El Salvador / Política

Rector UES: “Muchos quieren que confronte al Gobierno, pero cuando los buscás estás solo”

El rector reconoce que dentro de la UES hay 'miedo de expresarse' debido a 'la situación que vivimos como país'. En esa lógica, evita hacer señalamientos directos contra la administración de Nayib Bukele y asegura que, a pesar de que le adeuden $51 millones de dólares, su objetivo es acercarse al Gobierno como una estrategia 'política'. 

Carlos Barrera
Carlos Barrera

Martes, 21 de mayo de 2024
Carlos Martínez y Victoria Delgado

Juan Rosa Quintanilla fue electo rector de la única universidad pública de El Salvador durante un período que él llama “de vacas flacas”, y tiene razón: no hay registros cercanos de que las “vacas” de la Universidad de El Salvador hayan estado tan, tan flacas. Y además, tan, tan solas. Por eso, dice, debe ser diplomático, andar con pies de plomo, saber hacer relaciones con los hombres poderosos de la actualidad, para intentar –estirando un poco el símil– que esas vacas no se le terminen de morir.

Por eso, para intentar que la institución que dirige no se ahogue en deudas, respalda prestar, de nuevo, algunas instalaciones de la UES como dormitorio de “periodistas”, a petición del ministro de obras públicas, a pesar de que ese mismo funcionario sigue sin cumplir los términos del último acuerdo que firmó con la Universidad. Es, dice, una jugada política para llegar al “funcionario principal” y convencerlo de que desembolse los $51 millones que el Gobierno debe a la casa de estudios.

El rector Rosa Quintanilla no se hace ilusiones de que los salvadoreños saldrán a la calle en masa, como en Argentina, a poner el pecho por su universidad, así que lo que le queda es ser cauto, estratégico, comedido. Como en esta entrevista.

Para comenzar a pintar el panorama de la Universidad, quisiéramos ponerle cifras: en abril de 2024, el Gobierno les debía $55 millones de dólares, y la Universidad tenía por ello una deuda de $21 millones con sus proveedores. Aunque se han reiniciado las clases presenciales, las cuatro facultades que agrupan al 40% del estudiantado siguen sin instalaciones para poder dar clases. ¿Cómo se traduce eso en la vida universitaria cotidiana?

Concluimos que el presupuesto asignado a la Universidad es un instrumento que los gobiernos han tenido a la mano para poder financiar o no, de acuerdo a sus posibilidades, o en función de sus visiones, el desarrollo de la educación superior en este país. Llegamos a tener la aspiración de que en un gobierno de izquierda pudiésemos tener la posibilidad de una asignación presupuestaria tal que se cubrieran todas las necesidades que como universidad tuvimos. Sin embargo, esa no fue la respuesta dada en su momento. Avanzamos en el tiempo y llegamos en la gestión 2019 en la cual me convertí en vicerrector administrativo: resulta que a partir del 2020 se inicia un proceso en donde la asignación que está aprobada por el Ministerio de Hacienda ya no vino en tiempo y se fue generando un acumulado. Hoy tenemos una deuda acumulada de $51.3 millones de dólares, de los cuales hay deudas a los proveedores que han ido fluctuando: se incrementó a $21 millones y hoy la hemos bajado a $14.8 millones.

¿Esa reducción se hizo con fondos propios?
No. Eso ha sido producto de las iniciativas que el Gobierno ha tomado en los últimos meses de asignar el recurso a la Universidad. Es producto también de las gestiones que hemos hecho con el ministro de Educación, en donde nos abrió las puertas para escuchar la petición de la Universidad, que estaba ya en una situación complicada. También fuimos a tocar las puertas de la Asamblea Legislativa en la persona del diputado Ernesto Castro, quien ha sido parte de un esfuerzo que ha permitido llegar al Ministerio de Hacienda y hacer una asignación más o menos semanal de un promedio de 7.2 millones de dólares, que es lo que ha contribuido a reducir la deuda con nuestros proveedores.

