El Salvador / Cultura
Canadá, donde el fútbol de mujeres marca el camino a los hombres

El fútbol masculino canadiense va a Qatar 2022 dirigido por un exprofesor de gimnasia llamado John Herman, el DT que logró clasificar de primero en Concacaf después de manejar a la potente selección femenina.

SCOTT HALLERAN

Fecha inválida
Randall Corella Vargas

“Este es el equipo más tóxico con el que vas a trabajar en tu vida. ¡Buena suerte!”. Cuando el técnico inglés John Herdman escuchó estas palabras se quedó de piedra. Se las dijo Carolina Morace, segundos antes de que él entrara al camerino de la Selección Mayor Femenina de Canadá… para sustituirla.

Pero no sólo tuvo suerte. Tuvo éxito. Sin imaginarlo, aquel día del 2011 fue la primera página escrita por un hombre que marcó para siempre el fútbol canadiense. Una década después de aquel inesperado encuentro, Herdman está a las puertas de ser el primer entrenador de la historia que dirige en un Mundial masculino después de uno femenino.

Herdman, de 47 años, fue profesor de gimnasia y preparador físico de las ligas menores del Sunderland inglés, antes de empezar su carrera como director técnico de las Selecciones Femeninas de Nueva Zelanda, con las que participó en los mundiales Sub-20 y Mayor, así como en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Tras cinco años en Oceanía, viajó al norte de América en el 2011, para hacerse cargo de la Selección canadiense que acababa de sufrir un duro golpe al quedar eliminada en la fase de grupos del Mundial Femenino en Alemania, sin puntos y humillada por las anfitrionas, Francia y Nigeria.

Ahí el ambiente era turbio. La italiana Carolina Morace había renunciado a su puesto como entrenadora y en el radar estaba la próxima Copa del Mundo, que se realizaría en Canadá. Pero Herdman no se intimidó. Los éxitos comenzaron a llegar. Ese 2011, Canadá ganó el oro en los Juegos Panamericanos en Guadalajara, y un año más tarde, el bronce olímpico en Londres. 

Para el 2015, el papel de Canadá como selección anfitriona fue destacado. Ocupó el primer lugar de su grupo, por encima de China, Países Bajos y la propia Nueva Zelanda. En octavos de final, dio cuenta de Suiza con una victoria por la mínima, y cayó eliminada en Cuartos de Final ante Inglaterra, con un ajustado 2-1.

Un año después, Herdman se colgó una nueva medalla de bronce con las canadienses, esta vez en las olimpiadas de Río de Janeiro. 

Durante la gestión del timonel inglés, Canadá ocupó regularmente un lugar entre los cinco primeros en el ranking mundial de la FIFA y sentó las bases para ganar el oro olímpico, en Tokio 2020, una medalla que Herdman se colgó en espíritu, porque en enero del 2018, la Asociación Canadiense de Fútbol le solicitó que se hiciera cargo de la Selección Masculina.

Fue un paso que generó la crítica de algunos por dejar a una potencia mundial para irse a un equipo del montón, pero en su mente el objetivo estaba claro: llevar a los varones de Canadá a la máxima fiesta del fútbol, 36 años después.

“En mi primera reunión con los jugadores, les dije: No he venido aquí para prepararles para la clasificación o para ganar este partido que tenemos. Estoy aquí para prepararles durante cuatro años para que sean la primera selección canadiense que marque un gol, que consiga un resultado positivo y que pase la fase de grupos de un Mundial”, confesó Herdman al sitio web de FIFA. 

Semejante proeza requería de un cambio radical en el equipo, empezando por erradicar esa “cultura tóxica” como la que encontró en la Selección Femenina, esos ambientes que solo a veces llegan a los titulares de la prensa deportiva.

“Al principio, hubo un par de peleas en el entrenamiento, algo que no había visto antes, dos jugadores se agarraban del cuello y el resto les rodeaba. Entonces reuní a los líderes del equipo y les dije: Esta es la razón por la que este equipo talentoso no ha calificado a la Copa del Mundo desde 1986, ¿entienden eso? Si no entienden, van a perder la más grande oportunidad. Está en sus manos, ustedes son los líderes”, contó el técnico a la prensa canadiense. 

Lo comprendieron bien, y el premio llegó, aunque antes los canadienses tuvieron que andar uno de los caminos más largos para llegar a Qatar. Ubicada en el puesto 73 del ranking de la FIFA, debió disputar dos rondas eliminatorias antes de pasar a la octogonal final de Concacaf. Entre el 24 de marzo y el 8 de junio del 2021, enfrentaron sin despeinarse una fase de grupos ante Bermudas, Surinam, Aruba e Islas Caimán.

