Centroamérica / Política

Costa Rica: malas señales en el remanso centroamericano de la libertad de prensa

Tras un año en el poder, el presidente Rodrigo Chaves afianza un discurso ofensivo contra medios y periodistas críticos, mientras favorece a nuevas plataformas afines en un afán “democratizador”. Pese a la vigente división de poderes y la fortaleza institucional del país, el último reporte de la organización Reporteros Sin Fronteras rebajó 15 puestos en el ránking de libertad de prensa al país que antes del gobierno actual llamaba “estudiante estrella de la región”.

EZEQUIEL BECERRA
EZEQUIEL BECERRA

Lunes, 12 de junio de 2023
Álvaro Murillo / San José

“Mirá, colega, te lo resumo así: me vine a Costa Rica en junio del 2022 porque nunca dudé que era el único país de Centroamérica donde se puede hacer periodismo seguro y tranquilo. Me traje a mi familia y pensamos que sólo nos iríamos de aquí cuando pudiéramos volver a Nicaragua, pero con el nuevo gobierno vi algunas señales y ahora te soy sincero: no hemos terminado de desempacar las maletas”.

El que habla es un periodista nicaragüense que cruzó por montaña a Costa Rica para pedir refugio una noche antes de que policías de Daniel Ortega llegaran a buscarlo a la casa de seguridad donde estuvo escondido. Pide no publicar nombre  porque, dice, no quiere hacerse visible para el gobierno de Rodrigo Chaves o  las cuentas de redes sociales que suelen caer como avispas contra los críticos del presidente costarricense que tomó el cargo en mayo de 2022 con una promesa de romper con las dinámicas tradicionales del poder.

El periodista baja la voz, mira otras mesas de la cafetería y explica sus preocupaciones. “Es que así empiezan, colega. Que la prensa es aliada de partidos corruptos. Que la prensa tiene sus propios intereses empresariales. Que ya nadie le cree a la prensa. Que mire aquí hay otros nuevos medios que sí hacen bien su trabajo. Que en las redes sociales apoyan al Gobierno. Todo eso lo vimos desde hace unos años en Nicaragua y con otros presidentes aquí en Centroamérica, antes de llegar a cosas más graves como allanamientos, encarcelamientos, causas judiciales o expulsiones', dice. 'Es cierto que Costa Rica todavía tiene un sistema serio, con separación de poderes y cortes solventes es difícil que aquí se pueda llegar a cosas más graves, pero también es cierto que todo empieza por algo y ustedes no pueden descuidarse, ¿me entendés?”. Vuelve a ojear alrededor y se permite subir el volumen para comentar  el alto costo de la vida aquí en San José y el calor en estos meses.

Lo que el periodista teme lo reflejó en mayo  Reporteros sin Fronteras en su ranking mundial 2023. Costa Rica cayó 15 puestos, del 8  al 23, su peor resultado desde que empezaron  las mediciones en 2010. “Un estrepitoso descenso”, calificó la organización  local Instituto para la Libertad de Expresión (Iplex), que junto al Colegio de Periodistas de Costa Rica ha denunciado ataques verbales, restricciones a la información pública y acciones de amedrentamiento desde el Poder Ejecutivo, con el posible efecto de autocensura en los periodistas.

Las amenazas a la libertad de prensa forman parte del discurso de ruptura  del presidente  Chaves, acuerpado por una alta popularidad y respaldado por grupos empresariales más preocupados por la recuperación económica pospandémica que por las grietas del admirado sistema demócratico costarricense. Las usuales tensiones entre sectores de la prensa y sucesivos gobiernos nunca habían llegado a los niveles actuales. El 23 de mayo, el Tribunal Constitucional de Costa Rica concedió   un  amparo al periodista Jason Ureña  por “el lenguaje irrespetuoso y ofensivo” del presidente en una las conferencias de prensa televisadas que cada semana convoca, y que son fundamentales en su estrategia de comunicación. 

En aquella rueda de prensa, la primera de 2023, Chaves llamó “sicarios políticos” a reporteros y acuerpó el insulto “maldito” que una de sus ministras, acusada de pagar a un hombre por desinformar en redes sociales y atacar a rivales políticos, había proferido contra Ureña.

Los argumentos de los magistrados no habían sido publicados aún en la primera semana de junio, pero el fallo ya es una mancha en el recuento del gobierno actual. Se trata de una sentencia inédita contra un gobernante. “Ciertas expresiones y vocablos usados por los funcionarios no se justifican y sí constituyen un exceso, por lo que podrían promover el hostigamiento contra los medios y periodistas aludidos”, dice el comunicado del tribunal.

