La reducción de 84 a 60 diputados, aprobada en un madrugón el miércoles 7 de junio, acomodará el escenario electoral en favor del presidente Nayib Bukele y su partido. El cambio drástico de reglas ocurre a ocho meses para las elecciones generales y en las que el propio presidente Bukele ha dicho que competirá en busca de su reelección, a pesar de la expresa violación constitucional. Las reformas desbalancean aun más la arena política ya que el contendiente más poderoso de los 10 partidos en contienda, Nuevas Ideas, ha logrado moldear a su favor las reglas electorales que el resto de partidos políticos debe obedecer.
El decreto fue aprobado en la misma noche que la iniciativa entró a la Asamblea Legislativa. En una noche, y con 66 votos, el partido de Gobierno junto con sus aliados de Gana, PDC, parte del PCN y dos exareneros, cambió la fórmula que en cada elección traduce la cantidad de votos que obtiene un partido en la cantidad de escaños que ocupará en el Salón Azul. No solo se aprobó que haya menos diputados, sino que estos también se distribuyan de forma distinta a como se ha hecho desde 1994, y esto beneficia al partido con mayor aprobación actualmente que es Nuevas Ideas, según encuestas recientes.
En pocas palabras, con la nueva fórmula, el bukelismo se asegura de aumentar la concentración de poder en la Asamblea pero principalmente de disminuir las posibilidades de representación de las fuerzas políticas minoritarias.
El efecto se observa mejor de la siguiente manera. En 2021, con 84 diputados, se aplicó la fórmula tradicional (denominada Hare/restos mayores) conocida como “de cocientes y residuos”, y la fracción de Nuevas Ideas obtuvo 56 diputados, o sea, ganó el control del 66.7 % de las diputaciones de la Asamblea. En 2024, si la cantidad de votos de 2021 se mantiene, pero si se usa la nueva fórmula (denominada D’Hont) y además se toma en cuenta que el universo es únicamente de 60 diputados, Nuevas Ideas obtendría 50 diputados, es decir, aumentaría el control y pasaría a concentrar el 83.3 % del total.
En la oposición pasaría a la inversa. El partido más numeroso de la oposición es Arena, que actualmente tiene 14 diputados, de 84. Con el cambio de fórmula, y si se usan los mismos resultados de la votación de 2021, Arena obtendría solamente tres diputados de 60 posibles. Su representación en la Asamblea bajaría del 17% al 5% del total de sillas en el Salón Azul. Esto tiene un matiz pues Arena ha estado diezmada desde el inicio de la legislatura: una diputada se fue del país y dos diputados ya renunciaron al partido y han declarado su intención de formar nuevos movimientos políticos.
Reducir el número de escaños y cambiar la fórmula supone “una afectación al pluralismo político”, pues disminuirá la cantidad de partidos representados en la Asamblea, concluye un estudio de la organización Acción Ciudadana. El estudio, divulgado en marzo, usó modelos matemáticos para calcular cómo cambiaría la conformación de la Asamblea si se hacían los cambios que anunció Bukele el 1 de junio.
La ventaja para Nuevas Ideas se nota aun más cuando se toman en cuenta sus fuerzas aliadas (Gana, PCN y PDC). Los cuatro partidos acumulan actualmente el 76 % de los diputados de la Asamblea. Si a los resultados de la votación de 2021 se le aplica la nueva fórmula además de la reducción a 60 diputados, los cuatro partidos llegan a concentrar el 93 % de las curules en el Salón Azul.
Pero este último escenario de concentración casi absoluta del poder en realidad es irreal porque en 2024 el bukelismo habrá cambiado y las alianzas de Nuevas Ideas ya no serán las mismas. Por un lado, Gana ya no es tan fuerte como cuando Bukele decidió ocupar esa bandera para competir en la presidencial de 2019. Gana se ha dividido y de la escisión ya surgió un nuevo partido llamado Fuerza Solidaria que le disputará sus votos. Por otro lado, hay partidos aliados del bukelismo que están condenados a desaparecer en 2024 debido a la disminución a 60 diputados y a la nueva fórmula electoral.
Entre los partidos a desaparecer estaría el PCN, actualmente con dos diputados, Nuestro Tiempo y Vamos, que tienen un diputado cada uno en la Asamblea. “Nuestro Tiempo, Vamos y PCN quedarían fuera de la Asamblea por no alcanzar el número de votos estimados en el cociente electoral”, concluye el estudio.