Después, entre el 12 y el 15 de junio se midió a Haití en una serie de dos juegos por un cupo en el octogonal. Otra ronda que superaron fácilmente con un marcador global de 4-0.

A pesar de lo mostrado en las rondas previas, su debut en la fase final, contra renombradas selecciones del área, era todo una incógnita y pocos le daban opciones de conseguir uno de los tres boletos directos a la Copa del Mundo.

Los pronósticos comenzaron a cumplirse en la primera fecha de la octogonal, el 2 de septiembre, cuando cedieron un empate 1-1 ante Honduras jugando en Edmonton. 

Para la segunda fecha, vino otro empate a un gol, aunque esta vez fue de visita ante Estados Unidos, en Nashville, y para la tercera, una goleada contundente de 3-0 sobre El Salvador.

A partir de ahí Canadá fue la sorpresa. Aunque en el equipo sobresalían figuras de renombre en el fútbol europeo, como Alphonso Davies (Bayern Munich), Jonathan David (Lille), Stephen Eustáquio (Porto) y Atiba Hutchinson (Besiktas), el timonel se las ingenió para que ningún nombre estuviera por encima del juego colectivo.

Invicta hasta la fecha 12, empató en México y Jamaica, y derrotó a Panamá, Costa Rica, México, Honduras, Estados Unidos y El Salvador, antes de caer por la mínima (0-1) frente a los ticos, en un juego que dominaron desde el pitazo inicial.

A pesar del tropiezo, el boleto no corría peligro. En el primer lugar de la tabla desde la mitad de la octogonal, sólo debían obtener un punto ante Jamaica en Edmonton, el 27 de marzo, para desatar un festejo que llevaba 36 años atorado en la garganta de los canadienses. 

Y con una inapelable goleada 4-0, el grito salió. Después del partido los aficionados cantaron a capella el himno nacional y el volante Jonathan Osorio hizo retumbar un tambor en la cancha, antes de dar la vuelta olímpica y jugar con la nieve acumulada alrededor del campo. 

“Disfrutamos el momento con los aficionados. Fue brillante, absolutamente brillante. ¡Canadá es una nación futbolera! Hay que creérselo y vamos por más”, proclamó Herdman ese día, recién bañado en champagne.

En un año, Canadá pasó de un simple participante a ser el equipo a vencer de la Concacaf. Y la razón de ese ascenso meteórico estaba más que clara para todos.

“Sólo puedo decir dos palabras. John Herdman. Eso es todo”, respondió el portero Milan Borjan. “Cada vez que habla con el equipo, este tipo me hace sentir como si quisiera atravesar una pared”, añadió Alphonso Davies, tras clasificar al Mundial como los mejores del área y a falta de un partido.

“Él te ayuda a redescubrir tu pasión. Y dentro de un equipo crea una cultura de unidad, una en la que tus egos se quedan en la puerta. Pasas 10 minutos en una habitación con él y estarás listo para atravesar una pared por él. Es así de carismático y apasionado por lo que habla”, aseguró en una entrevista la capitana y goleadora histórica de Canadá, Christine Sinclair.

Ser un máster en motivación no es la única fortaleza de John Herdman. Aportó estructura, responsabilidad, comunicación y nuevas tácticas al fútbol de Canadá. Su aporte fue fundamental para el desarrollo de un deporte al que los canadienses no estaban acostumbrados a animar, muy por debajo del hockey sobre hielo, el fútbol canadiense (similar al fútbol americano) y el lacrosse (una versión del hockey). Sólo tienen tres clubes de élite que juegan en la MLS de Estados Unidos (Montreal, Toronto y Vancouver) y la liga canadiense se fundó apenas en el 2019.

“Las huellas dactilares de Herdman están en todos los programas. Los cimientos que sentó para el fútbol femenino y masculino en este país, los caminos que llevaron a ambos equipos al éxito y despertaron una nueva popularidad del deporte en su tierra natal, lo convierten en la persona más importante del fútbol canadiense en la última década”, afirmó la prensa de ese país.

Ahora, todas las miradas se centran en el papel que jugarán en Catar, encuadrados en un grupo difícil, junto con Marruecos y dos gigantes europeos semifinalistas en el 2018, Bélgica y Croacia.

La historia canadiense en los Mundiales de fútbol sólo tiene un episodio, México 86, un recuerdo agrio con derrotas ante Francia, Hungría y la Unión Soviética, sin puntos ni goles anotados, pero ahora el comando lo tiene un hombre que puede estimular a los suyos mostrándoles lo que ya hicieron las mujeres. A veces las historia se arma al revés, y es bueno.

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