Luego de su histórica clasificación a Qatar 2022, por encima de Japón y Australia, con siete victorias en 10 partidos y una prometedora generación de futbolistas, las ilusiones de Arabia Saudí se elevaron como nunca antes para la que será su quinta experiencia mundialista.
Sin embargo, las expectativas de la afición árabe comenzaron a caer tras el sorteo de la fase de grupos, en el que los Halcones Verdes quedaron emparejados con la siempre favorita Argentina de Lionel Messi, y dos selecciones con una gran historia en el certamen, México y Polonia.
A esta preocupación se sumaron resultados poco alentadores: solo dos victorias en los nueve partidos amistosos previos a la justa mundialista (tres derrotas y cuatro empates). Sin embargo, eso no desmotiva al técnico francés Hervé Renard, un timonel exitoso en tierras africanas que ha variado un poco la táctica del cuadro árabe al 4-3-3 para dejar volar el talento de figuras como Salem Al Dawsari, Sami Al Najei y Saleh Al Shehri.
El objetivo está claro: repetir la histórica clasificación a octavos de final en Estados Unidos 94, de la mano de un inolvidable gol maradoniano de Saeed Al Owairan ante Bélgica. No es una faena sencilla, sobre todo si se repasa el andar de los Halcones por el Mundial desde aquella gesta: dos ausencias y tres salidas en fase de grupos.
Si los saudíes logran dar alguna sorpresa en su grupo, la ganancia será mayúscula. “Ir al Mundial sin ambición no tiene sentido. Tenemos que esforzarnos, creer que tenemos una oportunidad y llevarnos al límite”, dijo Renard en una entrevista con FIFA.com.