Multitudes en Buenos Aires y Rabat marcaron este martes el cierre de los festejos de la Copa Mundial Qatar 2022, al recibir en la capital de Argentina a los campeones liderados por Lionel Messi y en la capital de Marruecos a la sorprendente selección que alcanzó el cuarto lugar entre los 32 equipos, la mejor posición en la historia para países africanos o árabes.

La concentración popular en la capital argentina, señalada por medios locales como la mayor en la historia del país, alcanzó tal magnitud que ni siquiera permitió la finalización de la caravana de futbolistas hasta el icónico Obelisco, quienes acabaron haciendo un sobrevuelo sobre la ciudad desbordada por más de 5 millones de aficionados.

En día decretado feriado por las autoridades, las celebraciones previstas para los alrededores del Obelisco se trasladaron también a inmediaciones de la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede de la presidencia argentina. Se suponía que allí iba a aterrizar el helicóptero para un saludo de los jugadores, pero el destino directo fue la sede de la Federación Argentina, su sitio habitual de concentración.

Antes, la TV había mostrado imágenes de dos jóvenes que se lanzaron de un puente al paso de la caravana: uno cayó dentro del autobús y otro entre la multitud.

Aunque la gente mostró una cierta decepción de que los jugadores no entrasen al centro de Buenos Aires, igualmente continuaron celebrando el triunfo en las calles.

'Me hubiera gustado que terminara de otra forma. Se subestimó lo que podía llegar a pasar. Solo una persona que no conoce lo que es el fútbol para el pueblo argentino podía llegar a pensar que esto no estaba dentro de lo posible. Me parece que si se hubiera organizado mejor se podría haber hecho de otra forma', dijo Román García, empleado administrativo de 38 años.

Para muchos, el tercer campeonato mundial logrado por la albiceleste obró como un bálsamo para los complicados momentos que vive el país sudamericano.

'Estoy muy contenta de que la selección haya ganado. Es muy importante para nuestro país. Más allá de los malos momentos, es un año que vamos a empezar con la victoria de Argentina y eso nos hace sentir bien', dijo a la AFP Marta Acosta, de 35 años.

'Llevamos ya varios años de mucha crisis económica, esto es un aire y un empuje también. Ver a Argentina ganar un Mundial siendo yo tan joven es una bendición', dijo a la AFP Lautaro Rodríguez, de 21 años.

Entre 5 y 6 millones de personas se habían congregado a lo largo del recorrido, inicialmente diseñado sobre unos 70 kms, según una fuente del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. 

Muchos de los fanáticos que celebraron vinieron de otras ciudades, tan lejos como Bariloche (en la Patagonia, sur), o de Rosario, la ciudad de Messi y Ángel Di María, y de las ciudades de la periferia de Buenos Aires.

Argentina obtuvo el domingo en Qatar su tercera estrella 36 años después del Mundial ganado en 1986 y tras perder dos finales en 1990 y 2014, ambas ante Alemania.

Recibimiento triunfal en Rabat

En Rabat, decenas de miles de hinchas marroquíes recibieron como héroes a los jugadores de su equipo nacional de fútbol, como agradecimiento a su gran recorrido en la Copa Mundial, donde alcanzaron las semifinales y desataron la celebración del mundo árabe, incluidos los anfitriones qataríes.

Entre la multitud, aficionados de todas las edades para aclamar a sus ídolos, que desfilaron en un autocar rojo desde el aeropuerto hasta las avenidas de la capital marroquí.

'Vine para celebrar la bonita historia de Marruecos en el Mundial, incluso aunque algunas decisiones de los árbitros no hayan sido justas', dijo a la AFP Adam Najah (27 años), camarero en un restaurante que viajó a Rabat desde Meknes (a más de 150 km) para 'vivir este día histórico'.

'Estoy orgulloso del equipo nacional. ¿Quién sabe? Quizás ganemos la copa la próxima vez', se ilusionó.

Los hinchas esperaron en muchos casos desde horas, en su mayor parte con camisetas de la selección de Marruecos y banderas. Delante de la estación de tren se encendieron bengalas, constataron periodistas de la AFP.

El plantel al completo, que hizo soñar durante casi un mes al país, fue después recibido por el rey Mohammed VI.

El soberano, acompañado por el príncipe heredero Moulay Hassan, condecoró al presidente de la Federación Marroquí, al entrenador Walid Regragui y a los jugadores, que estaban acompañados por sus madres, según la agencia de prensa MAP.

'El recibimiento por parte de Su Majestad el Rey de los jugadores acompañados de sus madres es un homenaje a esas mujeres marroquíes que se preocuparon por inculcar a sus hijos los valores del patriotismo, el sacrificio y la pertenencia nacional', subrayó MAP.

Marruecos fue derrotada en semifinales del Mundial por Francia (2-0) y cayó 2-1 ante Croacia en el duelo por el tercer puesto, por lo que terminó cuarta entre los 32 participantes.

Antes, los Leones del Atlas habían sorprendido ganando su grupo, en el que Bélgica quedó eliminada. Luego eliminaron a España en octavos de final y al Portugal de Cristiano Ronaldo en cuartos de final.