La deuda hacia la Universidad Nacional por parte del Gobierno de Nayib Bukele asciende a $51.3 millones. Esa deuda fue una de las causas por las que un grupo de estudiantes salió a protestar durante la conmemoración del Día del Trabajo, el 1 de mayo del 2024. Foto de El Faro: Carlos Barrera
La deuda hacia la Universidad Nacional por parte del Gobierno de Nayib Bukele asciende a $51.3 millones. Esa deuda fue una de las causas por las que un grupo de estudiantes salió a protestar durante la conmemoración del Día del Trabajo, el 1 de mayo del 2024. Foto de El Faro: Carlos Barrera

¿Se llegó a un acuerdo para que el Gobierno comenzara a pagar su deuda a razón de 7 millones semanales?
No. Tenemos un acumulado de abril y mayo de $7.2 millones. Nosotros lo distribuimos en función de la presión que nuestros proveedores hacen y de acuerdo también a las necesidades de pago de servicios de energía eléctrica, internet, agua, etc…

Rector, el asunto es que una deuda como esa no depende de gestiones con diputados. Es la ley la que indica cuánto dinero hay que darle a la UES. ¿Qué explicación le ha dado el Gobierno para justificar ese impago?
Problema fiscal.

¿O sea que no tienen dinero?
No tienen dinero.

Al cabo de 5 años, el Gobierno le debe $51 millones a la Universidad, pero sí hubo para pagar, por ejemplo, $100 millones para desarrollar un evento de belleza. Es decir: ha habido dinero, lo que no ha habido es dinero para la UES. ¿Qué le dice esa distribución del dinero público?
Que los tomadores de decisiones políticas no han dado prioridad a la educación superior, particularmente a la UES, la única institución pública de educación superior, que alberga un promedio de 60,000 estudiantes y obviamente es una cuestión de perspectiva del tomador de decisiones. Ojalá un día los gobernantes pongan como centro de atención el hecho de que es importante invertir en educación para garantizar la generación de masa crítica.

¿Cómo se explica que la UES no sea prioridad para el Gobierno?
Es una pregunta compleja que seguramente escapa del alcance de tu servidor. A lo mejor se priorizó el tema de seguridad, que debo reconocer que ha tenido impacto a nivel de país.

El caso es que cuando se dice “no hay dinero” parece que faltan otras preguntas. Por ejemplo: ¿por qué no hay dinero para mí? ¿Cuál es su hipótesis?
Hemos hecho un esfuerzo para que la UES continúe cumpliendo con sus funciones básicas de docencia, investigación y proyección social; por supuesto, con limitantes. Aquí en esta sala ha desfilado el encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos, el embajador de la República de China, el embajador de Italia, la embajadora de los Países Bajos..

Es una excelente gestión conseguir esta cantidad y esa calidad de convenios, pero todas las personas que ha mencionado tienen algo en común: ninguna tiene responsabilidad con la UES. Entiendo que prefiere abstenerse de expresar públicamente sus hipótesis sobre el desinterés del Gobierno en la Universidad.
Correcto. En el marco de nuestra autonomía tenemos la capacidad de poder expresar que se nos adeuda $51 millones, porque, por lo menos al momento, no me pueden decir nada por lo que yo estoy expresando.

¿Nos podría explicar cómo se traduce en la vida cotidiana esa falta de recursos?
Para el desarrollo de la docencia se requiere el tener instrumentos: herramientas, reactivos, transporte… y, de alguna manera, eso al principio fue una situación complicada que incluso se nos pasó por nuestra mente la idea de que a lo mejor una decisión drástica que esta universidad debería de tomar era cerrar las puertas para suspender los procesos académicos y administrativos, dado que iba a ser insostenible continuar con ese esfuerzo. Sin embargo, las estrategias que junto con la vicerrectora académica y el vicerrector administrativo y los decanos tomamos fue hacer una reorientación de recursos que permitieran garantizar el proceso de enseñanza. Lógicamente, con un nivel mínimo necesario que permitió avanzar: sacamos los laboratorios de las facultades de química, odontología, medicina, que son necesarios para el proceso de formación de nuestros estudiantes; los de ciencias agronómicas, de ciencias naturales, de ingeniería, que requieren la movilidad al territorio salvadoreño y logramos superar eso, al grado que siempre decíamos: necesitamos un financiamiento que nos permita oxigenarnos, sacar la cabeza del fondo del agua.  

