explicó Chávez. “Él mandó un mensaje donde pide al pueblo seguir orando por la libertad de Nicaragua y de todos los presos políticos, y que no dejemos de tener fe”, continuó.
La esposa del aspirante a la presidencia también informó que Miguel “sigue pidiendo su Biblia” para leer, puesto que en la cárcel donde se encuentra no tienen acceso a ningún tipo de libro.
Este miércoles también la familia del dirigente de la UNAB, Alex Hernández, constató que su pariente se encuentra detenido en el “nuevo Chipote”, a pesar de que ni la Policía ni el Ministerio Público han reportado su detención ocurrida el pasado 24 de agosto.
Además, fueron visitados por sus familiares los presos políticos Hugo Torres, Víctor Hugo Tinoco, Suyén Barahona, Lesther Alemán, Max Jerez, Pedro Joaquín Chamorro, Luis Rivas, Pedro Vásquez, Juan Lorenzo Holmann, Miguel Mendoza, Francisco Aguirre Sacasa, Mauricio Díaz y Medardo Mairena.