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La isleña que venció al régimen

Carlos Barrera

Miércoles, 8 de mayo de 2024
Carlos Barrera

Virginia venció. Después de perder tanto, de perder sin razón alguna lo que más ama, lo logró.  Virginia, a sus 50 años, vendiendo conservas de coco y semillas de almendra, venció al régimen. Viajando desde su isla hasta el juzgado, y a los centros penales, recuperó al hijo que el Estado le robó. Virginia, a pesar de las limitantes económicas, perseveró y derrotó la injusticia que le impuso la política más célebre y aplaudida del hombre más poderoso que El Salvador ha conocido en toda la posguerra: Nayib Bukele. Virginia logró lo que poca gente ha logrado en los últimos dos años.

Virginia Cali es habitante de la Isla Espíritu Santo, de la Bahía de Jiquilisco, Usulután. Estudió hasta cuarto grado de educación básica y aprendió a hacer conservas de coco que vende en la carretera del Litoral. La isla en la que Virginia y su familia viven es un ejemplo de cómo policías y militares han actuado como jueces durante el régimen de excepción capturando indiscriminadamente a miles de personas. En la isla nunca hubo pandillas. Sin embargo, Samuel, el hijo de Virginia, que en aquellos días tenía 17 años, fue capturado la noche del 3 de julio del 2022, cuando el régimen tenía poco más de tres meses de haber iniciado. Hasta esta fecha contabiliza más de 78,000 capturas. 25 fueron en la isla sin pandillas. 

Según un informe del Socorro Jurídico Humanitario, se han registrado 236 casos de personas que murieron dentro de las cárceles, bajo custodia estatal y en su mayoría sin haber sido juzgadas. La arbitrariedad del régimen ha destruido el debido proceso, se hacen audiencias de cientos de personas simultáneamente, sin individualizar cada caso. Toda la información sobre el régimen de excepción es un secreto de Estado. Se sabe que hay unas 7,000 personas liberadas en este periodo porque el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, lo dijo en una entrevista televisiva. Samuel es una de esas personas. Virginia lo logró.

Para Virginia, el viaje para recuperar a Samuel fue más turbulento que las aguas picadas que sacuden las lanchas que navegan por la bahía. Tuvo que pagar decenas de viajes en lancha, por 25 dólares, para poder salir de madrugada con un paquete de suministros, ir hasta el Centro de Inserción Social El Espino, Ahuachapán, a más de 200 kilómetros de la isla. Hizo repetidos viajes a los juzgados de Usulután y San Miguel para seguir el proceso de su hijo. Incluso con la carta de libertad en mano, tuvo que ir tres veces a la prisión, hasta que por fin le devolvieron a su hijo. 

Cada viaje mensual a dejar el paquete carcelario le quitaba al menos 35 dólares de su ya empobrecida economía. Pero recuperó a Samuel. Virginia perdió tiempo. Durante casi 20 meses combinó su trabajo de cocinar conserva con sus trámites de liberación. Pero recuperó a Samuel. Virginia perdió incluso la esperanza cuando su hijo fue condenado a diez años por el falso testimonio de un sargento ante la Cámara de Menores de Usulután. Apeló la decisión. Recuperó a Samuel. Virginia fue aplastada por una política sin normas claras. Pero recuperó a Samuel que no es marero ni nunca lo fue, como ella sabía desde siempre, al igual que toda su comunidad, y ahora mismo el Estado salvadoreño. Samuel no es marero. Virginia no es madre de un marero. Tras 589 días de prisión para Samuel, esa madre isleña venció a un régimen construido para no dejarse vencer. Aún permanecen 17 isleños capturados en las celdas del régimen. 

 

 

El 13 de diciembre del 2023, Virginia Cali, de 50 años, caminaba frente a la entrada de la Granja de Rehabilitación de Ilobasco luego de preguntar por el proceso de liberación de su hijo Samuel, quien había sido absuelto del delito de agrupaciones ilícitas. Ese día, y el siguiente, Virginia se iría sin su hijo debido al proceso burocrático de dicho centro. Sería hasta casi dos meses después que Samuel recibiría la libertad.
El 13 de diciembre del 2023, Virginia Cali, de 50 años, caminaba frente a la entrada de la Granja de Rehabilitación de Ilobasco luego de preguntar por el proceso de liberación de su hijo Samuel, quien había sido absuelto del delito de agrupaciones ilícitas. Ese día, y el siguiente, Virginia se iría sin su hijo debido al proceso burocrático de dicho centro. Sería hasta casi dos meses después que Samuel recibiría la libertad.

 

 

En una de las paredes de la casa de Virginia aún cuelga dentro de un marco de madera un afiche que dice:
En una de las paredes de la casa de Virginia aún cuelga dentro de un marco de madera un afiche que dice: 'Exigimos justicia y libertad para Samuel Hernández Cali'. Esos afiches eran llevados por los familiares de los detenidos de la Isla Espíritu Santo a cada protesta o plantón al que asistían.

 

 

Cada semana, Virginia sale de la isla para llevar el producto que elabora a vendedores minoristas. Durante el tiempo que su hijo estuvo detenido no dejó de trabajar, ya que la venta es su único ingreso y tenía que guardar $35 cada mes para llevar a Samuel un paquete con enseres de limpieza y otras cosas básicas.
Cada semana, Virginia sale de la isla para llevar el producto que elabora a vendedores minoristas. Durante el tiempo que su hijo estuvo detenido no dejó de trabajar, ya que la venta es su único ingreso y tenía que guardar $35 cada mes para llevar a Samuel un paquete con enseres de limpieza y otras cosas básicas.