“Sacar la cabeza del agua”... No es lo que se esperaba. Vamos a leerle una serie de promesas que hizo el candidato Nayib Bukele en 2019 en este campus y usted nos dice cuáles se cumplieron y cuáles no. La primera: “Vamos a convertir a la UES en la mejor universidad de Centroamérica”.
Antes de responder “sí”, “no”, “a medias”, preferiría que leas todo y yo te hago una valoración general.

Lo que pasa es que son promesas muy diversas, preferimos ir una por una. ¿Es la UES la mejor universidad de Centroamérica?
Si me preguntás a mí, yo digo que sí.

Ok. Promesa cumplida. Otra: “Vamos a asignar un presupuesto exclusivamente para adquirir equipamiento tecnológico, para el mantenimiento adecuado de los edificios, de las aulas, de los talleres y laboratorios que permitan satisfacer las necesidades y las demandas actuales de los estudiantes”.
Hemos recibido un presupuesto para la transformación digital de 10 millones anuales para invertirlo en este tipo de equipos que le permite al profesor tener un proceso de enseñanza.

¿Es una promesa que da por cumplida?
Yo no diría que es una promesa cumplida, sino más bien es una de las visiones que como autoridades nos hemos planteado en función de nuestra aspiración de transformación de esta universidad

¿Pero cree que en lo relacionado a mobiliario, aulas, talleres y laboratorios…?
Por eso, por eso, yo les decía que… es que ese es otro… otro pisto, por eso…

No, señor rector, no es otro pisto, de hecho es, literalmente, el mismo pisto, contenido en los 51 millones que les deben.
Es que lo que pasa es que esas son promesas de campaña.

Claro, promesas hechas a la institución que dirige usted. ¿Quién mejor que usted para ponderar su cumplimiento? Por ejemplo, esta otra: “Sustituiremos el mobiliario y el equipo obsoleto y en mal estado de todas las facultades y sus carreras técnico-científicas”. ¿Cumplido?
No, no.

Juan Rosa Quintanilla fue nombrado rector de la Universidad de El Salvador el 13 de octubre del 2023 para el periodo 2023-2027. Es ingeniero agrónomo de profesión y fue decano de la facultad de agronomía de 2011 al 2019. Foto de El Faro: Carlos Barrera
Juan Rosa Quintanilla fue nombrado rector de la Universidad de El Salvador el 13 de octubre del 2023 para el periodo 2023-2027. Es ingeniero agrónomo de profesión y fue decano de la facultad de agronomía de 2011 al 2019. Foto de El Faro: Carlos Barrera

Ok. Esta otra está buena: “actualizaremos y modernizaremos la biblioteca central y las bibliotecas de todas las facultades de la UES y las vamos a abrir en la noche como abrimos la biblioteca del mercado” ¿Eso está cumplido?

(Luego de leer la promesa del entonces candidato Bukele, el equipo de comunicaciones del rector, el rector y los periodistas que firman esta entrevista intentamos sin mucho éxito contener la risa, hasta que el ingeniero Rosa consiguió recomponerse para responder.)
¿Qué ha pasado en esta universidad? Por ejemplo, la semana pasada entregamos la biblioteca de estantería abierta a la Facultad de Ingeniería y Arquitectura y a Agronomía… pero es una visión de las autoridades de la universidad…

Rector, entendemos que los políticos son políticos y a la hora de hacer promesas de campaña son vastos…
Es que eso es lo que caracteriza a todos los políticos, de izquierda, de derecha, de centro, populistas o no populistas…

Lo que pasa es que ese señor vino a esta universidad, ante alumnos de esta universidad, y gritó todas las promesas que le he leído. Ahora que usted tiene reuniones con representantes del Gobierno de ese mismo señor, ¿usted ha mencionado alguna vez todas las promesas que hizo su líder?
No, no, no… yo soy una persona que hago un manejo de las cosas de forma tal que se entienda un pronunciamiento en función de la necesidad de esta universidad. Si esas son las promesas que se hicieron en su momento, que sean los electores quienes las revisen y determinen si se cumplió o no se cumplió. Lo que yo estoy haciendo es administrar esta universidad en estas condiciones y salir adelante ante las adversidades.

