Población: 86 millones
Ránking FIFA: 23
Mundiales jugados: 5
Mundiales ganados: 0
La selección iraní llega a Qatar en plena crisis, con un equipo conflictuado y haciendo cálculos políticos en donde otros miran solo fútbol. Enfrentará en su grupo a dos países que el régimen considera hostiles: Estados Unidos e Inglaterra, y las autoridades iraníes ya han adelantado que ven en estos partidos una oportunidad de confirmar su nacionalismo derrotando al enemigo. Esto rara vez es un estímulo para los jugadores, con la legendaria excepción de la Argentina de 1986 y los dos goles de antología de Diego Maradona contra los ingleses, poco después de la guerra de las Malvinas. Pero Irán no tiene a Maradona.
El equipo llega además dividido, con manifiestas hostilidades públicas entre dos grupos de jugadores que dejaron profundas heridas, probablemente irreconciliables, durante la crisis sobre la continuidad del entrenador serbio Dragan Skocic, que los llevó a clasificar ganando quince de los dieciocho partidos dirigiendo a los persas.
Skocic fue despedido en julio, porque las autoridades iraníes querían un entrenador local para enfrentar a Estados Unidos e Inglaterra, pero lo reinstalaron seis días después por reclamos de violación al reglamento federativo. Ello dio pie a expresiones públicas de apoyo o desacuerdo con su permanencia por parte de importantes seleccionados, que no han sido superadas. Los más jóvenes, a quienes Skokic abrió la oportunidad de lucirse en su selección, le han acuerpado en contra de los más veteranos y reconocidos jugadores, como Mehdi Tarehmi, el jugador de Porto y autor del golazo de chilena contra el Chelsea que le mereció el premio Puskas al mejor gol de la Champions 2021; y el capitán Alirezah Jahanbakhsh.
En estas condiciones, Irán difícilmente podrá pasar de la fase de grupos, una aspiración histórica de esta selección que llega a su tercer mundial consecutivo, esta vez siendo la primera clasificada de Asia.