El gremio periodístico recibió la sentencia con alivio y como un recordatorio de que el país aún goza de separación de poderes y una institucionalidad con pesos y contrapesos. Por décadas el sistema democrático, el marco legal y la cultura política, han hecho de Costa Rica un ejemplo en América Latina en libertad de prensa.  “El estudiante estrella de la región”, dijo hace pocos días Reporteros sin Fronteras, justo para señalar que está dejando de ser ese bastión.

El expediente de los ataques es reciente, pero abundante. En 2021 Chaves prometió en campaña un 'tsunami' destructor contra La Nación y Canal 7, los dos medios más representativos del sistema tradicional en Costa Rica, después de que  publicaran las sanciones que el Banco Mundial dictó contra Chaves ante denuncias por acoso sexual, poco antes de su renuncia al cargo en ese organismo y su posterior llegada a la política costarricense como un total desconocido. Después  llamó a estos medios “canallas”, echando mano de la manera en que se había referido a ellos un mediático abogado y político llamado Juan Diego Castro, quien en marzo dedicó al mandatario su triunfo en un juicio contra un periodista por un caso que ha despertado las alarmas del gremio.

El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, durante una entrevista ofrecida a la agencia de noticias AFP, en la Casa Presidencial, en San José, Costa Rica, el 4 de mayo de 2023. Foto de El Faro: José Cordero/ AFP.
El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, durante una entrevista ofrecida a la agencia de noticias AFP, en la Casa Presidencial, en San José, Costa Rica, el 4 de mayo de 2023. Foto de El Faro: José Cordero/ AFP.

Acuerpado por la diputada  Pilar Cisneros, conocida periodista que trabajó en tres de los medios a los que Chaves culpa de quitar y poner presidentes en el pasado, el discurso presidencial ha sido constante contra todo medio  que lo critique o cuestione. Cisneros lo defiende a capa y espada: “No tengo ninguna duda, pero ninguna, de que Rodrigo Chaves es totalmente respetuoso de la libertad de los periodistas. Él lo ha dicho y yo lo he visto defender ardorosamente la libertad de expresión y de crítica”. Solo se defiende, insiste la diputada. “Lo que no pueden pretender es que el Presidente pase inadvertidos los terribles insultos que le hacen a él también”. 

Cuando el gobierno apenas tenía unos meses, el 3 de junio de 2022, en una entrevista en la emisora local Columbia, Cisneros afirmó que “hay medios que están cavando su propia tumba”, en referencia a las organizaciones periodísticas que según ella buscan solo los pecados del Ejecutivo.

Línea de acción

En sus primeros días de mandato la presidencia giró órdenes a los ministerios de restringir el contacto con la prensa y la calificó como “enemigo”. Pasaron las semanas  y en rueda de prensa del 3 de agosto Chaves dijo que en la diversa 'fauna mediática* hay algunos que son “ratas”. Otro día, en enero, comparó a medios o periodistas con “sicarios políticos”. Se ha vuelto habitual que el presidente exponga con nombre y apellido a reporteros o se ría de ellos en público. Después, esos reporteros reciben acoso en redes sociales de usuarios que pueden ser reales o troles.  En algunos casos el ataque llega desde cuentas localizadas en Asia. 

En ocasiones los periodistas han sido fotografiados cuando hacen preguntas al presidente, aunque los medios tradicionales cada vez acuden menos a sus ruedas de prensa, transmitidas en vivo en el canal estatal y en espacios digitales, y en las cuales suelen tener más espacio de pregunta comunicadores de medios que se autodefinen como alternativos y a los que Chaves trata con amabilidad. A algunos, el presidente los ha llamado “amigos”.

Es parte, dice el gobierno, de la “democratización” informativa, que ha incluído  redirigir decenas de millones de colones de la pauta institucional hacia nuevas plataformas, una práctica denunciada ante el Ministerio Público por un diputado opositor, que acusa a las autoridades de asignar los fondos con criterios políticos. Al mismo tiempo, las respuestas de la Administración ante peticiones de información pública son tardías y escuetas, cuando no evasivas; se lo han reclamado directamente periodistas al presidente y lo indicó también Reporteros sin Fronteras en su informe.

Chaves, que ha contagiado a sus ministros el discurso contra el periodismo crítico, ha sido capaz de atribuir a un medio un titular que este no había publicado, para después asegurar que respondía a intereses o cercanía con algún partido político. Suele  cuestionar en público la inteligencia de los reporteros y lamentar que no publican todo lo bueno que hace. Ha dicho que tiene una lista donde apunta las “mentiras” con nombre y apellido.  Su nuevo ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, aseguró en una entrevista que el problema es de los comunicadores, que llegan a confrontar: “los periodistas también tiene su forma y su estilo, y cuando alguien llega con veneno, con odio, a tratar de torear al presidente, pues esperen que el presidente también responda”.