Entiendo que, con ese espíritu, las autoridades universitarias decidieron prestar las instalaciones de la UES para el desarrollo de los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, esperando que dejara los réditos en infraestructura que dejó un préstamo similar en 2002…
Precisamente ese fue el principio que se valoró para tomar la decisión por parte del rector de ese entonces: que, si en 2002 la universidad había sido sede de los juegos y que había tenido una herencia muy excelente, que también hoy pudiese ser la misma situación y tener una universidad remozada.

¿Y qué tal?
En términos generales, se ha cumplido con esa visión. Dijimos: acompañemos al Gobierno tomando en cuenta que la Universidad es una institución pública;  su presupuesto es financiado con los fondos que pagamos con la renta o el pago del IVA, y dijimos: estamos en esa sintonía y vamos a tener una herencia. Lamentablemente, el convenio no se cumplió y tuvimos que diferir la presencialidad al 2024. Pero, según la plática que hemos tenido la semana pasada con el ministro de Obras Públicas, estamos a punto de solventarlos.

¿Valió la pena, rector?
Yo dije hoy en la mañana (martes 14 de mayo), en la entrevista con Julio Villagrán, que si a mí me tocara en este momento firmar un convenio para desarrollar unos juegos como los que se hicieron en 2023, yo no firmaría ese convenio.

El Gobierno prometió entregar las instalaciones en julio. Eso no ocurrió. Se dio una prórroga para diciembre. Eso tampoco ocurrió. Al día de hoy siguen sin entregarlas.  ¿Qué sanciones se pagan en estos casos de incumplimiento del convenio?
Ninguna.

Decenas de estudiantes de la Universidad de El Salvador salieron a manifestarse el 1 de mayo del 2024, durante la marcha del Día del Trabajo, para exigir que se respeten las instalaciones de la UES y no se utilice para otros propósitos que no sean la educación. Foto de El Faro: Carlos Barrera
Decenas de estudiantes de la Universidad de El Salvador salieron a manifestarse el 1 de mayo del 2024, durante la marcha del Día del Trabajo, para exigir que se respeten las instalaciones de la UES y no se utilice para otros propósitos que no sean la educación. Foto de El Faro: Carlos Barrera

Ninguna… ¿Y qué explicaciones ha dado el Gobierno?
Bueno, mire… en ese momento, yo me desempeñaba como vicerrector administrativo. Era el rector el que interactuaba con los actores de Gobierno y debo de entender de que en su momento el rector se reunió con el ministro de Obras Públicas e hicieron una valoración sobre la necesidad de extender hasta diciembre el tema de la virtualidad, tomando en cuenta que al parecer se iban a hacer algunas inversiones al interior del campo universitario.

Bueno, ahora sí tiene usted la posibilidad de tener injerencia en este tipo de decisiones: el Gobierno le volvió a pedir las instalaciones de la universidad, de nuevo para que sirviera de hotel. ¿Qué va a responder?
Creo que el término de hotel, hospedaje,  Airbnb… no cabe.

Cuéntenos qué sí cabe.
La UES viene formando médicos desde antaño y hemos utilizado el hospital escuela Rosales para la formación de nuestros médicos. Es un espacio público que pertenece al Ministerio de Salud y abren las puertas a la Universidad en el marco de ser instituciones hermanas, instituciones públicas que dependen de un presupuesto público. Mi formación es ingeniero agrónomo y, siendo decano de la Facultad de Ciencias Agronómicas, hacíamos uso de los espacios del CENTA; también íbamos al Ministerio de Agricultura… Lo que pasa es que la Universidad históricamente ha sido una institución beligerante con los gobiernos de turno y hay que decirlo: recientemente no hemos tenido esa capacidad de poder expresar nuestra posición académica, técnica y científica sobre los fenómenos sociales que suceden y esa es una de las cosas que desde mi rectoría estamos intentando desencadenar.