 

 

Samuel fue capturado cuando tenía 17 años. Salió de la cárcel con 19. Estuvo detenido en el Centro de Integración Social El Espino, en Ahuachapán, y en la Granja de Rehabilitación de Ilobasco. Actualmente no estudia. Todos los días, desde  las 6:00 am baja cocos para la cooperativa de la isla y gana 5 dólares por jornada.
Samuel fue capturado cuando tenía 17 años. Salió de la cárcel con 19. Estuvo detenido en el Centro de Integración Social El Espino, en Ahuachapán, y en la Granja de Rehabilitación de Ilobasco. Actualmente no estudia. Todos los días, desde  las 6:00 am baja cocos para la cooperativa de la isla y gana 5 dólares por jornada. 'Cuando estaba dentro yo no sabía nada de lo que pasaba afuera, no sabía del esfuerzo de mi madre por no dejarme morir allá adentro. Yo veía a muchos que sus familiares no les enviaban nada, por eso ahora le agradezco a mi madre todo lo que hizo por mí', dijo.

 

 

 

El 30 de abril de 2024, en una pequeña mesa de la cocina de Virginia había una hoja de La Prensa Gráfica con un titular que decía:
El 30 de abril de 2024, en una pequeña mesa de la cocina de Virginia había una hoja de La Prensa Gráfica con un titular que decía: 'La Fiscalía ya inició investigación contra sargento Montesinos'. Después de que un grupo de habitantes de la isla interpusieron una demanda ante la fiscalía, ese proceso inició. Montesino fue el sargento que dio testimonio ante un juez sobre las capturas de algunos detenidos de la Isla Espíritu Santo. Dicho testimonio llevó a la condena de Samuel a 10 años de cárcel por el supuesto delito de agrupaciones ilícitas. El 20 de noviembre del 2023, la cámara de menores de San Miguel aceptó un recurso de apelación impuesto por los defensores de Samuel en el que se desestimó el testimonio del sargento Montesinos por incongruencias en el relato de las capturas.

 

 

 

El 7 de diciembre del 2023, Virginia y su familia se movilizaron hacia los juzgados de San Miguel. Ese día, en el juzgado de menores, la defensa de Samuel presentó los argumentos por los cuales se consideraba que era una condena ilegal. Virginia salió desconsolada del juicio, ya que los jueces no emitieron una respuesta ese día y dijeron que iban a analizar los argumentos. Cinco días después sería emitida la carta de libertad de Samuel.
El 7 de diciembre del 2023, Virginia y su familia se movilizaron hacia los juzgados de San Miguel. Ese día, en el juzgado de menores, la defensa de Samuel presentó los argumentos por los cuales se consideraba que era una condena ilegal. Virginia salió desconsolada del juicio, ya que los jueces no emitieron una respuesta ese día y dijeron que iban a analizar los argumentos. Cinco días después sería emitida la carta de libertad de Samuel.

 

 

Era el 3 de mayo del 2024 a la 1:00 de la tarde. Había, según registros del clima, una sensación térmica de 43 grados centígrados en Jiquilisco. A esa hora, Virginia recorría, como desde hace casi 20 años, la carretera del Litoral con su producto en las manos. Iba de puesto en puesto, ofrecía y también entregaba encargos que le había hecho días antes. Esa semana, Virginia ganó 35 dólares.
Era el 3 de mayo del 2024 a la 1:00 de la tarde. Había, según registros del clima, una sensación térmica de 43 grados centígrados en Jiquilisco. A esa hora, Virginia recorría, como desde hace casi 20 años, la carretera del Litoral con su producto en las manos. Iba de puesto en puesto, ofrecía y también entregaba encargos que le había hecho días antes. Esa semana, Virginia ganó 35 dólares.

 

 

Virginia lloraba el 14 de diciembre del 2023, después de que la administración de la Granja de Rehabilitación de Ilobasco retrasara y pospusiera la liberación de Samuel. Virginia estaba acompañada de sus hijos Melvin y Delmy, que la abrazaba.
Virginia lloraba el 14 de diciembre del 2023, después de que la administración de la Granja de Rehabilitación de Ilobasco retrasara y pospusiera la liberación de Samuel. Virginia estaba acompañada de sus hijos Melvin y Delmy, que la abrazaba.

 

 

Mientras cocina la conserva de coco, Virginia dice que después de la presión vivida durante los meses de captura de su hijo padece de mareos que muchas veces le imposibilitan cocinar o sacar semillas de almendras.
Mientras cocina la conserva de coco, Virginia dice que después de la presión vivida durante los meses de captura de su hijo padece de mareos que muchas veces le imposibilitan cocinar o sacar semillas de almendras. 'No me queda de otra, si no trabajo no vamos a poder cubrir todos los gastos' dijo.

 

 

Virginia es una mujer religiosa. Dice que la captura de su hijo quizás fue una prueba fe de Dios. Habla de lo injusto que fueron los hombres que dieron falso testimonio de su hijo:
Virginia es una mujer religiosa. Dice que la captura de su hijo quizás fue una prueba fe de Dios. Habla de lo injusto que fueron los hombres que dieron falso testimonio de su hijo: 'Deberían arrepentirse. Dios nos perdona a todos... La verdad casi siempre triunfa y, así como mi hijo salió, espero que poco a poco salgan el resto de detenidos inocentes de la isla'.

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