Muchas gracias a El País por el galardón. Estar aquí reafirma cuál es nuestro papel desde el periodismo. Lorena, Norma y Gustavo son una muestra de la histórica criminalización y los abusos de poder cometidos por el Estado salvadoreño.
En 2017, esta familia fue acusada de pertenecer a una pandilla. Les apresaron sin pruebas, pero aún la familia pudo demostrar su inocencia. Y cuando eso ocurrió, no hubo un Estado que les resarciera los daños ocasionados, como los días que pasaron en la cárcel, el trauma psicológico generado por la etiqueta de pandilleros con las que se les cargó.
Pero hoy, bajo un Régimen de Excepción que está por cumplir su primer año, esta familia reabre cada una de esas marcas del pasado. Durante este tiempo que ha dejado de ser excepcional, huyen. Se esconden. Se esconden por miedo. Temen ser detenidos.
¿Por qué huir y esconderse si no deben nada? De aquí el título de esta historia. Pues, bien, porque justamente en El Salvador que gobierna Nayib Bukele no hay cómo demostrar la inocencia, mucho menos cómo defenderla.
Cualquiera que sea detenido en este contexto está destinado a iniciar un proceso judicial largo y tortuoso. Bajo este Régimen de Excepción, van más de 62,000 personas encarceladas, a las que el gobierno acusa expresamente de ser parte de grupos terroristas.
Este reconocimiento confirma el compromiso que adquirimos al contar las historias de un país que se ensaña con las poblaciones más vulnerables, a las que el sistema les falla una y otra vez, y que desde siempre han sido criminalizadas por el simple hecho de ser pobres
Pero nada de esto sería posible sin esas voces que se atreven a denunciar pese al contexto hostil y desgastante que representa hacer periodismo en El Salvador.
Pese al miedo, a los ataques, las amenazas, las intimidaciones, el envío de drones a nuestras casas o el espionaje con Pegasus, seguimos ejerciendo este oficio gracias a esas voces valientes que nos conceden el privilegio de contar sus historias. Este reconocimiento va para cada una de ellas. Gracias a ellas estoy aquí esta tarde. Resistiendo.
Muchas gracias por este Ortega y Gasset.