El Salvador / Política

Bukele buscará reelegirse en 2024 pese a que la Constitución lo prohíbe en cuatros artículos

En el marco del 201 aniversario de la independencia de Centroamérica, Nayib Bukele anunció que buscará otros cinco años de Gobierno y competirá por la reelección en los comicios presidenciales de 2024. Lo hizo en cadena nacional de radio y televisión, a casi un año de que una Sala Constitucional impuesta por él mismo abriera la puerta para romper la alternancia en el poder. El presidente buscará otro periodo,  pese a la prohíbición constitucional expresa que contempla la pérdida de sus derechos ciudadanos a aquel que promueva la reelección consecutiva de un presidente. El último mandatario de El Salvador que se reeligió fue un dictactor, Maximiliano Hernández Martínez, derrocado hace 78 años.

Víctor Peña
Víctor Peña

Viernes, 16 de septiembre de 2022
Jimmy Alvarado y Sergio Arauz

El presidente Nayib Bukele anunció que volverá a ser candidato a la Presidencia por segunda vez consecutiva en las elecciones presidenciales de 2024, a pesar de que la Constitución de la República prohíbe expresamente la reelección. En un discurso transmitido en cadena nacional en el marco de la conmemoración de la independencia de El Salvador,  la noche del 15 de septiembre, Bukele celebró el anuncio en un salón de Casa Presidencial, donde luego se montó una especie de cóctel junto a su familia, amigos y allegados con los que controla los tres Órganos del Estado. En 78 años, Bukele se convierte en el primer presidente de El Salvador, incluidos los militares de los albores de la Guerra Civil, que buscará mantenerse en el poder más de un período presidencial de forma consecutiva. 

“Luego de conversar con mi esposa Gabriela y mi familia, anuncio al pueblo salvadoreño que he decidido correr como candidato a la Presidencia de la República”, dijo el presidente frente a su esposa Gabriela Perezalonso y estallaron en aplausos los diputados de Nuevas Ideas que asistieron al evento y funcionarios públicos. Entre el público que asistió a la ceremonia estaba su exjefe de campaña y hermano, Karim Bukele; su primo y presidente de Nuevas Ideas, Xavier Zablah Bukele, y su tío y secretario de Comercio, Miguel Kattan.  

En las primeras filas del salón también estaban los presidentes de los otros órganos del Estado: el presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro -exsocio y amigo de juventud del mandatario-, que se puso de pie para gritar y aplaudir ante el anuncio; el presidente de la Corte Suprema de Justicia y Sala de lo Constitucional, Óscar López Jeréz, y el fiscal general de la República Rodolfo Delgado, que permanecieron sentados ante la decisión de Bukele. El último, sonriendo. En el vídeo del anuncio, también logra distinguirse que estuvieron en el salón, la mamá del presidente, Olga Ortez, y los papás de la primera dama.  

En su discurso, el presidente justificó que por primera vez El Salvador lleva el rumbo correcto y que esto es en gran parte porque su Gobierno ya no obedece a dictados internacionales: “Después de 201 años, al final vivimos una verdadera independencia. Pero esto no ha sido únicamente gracias al trabajo de nuestro Gobierno, sino porque trazamos nuestro propio destino y no obedecimos los dictados internacionales.” 

El camino correcto, defendió, es lo que ha llamado su guerra contra las pandillas, un giro que tomó a finales de marzo tras el rompimiento del pacto de su Gobierno con las pandillas. La piedra angular de la guerra es lo que acentúa más el autoritarismo de este Gobierno. A finales de este mes, El Salvador cumplirá seis meses en Régimen de Excepción, la suspensión del derecho al debido proceso y otras garantías constitucionales que han permitido encarcelar a más de 50,000 personas sin orden de detención ni delito en flagrancia, solo bajo el criterio del policía o militar que ejecuta la captura. En su discurso de ayer, el presidente volvió a simplificar la narrativa de los críticos de una medida que ya ha dejado a 73 muertos en prisiones, gente que no tenía ninguna condena. Según Bukele, quienes critican el Régimen defienden a las pandillas. Tal como demostró El Faro luego de acceder a expedientes bajo reserva que justificaban cientos de capturas del Régimen, muchas personas han sido encarceladas porque mostraron nerviosismo.

En El Salvador, a la luz de la historia, la reelección es sinónimo de dictadura. El último presidente salvadoreño que se reeligió fue el dictador Maximiliano Hernández Martínez. La prohibición constitucional para que un presidente se reelija data desde el siglo XIX y es una tradición basada en episodios concretos y lecciones dolorosas de historia que se han ido reflejando en las constituciones salvadoreñas prácticamente desde que el país se independizó. La nueva interpretación, que permitiría a Bukele reelegirse, devuelve a El Salvador a un tiempo donde la democracia existía solo en papel.

