Estas son algunas de las personas que forman parte de ese 14 % de salvadoreños que están en fase crítica o de emergencia de inseguridad alimentaria. En ninguna de esas casas se come tres tiempos al día. En ninguna hay carne. En ninguna hay lácteos. En casi todas, suele haber maíz. O, cuando la crisis aprieta, frutas y flores que recogen en el monte. Lavan ropa ajena, chapodan tierra ajena para tener algo que comer. Y, aún así, acaban contando las tortillas para racionarlas. En muchos de estos casos, el régimen de excepción ha encarcelado a los hombres que traían algún dinero a las familias. Eso a pesar de que algunas de esas familias fueron víctimas de las pandillas.