Miles de personas marcharon desde el parque Cuscatlán, y otros sectores de San Salvador, hasta la plaza Morazán, en el Centro Histórico, para manifestarse en contra del mandato presidencial de Bukele y las leyes recién aprobadas por la Asamblea Legislativa controlada por él, como la Ley Bitcoin o la que purga al 30 % de los jueces del país.
Marta Martínez y su hijo Josué se hicieron presentes a la convocatoria del parque Cuscatlán para marchar en contra de 'una dictadura' impuesta por el presidente Bukele: 'No puede ser posible que él tenga el aval para una reelección, eso es algo que nunca se había visto. Este presidente en lugar de nuevas ideas trajo malas ideas', dijo ella en referencia a la posibilidad de reelección que habilitó la Sala de lo Constitucional impuesta por Bukele.
Encapuchados, acusados por los manifestantes de ser infiltrados enviados por el Gobierno, quemaron una motocicleta a la altura de la comunidad Tutunichapa. El resto de grupos organizados se desligaron de dicho acto durante el recorrido hacia la plaza Morazán y aislaron a este grupo de unos 30 hombres que llevaban sus rostros cubiertos e incluso bates.
Las organizaciones feministas que marcharon exigieron que el caso de la fosa de Chalchuapa se esclarezca, para ello, portaron una enorme pancarta negra con letras blancas donde solo se leía el nombre del municipio donde fue descubierto ese emblemático caso ocurrido en mayo de este 2021.
'El Bitcoin una ley que beneficia solo al negociante rico', dijo Jorge Magaña (de pañuelo rojo) durante los minutos previos a la marcha en la Alameda Roosevelt frente al parque Cuscatlán, el 15 de septiembre. Una gran parte de los manifestantes llegó ahí a protestar contra la ley que convierte en moneda nacional a la criptomoneda. Foto de El Faro: Carlos Barrera.
Uno de los eslóganes que circularon en redes para convocar a la marcha fue 'Estamos buscando a 20,000 personas que quieran construir paz', en referencia a la campaña de Gobierno que busca reclutar a 20,000 jóvenes para que dupliquen la Fuerza Armada de El Salvador. En la imagen, uno de esos carteles rotos por uno de los encapuchados.
Juan Soledad cargó una cruz con una inscripción que decía: 'Los derechos Humanos nacieron en 1992 y los mataron en 2021'. el primer año hacía referencia a los Acuerdos de Paz que pusieron fin al conflicto armado de 12 años en El Salvador.
Durante la manifestación hubo una mezcla de diferentes sectores de la sociedad salvadoreña. Algunas organizaciones feministas llegaron en perfecta organización, mientras que otros grupos espontáneos de familiares o amigos mostraron atuendos pensados para la ocasión, en esfuerzos de coordinación más pequeños.
Después del recorrido desde el parque Cuscatlán, grupos de veteranos de guerra y otros sindicalistas se apostaron en la plaza Morazán y gritaron consignas en contra de la ley Bitcoin y del aval de la Sala de Constitucional para la inmediata reelección presidencial.
Alexánder Velázquez tiene 20 años de vivir en Dallas, Texas, y viajó para poder salir a manifestarse: 'Gran parte de la diáspora está ciega, no ven la realidad del país, desafortunadamente es porque muchos no vienen, pero yo les digo: aquí no hay tren ni aeropuerto en oriente. La seguridad es mala, solo se puede estar donde a uno lo conocen, pero si uno va a otros lugares corre peligro', dijo.
Un reducido grupo de manifestantes intentaba destruir la cabina del cajero de bitcoin ubicado en la Plaza Gerardo Barrios, lo hacían con poco apoyo y alentados por un reducido grupo de personas que los rodeaban. El resto eran curiosos y periodistas que intentaban tener la mejor toma de dicha acción.
La cabina de cajero Chivo fue totalmente destrozada por el pequeño grupo de manifestantes en la plaza Barrios, eso ocurría mientras en la plaza Morazán, lugar de concentración de la manifestación, estaba llena de manifestantes que protestaban de forma pacífica.
La llegada a la plaza Morazán fue desordenada, esta imagen no define la cantidad total de personas que marcharon, pero sí la dispersión con la que arribó a la plaza. La concentración duró menos de una hora.