En el siglo pasado, el único que rompió la excepción de la alternancia en la Presidencia fue el general Maximiliano Hernández Martínez, genocida de la población indígena. Incluso para este popular presidente, la reelección fue un problema social. Su intención de postularse nuevamente fue uno de los factores que contribuyó a su caída, tras un alzamiento social, en 1944. En la Constitución de Hernández Martínez, de 1939, también se prohibió la reelección, salvo la excepción que el dictador se concedió a sí mismo. Esa Constitución incorporó una nueva prohibición: los parientes del presidente (incluidos hermanos, primos, hijos o parientes de su cónyuge) tampoco podían aspirar al cargo.

Aunque la Constitución se lo prohíbe, Nayib Bukele anunció que buscará la reelección presidencial, durante su discurso de conmemoración de los 201 años de independencia, el 15 de septiembre en Casa Presidencial. En la imagen, Bukele ofrece conferencia de prensa durante las elecciones de diputados y alcaldes, el 28 de febrero de 2021. Esa vez Bukele también irrespetó las leyes electorales cuando pidió abiertamente el voto durante una cadena nacional de radio y televisión. Foto de El Faro: Víctor Peña. 
Aunque la Constitución se lo prohíbe, Nayib Bukele anunció que buscará la reelección presidencial, durante su discurso de conmemoración de los 201 años de independencia, el 15 de septiembre en Casa Presidencial. En la imagen, Bukele ofrece conferencia de prensa durante las elecciones de diputados y alcaldes, el 28 de febrero de 2021. Esa vez Bukele también irrespetó las leyes electorales cuando pidió abiertamente el voto durante una cadena nacional de radio y televisión. Foto de El Faro: Víctor Peña. 

La puerta abierta por la Sala impuesta 

La puerta de la reelección, expresamente prohibida en la Constitución de El Salvador, la abrieron en una escueta resolución, cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional impuestos por el bukelismo el 1 de mayo de 2021, cuando la Asamblea Legislativa controlada por el partido oficialista destituyó al Fiscal General de la República y a toda la Sala de lo Constitucional en la misma noche.  

En su resolución del 3 de septiembre de 2021, los magistrados consideraron que solo compete 'al pueblo' decidir si el presidente debe continuar o, por el contrario, decantarse por otra opción. Lo único que deberá hacer Bukele para competir por su reelección será renunciar a su cargo cinco meses antes de que se abran las urnas, aunque aún es posible que el bukelismo haga ajustes a la legislación electoral y a la misma Constitución. 

La resolución de la Sala impuesta argumenta que el texto constitucional que prohíbe la reelección responde a necesidades de 'hace 20, 30, 40 años'. A la luz de los nuevos tiempos, concluyen los magistrados, eso representa una 'excesiva restricción disfrazada de certeza jurídica y el actuar de representantes que se resisten al cambio del soberano, que se resisten a escuchar la voluntad del pueblo'.

El Gobierno de Estados Unidos condenó esta resolución y la entonces encargada de negocios de la Embajada en El Salvador, Jean Manes, incluso comparó a Bukele con el expresidente venezolano Hugo Chávez: 'Hemos visto en la región cuando otros países han seguido ese camino, como es el caso de Venezuela, donde Chávez fue elegido democráticamente, pero paso a paso trató de conseguir más poder y limitar la independencia', dijo la diplomática en septiembre de 2021.

La Constitución de El Salvador prohíbe en cuatro artículos la reelección presidencial. El artículo 152 dice que no pueden ser candidatos a la Presidencia “el que haya desempeñado la Presidencia de la República por más de seis meses, consecutivos o no, durante el período inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del período presidencial”. Bukele cumplió en junio pasado tres años en el cargo.

El artículo 75 incluso establece la pérdida de derechos ciudadanos para quienes promuevan la reelección: “Pierden los derechos de ciudadano los que suscriban actas, proclamas o adhesiones para promover o apoyar la reelección o la continuación del Presidente de la República, o empleen medios directos encaminados a ese fin”. 

En otra parte, la Constitución establece que la única forma de proteger el sistema de Gobierno -la democracia- es garantizando la alternabilidad en el poder. El artículo 88 es un candado explícito para asegurar la alternancia en el ejercicio del poder. “La alternabilidad es  indispensable para el mantenimiento de la forma de gobierno y sistema político establecidos. La violación de esta norma obliga a la insurrección”, dice este artículo.

Y a estos se agrega el 154, que establece que la misma persona no puede estar en el cargo ni un día más después del 1 de junio, tras el fin de un periodo de cinco años. 'El período presidencial será de cinco años y comenzará y terminará el día primero de junio, sin que la persona que haya ejercido la Presidencia pueda continuar en sus funciones ni un día más', dice el artículo.  A parte de estos cuatro artículos, existen otros candados que explícitamente prohíben cualquier reforma constitucional que altere el sistema de Gobierno e impida la alternancia en el poder. 