Esto quiere decir que la cantidad de partidos políticos representados en la Asamblea bajaría de ocho a cinco, si se toman como base los resultados de 2021 y el censo de población ajustado de 2007. “Los datos demuestran que una reducción al número de escaños y un cambio en la fórmula electoral, representa una concentración de poder en un solo partido político (…) lo que podría significar la consolidación de un partido hegemónico”, dice el estudio.
La existencia de un partido hegemónico no significa que no haya más fuerzas políticas, sino que la existencia de estas no representan “una opción real de poder”.
La disminución de diputados en la Asamblea también beneficia a Bukele, dice otro informe de la empresa de análisis y servicios financieros EMFI, del Reino Unido, porque se reduce la cantidad de aliados que necesita para permanecer en el poder. El informe al que tuvo acceso El Faro y que titula uno de sus apartados 'La tiranía de la mayoría' agrega que el cambio de fórmula beneficiará al partido de Bukele porque, 'aunque su respaldo electoral disminuya respecto 2021, mantendrá la mayoría'.
“Clara y llanamente lo que buscan es manipular el sistema electoral para eliminar a la oposición en este país. A este Gobierno no les gusta la disidencia ni la crítica a lo que ellos hacen, ni que gente que piense diferente a ellos tenga una posición política para poder estar señalándoles lo que corresponde en un sistema democrático. Quieren eliminar la oposición a casi cero”, dijo Carlos Araujo, exdirector de la Junta de Vigilancia Electoral y exasesor del Tribunal Supremo Electoral, en una entrevista televisiva este 8 de junio.
En una entrevista de la Radio YSUCA, Sidney Blanco, exmagistrado de la Sala de lo Constitucional, alertó del deterioro democrático por la afectación a las minorías. 'Democracia no es que solo la mayoría participe y decida. La democracia representativa va mucho más allá y uno de los temas centrales que consideraron los fundadores de la Constitución de 1983 era justamente darles participación a las opiniones minoritarias. Aplastar las minorías relevantes es nocivo para la democracia y destruye el pluralismo. La Asamblea representa al pueblo entero y es importante escuchar las opiniones, la diversidad de ideologías. Es gravísimo', dijo.
La fórmula que mata residuos
La fórmula Hare/restos mayores (cocientes y residuos) se usa en democracias que tienen un sistema de representación proporcional como el salvadoreño. Es una de las fórmulas que garantiza mayor pluralidad en congresos y parlamentos, pues permite que incluso los partidos minoritarios logren presencia en esas instituciones.
Explicado de manera sencilla, la fórmula calcula un cociente electoral y para esto se divide el número de votos emitidos en un departamento entre los escaños que allí se disputan. Por ejemplo: el departamento de San Salvador reparte 24 escaños y en las elecciones de 2021 hubo 737,221 votos válidos. El cociente es de 30,718 en San Salvador y con ello, cada partido calcula cuántos diputados ganó, en función de cuántas veces quepa el cociente en la cantidad de votos obtenidos. En San Salvador, en 2021, Nuevas Ideas obtuvo 515,544.80 votos lo que le permitió obtener 17 diputados, de los cuales 16 fueron por cociente y uno por residuo.
El residuo se explica así. Cuando a cada partido le han “sobrado” votos en un departamento y estos no alcanzan el cociente electoral para obtener un nuevo escaño, a ese remanente se le llama residuo. Y la fórmula Hare/restos mayores permitía que los partidos pequeños compitieran con su residuo más alto para ver quién obtenía un escaño. Un buen ejemplo de un partido que se beneficiaba de esta fórmula es Gana que, siendo minoritario, obtuvo en 2021 cinco diputados en todo el país, y todos ellos fueron por residuos.
Con la sustitución de esta fórmula por la D’hont los residuos se eliminan. Con la disminución al número de escaños el cociente electoral por cada departamento aumenta bastante.
Eso, si se ve el mapa actual del Salón Azul, significa la desaparición de diputados de todos los partidos. De los 84 diputados electos en 2021, por ejemplo, el sistema Hare permitió la asignación de 54 diputados por cociente, mientras que 30 lograron su escaño con residuos de votos. Con el cambio de fórmula, y con el consecuente aumento en el cociente electoral, es de suponer que muchas de esas diputaciones ganadas por residuo también desaparecerán.