Vamos a hablar de eso, pero…
Termino con esta idea sobre el tema del hotel al que hacías referencia: La mayoría de los espacios que fueron construidos ya están siendo utilizados por oficinas de la universidad. Creemos que debemos dejar dos edificios que tienen una capacidad de alojamiento de más o menos 300 personas para el alojamiento de estudiantes de escasos recursos y para profesores visitantes. En ese contexto es que han venido las peticiones.  El 9 de febrero, la universidad autorizó al Tribunal Supremo Electoral el uso de esos espacios por el conteo de los votos. Lamentablemente, un partido político hizo uso en las instalaciones. Yo hasta después me di cuenta, por redes sociales. También no podemos rasgarnos las vestiduras, porque en el pasado otros partidos políticos también han hecho uso de la universidad.

¿Pero hacer uso político de la universidad no es algo reprochable en el pasado y en el presente?
Por supuesto, por supuesto… a eso voy: tenemos que ser parejos. O todos en el suelo o todos en la cama. La universidad debe ser una institución académica en donde pueden existir desde los de extrema izquierda hasta los de extrema derecha y discutir sus puntos de vista.

El rector de la Universidad Nacional de El Salvador (UES), Juan Rosa Quintanilla, durante una entrevista a El Faro. Foto de El Faro: Carlos Barrera
El rector de la Universidad Nacional de El Salvador (UES), Juan Rosa Quintanilla, durante una entrevista a El Faro. Foto de El Faro: Carlos Barrera

En todo caso, lo que describe es un inquilino un poco feo: no ha cumplido el contrato, debe dinero y hace en su casa lo que le da la gana, aunque haya prometido no hacerlo. ¿A esa misma gente le van a prestar de nuevo la universidad?
La universidad tiene la Asamblea General Universitaria (AGU), que es la instancia normativa y electoral; y el Consejo Superior Universitario, que es el organismo administrativo. La AGU formó una comisión que se llama “La Universidad Se Niega a Morir” y dentro de sus propuestas le plantearon al Consejo que no continuara autorizando cartas de entendimiento para futuros eventos, producto de lo que había ocurrido el 9 de febrero. Yo remití el documento al Consejo para que este lo mandara a la AGU y la AGU llegó a la conclusión de autorizar al rector a gestionar la autorización de los espacios de la universidad. Siempre y cuando se cumpla con una serie de condiciones.

O sea, sí le van a prestar esas instalaciones al MOP.
Estamos trabajando una carta de entendimiento para delimitar el espacio que han solicitado.

La solicitud del MOP dice que requieren el espacio para alojar “prensa nacional y extranjera”. Una prensa que requiere el financiamiento de su alojamiento con fondos públicos no parece una prensa independiente.
No sé quiénes son los que vienen.

¿No sabe quiénes se van a instalar ahí?
No, no, no… o sea, la solicitud dice periodistas.

¿A la hora de prestar las instalaciones de la universidad, saber qué tipo de personas van a alojar no le parece como un dato medio importantillo?
Por supuesto que es importante, pero es responsabilidad del solicitante tener el perfil de quién aloja.

¿No ha sido prioridad ni de usted, ni de la AGU, ni del Consejo saber a quiénes les va a prestar eso?
No, no, tampoco se ha dicho si es prioridad o no. Más bien esta es una petición que hace un funcionario que tiene las credenciales que le ha dado el presidente de la República.

Frente a esta universidad, la última credencial que tiene ese funcionario es incumplir un convenio. Al día de hoy sigue sin cumplirlo. ¿A ese mismo funcionario le van a prestar otra vez las instalaciones de la universidad?
A ese mismo funcionario.