Rodolfo González, exmagistrado de la Sala de lo Constitucional, explica que son cuatro artículos de la Constitución en los que las prohiciones son directas. Pero González dice que se puede hablar de 6 prohibiciones si se agrega la alusiones indirectas.  El exmagistrado también incluye 2 apartados en los que también se hace referencia a los candados que existen para hacer reformas a las cláusulas pétreas. 'Ni siquiera puede ser reformada, es una cláusula pétrea, en lo que se refiere a alternancia en la Presidencia de la República', afirma este experto en Constituciones de El Salvador. También agrega otra parte en la que se hace una referencia a los diputados: 'es obligación de la Asamblea desconocer al presidente que pretenda mantenerse en el cargo'. 

Desde que fue fundado el país, explica, solo una Constitución abrió puertas a la reelección: 'Partamos de que la vigente Constitución es la décimo cuarta en 200 años de historia de El Salvador.  En 13 de las 14 Constituciones de El Salvador ha estado incluida la prohibición de la reelección inmediata del Presidente.' 

El anuncio de la reelección presidencial se suma a la lista de violaciones a la Constitución que la administración de Bukele ha impulsado. El 1 de mayo de 2021, en su primera sesión, la Asamblea controlada por el presidente destituyó ilegalmente a los magistrados de la Sala de lo Constitucional y al fiscal general e impuso como sustitutos a personas afines al presidente, quienes tomaron posesión de sus cargos y de los edificios de la Corte y de la Fiscalía con ayuda de la Policía. 

Nayib Bukele durante su llegada al Salón Azul de la Asamblea Legislativa, el 1 de junio de 2022 para dar su discurso de rendición de cuentas por su tercer año de gobierno. A su izquierda le acompaña Óscar López Jerez, presidente de la Corte Suprema de Justicia que avaló la reelección pese a los artículos constitucionales. Foto de El Faro: Víctor Peña.
Nayib Bukele durante su llegada al Salón Azul de la Asamblea Legislativa, el 1 de junio de 2022 para dar su discurso de rendición de cuentas por su tercer año de gobierno. A su izquierda le acompaña Óscar López Jerez, presidente de la Corte Suprema de Justicia que avaló la reelección pese a los artículos constitucionales. Foto de El Faro: Víctor Peña.

En su mandato, la Asamblea controlada por el bukelismo también aprobó una amnistía a delitos de corrupción que pudieron haber sido cometidos durante la pandemia en los procesos de compras de insumos médicos y equipo de protección para hospitales. El fiscal impuesto desmanteló al Grupo Especial Antimafia, encargado de la investigación conocida como Catedral, que indagaba en las negociaciones del Gobierno con las tres pandillas para reducir los homicidios, el hurto y venta de alimentos del programa gubernamental de entrega de canastas de alimentos y la adjudicación de contratos del Programa de Emergencia Sanitaria.

El anuncio del presidente sucede en la misma semana en la que dos clasificadoras de riesgo degradaron la calificación de El Salvador. Moodys y Fitch Ratings consideran que El Salvador se acerca al default, a pesar de los esfuerzos del aparato de propaganda del Gobierno por desmentir esos pronósticos con el anuncio de una recompra de bonos que vencen entre 2023 y 2025. 

Tamara Taraciuk, la subdirectora para las Américas de Human Rights Watch, dijo que este anuncio era esperable. 'Este es el desenlace esperable después de la veloz arremetida contra el Estado de derecho de@nayibbukele desde que asumió el poder. El futuro de la democracia salvadoreña está más en riesgo que nunca ante esta decisión, que profundiza la deriva autoritaria del gobierno', publicó en su cuenta de twitter. Juan Pappier, investigador senior para las Américas de la misma organización, fue aún más duro en su red social: 'El Salvador hace rato va camino a ser una dictadura y muchos, por sesgo ideológico, cobardía, intereses geopolíticos u obsesión con la inmigración, no quisieron alzar la voz a tiempo o ayudar a impedirlo'. 

Según Bukele, si la comunidad internacional se pronuncia en contra, esto sería una 'protesta hipócrita' ya que en todos los países desarrollados existe la posibilidad de una reelección.  'Más de algún país desarrollado no estará de acuerdo con esta decisión', dijo, luego de agregar que 'no son ellos los que decidirán, sino (...) el pueblo salvadoreño'. 

Cuando la cadena nacional terminó la noche del 15 del día de la independencia, y durante unos diez minutos, desde algunas plazas clave de San Salvador empezaron a estallar fuegos artificiales que estaban preparados para el momento. La noche en que el presidente anunció que ignoraría la Constitución terminó con el estallido de petardos.

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