Esto quiere decir que Nuevas Ideas está dispuesto a sacrificar seis de sus diputaciones ganadas con residuos en 2021. Edgardo Mulato, en San Salvador; Erick García, en La Libertad; Evelyn Merlos, en Santa Ana; Herbert Rodas, en La Paz; Saúl Mancía, en Chalatenango, y Juan Rodríguez, en Morazán. Todos ellos tendrían que esforzarse más para ganar más votos si quieren reelegirse.
Por el lado de la oposición, los que entraron por residuos son la diputación de Vamos, actualmente en manos de Claudia Ortiz, y la diputación de Nuestro Tiempo, en manos de Johnny Wright. Pero además, los cinco diputados actuales de Gana, tres de los cuatro diputados del FMLN y 11 de los 14 diputados de Arena. También los dos diputados del PCN y el único diputado del PDC. La madrugada en la que aprobaron el cambio, varios de estos diputados que entraron por residuo respaldaron la medida aunque eso implique probablemente su desaparición. Entre los que votaron estaba Romeo Auerbach, de Gana; Reynaldo Carballo del PDC; los dos exareneros Carlos Reyes y Donato Vaquerano.
Al cambio de reglas electorales también se agregan otras disparidades en la competencia, como por ejemplo, el acceso a la deuda política que entrega el Ministerio de Hacienda. La deuda política es dinero, que en algunos casos llega a millones de dólares, que el Estado entrega a los partidos para que puedan hacer campaña. Arena, por ejemplo, no ha recibido los casi 3 millones de deuda política que le corresponde desde la elección de 2021 porque ese dinero fue embargado debido a un proceso penal. También en 2021, Hacienda retuvo el fondo para las alcaldías del país con lo cual los gobiernos locales de todos los partidos no pudieron hacer obras lo que afectó su imagen en términos electorales, y ahora las obras municipales las centraliza una instancia del Ejecutivo llamada Dirección de Obras Municipales (DOM). Además, altos dirigentes de los partidos Arena, FMLN y Vamos han sido procesados por el fiscal impuesto por el bukelismo.
Para justificar el cambio, diputados oficialistas hicieron uso de una narrativa engañosa, según la cual, lo que se busca es propiciar que cada voto tenga el mismo valor. No era justo, dijeron, que los candidatos por San Salvador o La Libertad requieran más votos individuales que un diputado en departamentos más pequeños y con menor población. La explicación es engañosa porque la igualdad de un voto con otro se determina en función de su misma circunscripción o departamento. No puede compararse el voto de un departamento pequeño con uno grande.
Bukele, horas después de aprobada la reforma, no tuvo reparos en aceptar que se trata de “nuevas reglas” con las que se competirán en 2024. Aprovechó también para atacar a sus adversarios: “Dicen defender la democracia, pero quieren que se les asignen curules sin que el pueblo vote por ellos. La nueva regla es simple: ¿Usted quiere ser diputado? Entonces convenza a la gente a que vote por usted”.
Las reformas se han mantenido en absoluto secreto, e incluso el vicepresidente Félix Ulloa dijo en la entrevista de TCS del viernes 2 de junio que no sabía “para nada” del tema. 'El presidente siempre tiene esa prudencia de manejar, él, lo que va a decir y lo anuncia en el momento que lo considera oportuno. Creo que él recibe insumos, opiniones de todos los que estamos tratando de apoyarlo en su trabajo; pero al final la decisión la toma él”, dijo.
La reforma electoral se aprobó sin discusión, algo que se ha repetido en la Asamblea desde mayo de 2021, como ocurrió con la destitución de funcionarios, la aprobación de la Ley Bitcoin, la purga automática de jueces, o la aprobación de préstamos. La reducción de los municipios, de 262 a 44, avanza mucho más lento y por ahora se encuentra en la fase de discusión en la Comisión Política de la Asamblea.
También el Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmó que no había sido consultado sobre estas reformas a pesar de ser la autoridad en materia electoral. El magistrado Julio Olivo dijo en la entrevista TVX del miércoles 7 de junio que los cambios en materia electoral les afectan como organismo encargado de ejecutar la votación: “Cualquier regla de elecciones no va a funcionar si hay entidades que están modificando la regla electoral. El llamado sería no seguir haciendo más cambios, tal parece que vamos a llegar hasta el último día de elecciones así, eso nos lleva alteraciones”, dijo.