Ok… La última vez que le prestaron las instalaciones esperaban remozar la infraestructura. ¿Ahora qué espera ganar la UES?
El beneficio es la inversión de 50 millones de dólares.

Ese era el beneficio del acuerdo anterior: prestar la UES para los Juegos a cambio de una inversión de $50 millones. Nosotros preguntamos por el beneficio de este nuevo préstamo de las instalaciones.
El convenio establece que se puede continuar utilizando el espacio de la Universidad a través de la firma de cartas de entendimiento y precisamente ese es el análisis que hace la AGU, de que sí es posible, cumpliendo varias condiciones.

¿Cuáles son esas condiciones?
Que la administración del espacio esté a cargo de la universidad, que no haya uso de las instalaciones para fines políticos, que se cubran los gastos de consumo de energía eléctrica y agua potable y se me escapa la otra.

¿Qué garantías tiene de que van a cumplir?
La carta de entendimiento.

Pero si en el acuerdo anterior también había carta de entendimiento y la incumplieron. ¿El convenio ahora sí contemplará sanciones al MOP si no cumplen?
Por supuesto que es el riesgo que se corre. La universidad se caracteriza por ser una institución anárquica.

¡!
Sí, así como lo oís. Uno debe caminar sobre un riel, haciendo malabares e intentar que la institución avance, de ahí vienen consecuencias que uno debe saber manejar. Ustedes saben muy bien la situación que como país vivimos y por ende la gente aquí al interior tiene miedo de expresarse producto de las situaciones que se dan, y muchos quisieran que el rector sea el que confronte directamente con el Gobierno y cuando tú los buscás estás solo, estoy solo.

¿Estamos en lo correcto si decimos que el beneficio de prestar las instalaciones, de nuevo, al MOP tiene que ver con un beneficio más de carácter… diplomático, digamos?
Político.

¿Nos explica?
Acercarte al ministro de Obras Públicas, un funcionario de primer nivel, te lleva a la posibilidad de que se convierta en un interlocutor con el funcionario principal, de tal manera que ese actor, que tiene una función importante, se convierte en un aliado político para interactuar en la lógica de las necesidades que es esta institución requiere.

O sea, a ver si les pagan lo que les deben por la intercesión del ministro de Obras Públicas.
Claro, por supuesto. Otro elemento: yo no sé si el ministro de Obras Públicas va a continuar en el próximo Gobierno, pero esa cartera tiene proyectos importantes a nivel territorial. Por ejemplo: el hecho de que en San Miguel, Santa Ana, San Vicente, San Luis Talpa tenemos espacios donde puede desarrollarse un proyecto de infraestructura que nos beneficie. La diplomacia es un elemento fundamental en las relaciones de trabajo de un funcionario.

¿A la comunidad universitaria usted les diría que,  aunque sea difícil de comprender en este momento, esa es la decisión que más beneficia a esta institución?
Ya lo hemos planteado en el Consejo Superior Universitario: tenemos que ser cautos, tenemos que ser cuidadosos en el manejo de la situación que se vive en el país. Por ejemplo, pulula en el ambiente universitario y el ambiente externo el tema de la reforma a la Ley Orgánica de esta universidad. 

Cuando el presidente Milei propuso recortes a las universidades públicas, casi un millón de argentinos salieron a la calle. En México, el presidente López Obrador, pese a sus desencuentros con la UNAM, no se ha atrevido a intervenirla, porque conoce las consecuencias de ello. ¿Por qué la UES debe hacer malabares políticos y diplomáticos para que le paguen lo que le deben?
Es el tema del acomodamiento que la sociedad salvadoreña en su conjunto ha tenido y también el acomodamiento que ha llevado a la sociedad y a esta universidad al quedarse callada en el pasado, cuando debió haberse expresado: llegaron gobiernos en donde la universidad se quedó callada porque era un aliado y decirlo provocaba un resonar de trompetas de guerra. La historia no es de hoy. La coyuntura que vivimos es compleja. Llegué en el momento de las vacas flacas y lo que tengo que hacer es cultivar pasto para que las vacas produzcan leche, carne…

Monumento al poeta Roque Dalton, frente a la Plaza Central y la Escuela de Artes de la Universidad de El Salvador. Dalton es una figura presente en muchos sectores del campus universitario. Foto de El Faro: Víctor Peña. 
Monumento al poeta Roque Dalton, frente a la Plaza Central y la Escuela de Artes de la Universidad de El Salvador. Dalton es una figura presente en muchos sectores del campus universitario. Foto de El Faro: Víctor Peña. 