El objetivo es vincular a la prensa con el statu quo y justificar los ataques como parte de una estrategia de ruptura con el pasado. Así Chaves, como otros presidentes de la región y siguiendo el modelo que ya instauró en Estados Unidos Donald Trump, acusa a los medios de ser parte de las élites, de los “ticos con corona” o de sectores que él adversa, como las universidades públicas. Les atribuye una confabulación con los partidos  opositores, que poseen 47 de los 57 escaños de la Asamblea Legislativa, o de estar sobreprotegidos por el Poder Judicial, al que Chaves también ha dedicado calificativos o críticas.

“Nefasto”, dijo en abril de una sentencia del Tribunal Constitucional en la que halló al Gobierno  culpable de ejecutar contra el periódico La Nación un mecanismo “indirecto, atropellado e ilegítimo que violenta la libertad de expresión”. El Ejecutivo había retirado permisos, por supuestas razones sanitarias, a un parque de eventos masivos  propiedad del mismo grupo empresarial del diario, y parte de su soporte financiero. Tras el fallo en su contra, Chaves acusó a los magistrados de realizar un “contorsionismo jurídico” en favor del grupo editorial, y aseguró que “el pueblo” reprochaba el fallo al Tribunal. Una encuesta independiente indicó después que ese repudió llegaba del 44% de la población.

Cano Hernández, vocalista de la banda mexicana
Cano Hernández, vocalista de la banda mexicana 'El Gran Silencio', se presenta durante el Grito Latino Fest en Parque Viva en Alajuela, Costa Rica, el 31 de marzo de 2019. Este espacio, propiedad del grupo editorial del periódico La Nación, es al que el gobierno de Rodrigo Chaves le retiró los permisos argumentando razones sanitarias. Foto de El Faro: Ezequiel Becerra / AFP.

Es claro que una parte de los costarricenses celebra las acciones de Chaves contra medios o periodistas. Lo indica el monitoreo mensual de IPLEX: “Es notoria la presencia de discursos de odio contra periodistas y conglomerados mediáticos en el país, la mayoría de ellos resultantes de ciertos hechos relacionados con declaraciones de representantes del Gobierno',  se lee en el informe de la organización. 'Esta correlación no tiene precedentes, ante un aumento de la polarización y actitudes agresivas hacia los medios de comunicación y la libertad de expresión, provenientes de la población civil simpatizante de la administración actual”.

Ya en la campaña presidencial lo advirtió una misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), al señalar su preocupación por las críticas constantes al rol de la prensa lanzadas por “una de las candidaturas”, en clara alusión a Chaves, que también hizo cuestionamientos contra el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).

A las denuncias se ha  unido  el Colegio de Periodistas, después de que la periodista Yanancy Noguera logró la presidencia en unas elecciones gremiales teñidas también por el “factor Chaves”. “Si bien siempre ha habido intentos (de acallar las críticas de la prensa), han sido aislados y de impacto limitado; ahora es dinámica continua de acciones lideradas por el Presidente de la República”, comentó Noguera. Lo señala como una estrategia política de construcción de supuestos enemigos, sobre todo en los primeros meses del gobierno, cuando partidos políticos y gremios empresariales preferían guardarse en público las críticas que en privado tenían contra Chaves.

Es lo que hacen también algunas misiones diplomáticas en San José, que monitorean las acciones contrarias a la libertad de prensa sin llegar aún a pronunciamientos públicos. “Costa Rica está muy lejos de la situación de países vecinos, pero esto que está pasando no deja de sorprendernos”, decía en una reunión privada una oficial política de una embajada. 

No cualquiera se atreve a señalar grietas en el sistema democrático de Costa Rica, del cual el mandatario se sigue ufanando en foros en el extranjero. Mientras tanto, otras instancias internacionales, como Reporteros sin Fronteras y la Relatoría para la Libertad de Expresión de Comisión de Derechos Humanos (CIDH), incluyen por primera vez a Costa Rica en la lista de preocupaciones para el ejercicio del periodismo.

Para el público interno, Chaves exhibe sin disimulos su pulso con algunos medios. Sabe que le granjean aplausos, aunque se apresura a decir que lo suyo no son ataques, sino defensa ante las informaciones de diarios o televisoras que según él mienten y tuercen la realidad,. “El día que se coarte la libertad de prensa yo me tiraré a la calle desde cualquier posición que esté”, dijo cuando un periodista le preguntó por el último informe de Reporteros sin Fronteras.

Luego menospreció el reporte diciendo que esa organización está pagada por los mismos medios de comunicación que se quejan en el país. “No hay un solo periodista detenido, no se ha allanado ninguna sala de redacción ni ningún servidor de un medio digital', dijo el presidente de Costa Rica. Y esto último sí es cierto, hasta ahora.

*Este reportaje forma  parte de un proyecto de cobertura de la situación de la prensa en la región centroamericana realizado con el apoyo del Fondo Canadiense de Iniciativas Locales.

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