Internacionales / Cultura
El fútbol lo gana el capital humano
Hay una brecha de rendimiento de América Latina respecto a Europa, a pesar de una tradición futbolística similar y población también cercana. Si se evalúa al fútbol como cualquier actividad productiva, se encuentra que hay condiciones ecónomicas, sociales e institucionales que marcan el desempeño de las selecciones nacionales.

Fecha inválida
Jaime García

Dentro del rango que marca la reconocida frase atribuida a Jorge Valdano, de que “el fútbol es la cosa más importante de lo menos importante”, el campeonato mundial que se juega cada cuatro años es el punto máximo de esa relevancia y en este 2022, desde Qatar, las imágenes pueden llegar a 5 mil millones de personas, 28% más que las del pasado mundial en Rusia 2018.

En nuestro continente este gusto por el fútbol está muy arraigado desde que el primer mundial se realizó en Uruguay en 1930 y lo ganó el equipo de casa. Pero después de 21 ediciones, en la región sólo Brasil y Argentina se unieron a Uruguay como campeones del mundo. Con estos 3 equipos, América Latina ha ganado el 43% de los campeonatos; el resto son en su totalidad de 5 equipos europeos.

Si se analiza el número de partidos ganados por regiones se encuentra que Europa ha triunfado en 393 juegos y América Latina, sin Uruguay, Brasil y Argentina ha ganado solo en 59 ocasiones a lo largo de 21 mundiales. En contraste, estas 3 selecciones latinoamericanas campeonas del mundo han ganado 140 partidos desde el inicio de los mundiales, sin incluir este 2022, donde sólo Brasil y Argentina siguen compitiendo en la etapa de eliminación directa contra una mayoría de equipos europeos.

Al ver estos resultados, podría sorprender la brecha en rendimiento de la región respecto a Europa, a pesar de que se tiene tradición futbolística similar a la europea y de una población de 656 millones, también cercana a la de Europa con 747 millones. Pero si se evalúa al fútbol como cualquier actividad productiva, se encuentra que hay condiciones ecónomicas, sociales e institucionales que determinan el desempeño de los países.

En el mundial importa el nivel de ingreso de los países. Al ver los juegos ganados de los países que han ido más de una vez al mundial de acuerdo a los grupos de ingreso del Banco Mundial, se tiene que los países con ingreso alto tienen un promedio de 12 juegos ganados. Mientras que es de 11.78 juegos ganados en los países de ingreso medio alto; aunque sin Argentina, Brasil y Uruguay el promedio baja a 6. Para los países con ingresos medio bajos es de 1.64 juegos ganados. Además, ningún país de ingresos bajos ha ganado un partido en el mundial, ni ha asistido al mundial más de una vez.

Los datos muestran que el ingreso importa, aunque no es completamente determinante, pues si así fuera Estados Unidos y Qatar serían campeones del mundo. Se necesita también optimizar el componente humano, la correcta administración del talento puede ganar un mundial. Schiaffino en Uruguay; Pelé en Brasil; Maradona en Argentina. Son claros ejemplos de un talento humano que fue identificado a temprana edad, entrenado de forma adecuada, desarrollado profesionalmente, y seleccionado para representar a su país en el momento justo de su carrera en compañía de otros jugadores talentosos.

Claramente, en una actividad intensiva en el factor humano; la estrategia de selección y desarrollo de las personas es clave. Si estas estrategias y procesos son exitosos es más sencillo identificar, reclutar y desarrollar no sólo a los Pelé o Maradona; si no a generaciones de jugadores que puedan destacar al mismo tiempo en un deporte colectivo de alto rendimiento. Por supuesto, desarrollar los procesos para identificar, desarrollar y potenciar el capital humano no es sencillo.

En general hay tres retos: el que no exista la suficiente cantidad de personas con las habilidades requeridas; que las personas tengan un porcentaje de las habilidades pero no el total; o que las personas cuenten con las habilidades pero no logren ser identificadas. Los países más exitosos en el mundial han logrado resolver estos problemas de desarrollo de capital humano, ya sea en sus propios países o recurriendo al extranjero.

Es decir, si queremos que nuestros países en la región mejoren en el mundial tenemos que considerar aspectos básicos de la competitividad económica. Las excepciones son Uruguay, un pionero del fútbol organizado que obtuvo beneficios rápidos del mundial, más Brasil y Argentina, que además de ser pioneros del futbol organizado también priorizaron al fútbol como un instrumento político y convirtieron la producción de jugadores en un atributo de su identidad nacional. Pero el resto de la región sufre ineficiencias en este mercado laboral producto de su entorno socio económico poco competitivo.

Así, cuando se analiza el porcentaje de la población sin escolaridad como un aproximado de la capacidad de incluir a la población total en procesos formales de capacitación, se encuentra que los países que tienen menos del 10% de su población sin escolaridad tienen en promedio 15 juegos ganados. En contraste, los países con más del 10% de la población sin escolaridad tienen apenas un promedio de 2.4 partidos ganados. La región promedia 6.39%; 6 veces más población sin educación que Europa. Siendo Uruguay y Argentina con 1% los mejor posicionados ocupando los puestos 39 y 40 de 169 países evaluados a nivel mundial por el Índice de Progreso Social en este tema en específico. Chile y Costa Rica les siguen con 3% pero en los puestos 62 y 64; mientras que Guatemala y Nicaragua son los de peor desempeño con más del 15%, en las posiciones 119 y 108 respectivamente.

Por supuesto, esto no significa que una mayor educación eleva necesariamente el desempeño en el mundial; pero sí queda clara la desigualdad en la capacidad de los países para formar capital humano. Más allá del fútbol, y desde una perspectiva positiva, tenemos ejemplos de países que también han logrado enfocarse en un sector en específico y generar las habilidades adecuadas para destacarse a nivel regional. Costa Rica y México impulsaron clusters de exportación de tecnología, siendo además los únicos países de América Latina que entre sus 3 principales productos de exportación hay productos tecnológicos, dispositivos médicos para Costa Rica y computadoras para México. El resto de los países están orientado a recursos naturales o maquila textil.

De manera que si la región aspira a ganar en el mundial, tiene que enfocarse en aspectos básicos de la competitividad económica. Pues como diría Eduardo Galeano, escritor e intelectual uruguayo, “en el fútbol, ritual sublimación de la guerra, once hombres de pantalón corto son la espada del barrio, la ciudad o la nación” y pueden dar hazañas deportivas, como el triunfo de Marruecos contra España en los octavos de final del mundial en Qatar. En el mediano plazo, las condiciones económicas, sociales e institucionales también cuentan para producir regiones competitivas y equipos ganadores.

 


 

* Jaime García es Director del Índice de Progreso Social para América Latina

 

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