¿Se siente solo?
Hay un equipo de trabajo: decanos, jefaturas, que están allí acompañando la gestión. Obviamente no es el sentir y pensar de toda la comunidad universitaria, probablemente porque de seguro no han logrado percibir el nivel de impacto que significa que la universidad no tenga 51 millones de dólares disponibles para funcionar,  pero eso es parte de la de la situación que como país tenemos.

Las universidades públicas son fundamentales para el desarrollo y movilidad social: convierten a la hija del obrero en doctora, al hijo de la trabajadora doméstica en ingeniero; son motor de la transformación social. En ese sentido, tienen un enorme rol político. Usted representa hoy la voz de la UES ¿Esta universidad tiene una opinión sobre lo que ocurre en el país? Por ejemplo: ¿la UES cree que la reelección del presidente es constitucional?
La tarea que yo he planteado en estos primeros meses es que los especialistas en la materia den su opinión. En ese caso hemos planteado a las autoridades de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales que, en el marco de un análisis académico, técnico y científico, hagan un planteamiento sobre lo que sucede en ese tema y que hagan una valoración de la reforma al artículo 248 de la Constitución. Y eso no es estar en contra de una decisión presidencial o de la Asamblea Legislativa. La idea es darle elementos al estudiante y a la población para que también se ubique. Le hemos pedido a la Facultad de Ciencias Económicas que haga una valoración del impacto de la implementación del Bitcoin en El Salvador y eso no es estar en contra del Gobierno. Le hemos pedido a la facultad de ciencias agronómicas que nos diga cuál es la propuesta de soberanía y seguridad alimentaria que se puede generar en El Salvador.

Qué interesante. ¿Y qué le han respondido, rector?
En eso estamos.

Ok. En lo relacionado a las denuncias de violaciones de derechos humanos durante el régimen de excepción, supongo que usted diría que quienes deben valorarlo son los juristas.
Por supuesto.

Usted es ingeniero agrónomo, pero es también el rector de la única universidad pública de este país. ¿Usted no le estará sugiriendo, por ejemplo,  a los agrónomos, o a todos los que no sean abogados, que no opinen sobre violaciones de derechos humanos o sobre un régimen de excepción que tiene 26 meses?
Zapatero a tu zapato. Yo tengo la posibilidad de dar una opinión en relación a cada uno de los temas que has planteado. Afortunadamente logro comprender los fenómenos sociales. Sin embargo, creo que la universidad se caracteriza por ser una institución que tiene especialistas en materias específicas, de forma que yo me limitaría a decirte de que prefiero que un experto de una opinión a que yo lo aborde y pueda generar un desliz.

Usted ocupa la silla que antes ocupó el rector mártir, Félix Ulloa, que puso a la Universidad por delante de su propia vida. El hijo del rector mártir es ahora el vicepresidente de la República. ¿Usted cree que el vicepresidente ha honrado frente a la UES el legado y la memoria de su padre?
Una pregunta complicada. He hablado con él y ha expresado que si su padre estuviese en este momento conduciendo la UES tuviera la misma opinión con respecto al requerimiento que la universidad hace de su presupuesto.

¿El vicepresidente le dijo que él creía que si su papá viviera también hubiera estado pidiendo que le pagaran la deuda?
Es correcto.  

¡Faltaba más! A su padre lo mataron por defender la autonomía de la Universidad. Mi pregunta era si usted cree que el vicepresidente ha sido coherente con el sacrificio de su padre para proteger a la UES.
Preferiría que él respondiera la pregunta.

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