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México: el fracaso que no se quiso mirar

En la Primera División no hay ascenso ni descenso y se juegan dos torneos en un año donde califican 12 de 18 equipos a la ronda final y los clubes pueden alinear 8 extranjeros en cada juego y contratar hasta 10, sin controles de calidad. Luis Chávez, el mejor jugador del tricolor en Qatar, no debutó en la liga mayor hasta los 26 años.

ALFREDO ESTRELLA

Fecha inválida
Daniel Lizárraga

En un país como México, polarizado entre el oficialismo encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y una oposición desvencijada sin líderes ni proyecto político, sólo ha podido unirlo, en estos tiempos, la participación del tricolor en la Copa de Mundo Qatar 2022.

La euforia con la que se vive el fútbol en México -alentada principalmente por las dos grandes empresas televisoras; Televisión Azteca y Televisa- dejó dentro de un cajón, para otro momento, los datos y hechos que nos proyectaban hacia un rotundo fracaso. Ahora que la granada estalló esto es un caos. Y es que, por primera vez en 44 años, la Selección Mexicana quedó eliminada en la fase de grupos de un Mundial. La última vez que eso había ocurrido fue en Argentina 1978. 

López Obrador es un animal político que doblegó a las élites que controlaron los hilos del poder en el país hasta las elecciones del 2018 y, pese a los altibajos de su gobierno, goza de una popularidad de alrededor del 55%, según la última encuesta publicada el pasado 1 de diciembre en El Financiero. Pero de fútbol sabe muy poco o nada.

“Hay mucha afición para tan poco desarrollo deportivo en esta disciplina. Entonces lo que se tiene que hacer, por respeto a la gente, es formar buenos futbolistas, que se puedan crear escuelas y que destinen recursos con ese propósito”, dijo en su conferencia de prensa mañanera el pasado 1 de diciembre y remató con la siguiente frase: “El Gobierno Federal estaría abierto a apoyar con recursos para ese propósito, aunque le corresponde al sector privado”.

El problema no es de infraestructura; en México hay clubes como Monterrey, Pachuca, América, Guadalajara y otros más cuyas instalaciones están por arriba incluso de algunos equipos en las ligas española o italiana, como lo apuntó en una mesa de análisis en Televisa al ex técnico nacional Javier Aguirre.

Uno de los problemas, a contrapié de lo dicho por López Obrador, ha sido que gobiernos estatales y municipales perdonan pagos por luz y electricidad a los equipos de sus comunidades. Y, hasta hace no mucho, los clubes de Primera División tenían dos nóminas: una muy baja que reportaban ante las autoridades para desembolsar menos impuestos y otra con la que pagaban la mayor tajada a los jugadores. Votos son amores.

Pero en algo sí tiene razón: la podredumbre en la Federación Mexicana de Fútbol.

En México, no hay ascenso ni descenso en la Primera División. En México, se juegan dos torneos en un año donde califican 12 de 18 equipos a la ronda final y los clubes pueden alinear 8 extranjeros en cada juego y contratar hasta 10, sin controles de calidad. Luis Chávez, el mejor jugador del tricolor en Qatar –el motor del equipo y autor de un golazo contra Arabia Saudita- no debutó en Primera División hasta los 26 años.

Una cosa parte, no menos escandalosa, es la multipropiedad de los equipos. Aquí algunos ejemplos:

  • Atlas y Santos: Grupo Orlegi
  • Pachuca y León: Grupo Pachuca
  • Xolos: Grupo Caliente (que maneja una casa de apuestas)
  • América: Grupo Televisa (dueño de la mayoría de los derechos de transmisión en televisión y radio).
  • Atlético San Luis: Atlético de Madrid (51%) Familia Payán (30%) Inversionistas (19%)
  • Mazatlán FC: Grupo Salinas (Televisión Azteca dueña de una parte de los derechos de transmisión)

Esta élite empresarial del fútbol mexicano y las empresas a su alrededor como Adidas y las agencias de viajes pueden soportar la andanada de críticas por el fracaso en el Mundial de Qatar 2022, mientras el negocio goce de buena salud. Aquí dato: un estudio de Euroamérica, Sports Marketing, Amazon y Google reveló que se vendieron 1.6 millones de playeras de la Selección Mexicana colocándose en el cuarto lugar por encima de potencias futbolísticas como Inglaterra, Brasil y Alemania.

Pese a todo esto, el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol ha dicho que no renuncia. “No es necesaria, los dueños de los equipos van a tomar una decisión, es el fin de un ciclo mundialista”, dijo en una rueda de prensa aún en Qatar. Y luego, anunció que en 6 meses presentarán un plan para superar el fracaso… medio año cuando ellos sabían que la granada estallaría entre los cajones de sus escritorios.

Sin embargo, a pesar de todo, la afición ha culpado del fracaso al ahora ex director técnico. Lo han puesto en la pila de los sacrificios. Una encuesta del grupo Reforma reveló que el 44% de la gente mira cómo el único culpable al argentino Gerardo Martino. Los directivos quedaron atrás con el 27%.

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