Inaugurado el Mundial, los bares alojan emociones y libertades. La Embajada, céntrico y clásico en San José, es anfitrión de esas relaciones añejas, fuertes y también conflictivas entre el balón y la botella. En Costa Rica el licor está desterrado de los estadios y de los patrocinios del deporte, pero gobierna libre en ese espacio entre cantinero, tele y consumidor.
Costa Rica llama ‘guaro’, en general, a esas bebidas que Qatar prohíbe a su gente y restringe a extranjeros, aún en días de fútbol y patrocinios multimillonarios. En la avenida 1 de San José, un bar viejo y popular llamado La Embajada es zona de excepción para las órdenes del emirato y en la noche de la inauguración mundialista aprovecha este hombre que se identifica con apodo: ‘Carajillo’. El mote significa ‘niño’ en costarricense y casualmente ‘café con licor’ en España, cuya selección debuta contra los ‘ticos’ este miércoles en el Mundial.
Meylin Corea es una ama de casa de Siquirres, un municipio del Caribe de Costa Rica, y quiso ir a la capital para beber cerveza con personas que no son su marido ni su padre en ambiente de fútbol masculino. Las libertades de la mujer han sido uno de los focos de Qatar ahora que el mundo parece descubrirlo. Este lunes en el Mundial los seleccionados iraníes decidieron no cantar el himno como señal de apoyo a las protestas que se desencaderon en su país tras la muerte con signos de tortura de Mahsa Amini, una mujer que cometió el pecado de llevar mal colocado el velo islámico.
En sus cinco mundiales, Costa Rica ha enfrentado a Brasil, Alemania, Italia, Uruguay e Inglaterra, pero nunca se ha cruzado con España y lo hará en Oriente Medio. Además de la larga relación cultural como tantos países latinoamericanos, Costa Rica recordará que un español llamado Antonio Moyano Reina dirigió a la selección en su primeras vitrinas mundiales, en los Juegos Olímpicos Moscú 1980 y Los Ángeles 1984, y que el portero estrella actual, Keylor Navas, también tiene la nacionalidad española que adquirió cuando jugó con Real Madrid. En una embajada ajena, España adorna con un afiche la bodega con las cajas de cerveza vacías.
La Selección de Costa Rica llega a su sexta Copa Mundial y casi dos tercios de la afición creen que avanzará a octavos de final, a pesar de la tormentosa eliminatoria y la calidad de los rivales en el grupo E: España, Japón y Alemania. Qatar 2022 es lejísimos y carísimo; muy pocos ‘ticos’ han viajado, pero la masa lo ve por TV y atempera el estrés por la economía, que además se dinamiza con el efecto de la ‘Sele’ en la publicidad y en el mayor consumo de algunos productos, como la cerveza. En la barra también suelen pasar a ‘segunda ronda’.
La relación licor-fútbol lleva años causando mareos a la parte modosa de Costa Rica, donde se ha discutido largamente una reforma legal para permitir el patrocinio de bebidas alcohólicas en el deporte, pero no se ha aprobado. Tampoco se aprobó una propuesta de un diputado para permitir durante este Mundial la venta de alcohol las 24 horas en bares y restaurantes, dada la diferencia horaria con Qatar. Como en el emirato, aquí es ilegal vender cerveza en los estadios o beberla en vía pública. Los bares, pues, ofrecen bienvenida, bebida y comida. Los ticos echan hielo a la cerveza y ni se disculpan.