Desde San Salvador y San José observamos el punto de partida del Mundial de Qatar 2022, con inocultables cuestionamientos por violaciones a derechos humanos que han marcado como nunca antes las informaciones previas a la competición, pero también con el interés futbolero que pueda generar en Centroamérica con Costa Rica como única representante. ¿Puede repetir el desempeño de Brasil 2014 o repetirá la penosa experiencia de Rusia 2018? Lo veremos cuando ruede la pelota a partir de este domingo y empecemos a conocer a lo largo del mes cuán acertados están quienes desde ahora ponen la copa en manos de la Argentina de Messi y compañía, en la madura generación de Bélgica o en esta Dinamarca que hasta ahora ha sidio protagonista por levantar la voz por los derechos humanos. ¿Descartamos a Alemania?