Después de su discurso en el palco del Palacio Nacional, Nayib Bukele se trasladó a Casa Presidencial, donde ofreció un cóctel a decenas de invitados. A continuación, la transcripción de parte del discurso privado que brindó esa noche:
'... Estimados por el 85% de los salvadoreños y el 98.5% la diáspora. Así que para los que creemos en la democracia, la democracia de verdad, esa que dijimos que es el poder del pueblo, no queda ninguna duda de la legalidad y, sobre todo, de la legitimidad democrática de este nuevo gobierno que inicia este día.
Otra cosa más que creo... bueno, yo ya lo sabía, pero cuando lo dije a algunas personas les pareció dato curioso. Algunos medios de oposición lo retomaron, y es que el 100% de países del mundo reconocen este gobierno. Son pocos los gobiernos que son reconocidos por el 100% de países del mundo. Generalmente, hay uno que otro país que no lo reconoce, ya sea por algún pleito, por alguna disputa, pero siempre hay uno que otro país que no reconoce a un país. Incluso potencias mundiales que no son reconocidas por algunos países. Como El Salvador, antes del 2018, no reconocía a una potencia mundial, por ejemplo. Pero El Salvador y esta elección y este gobierno es reconocido por el ciento por ciento de todos los países del mundo. O sea, que la oposición no pudo encontrar un país, una islita por allá que dijera 'nosotros estamos con la oposición de El Salvador y no reconocemos al presidente ilegítimo, o lo que sea'. No hay ni un tan solo país en el mundo, en ningún gobierno, de ninguna línea ideológica, que no reconozca a este gobierno.
Aparte que lo que importa es el pueblo salvadoreño y lo que diga Dios. Pero si queremos pensar en nuestros amigos en la comunidad internacional, no hay un tan solo país en el mundo que no nos reconozca. Es más, tuvimos más delegaciones y más jefes de Estado en esta toma de posesión que en la del 2019. Es decir, este es un gobierno, no más legítimo ni más legal, pero sí más reconocido que el que asumimos en el 2019. Y con muchos más ojos del mundo y con mucha más expectativas sobre lo que vamos a hacer. Así que ese es el gran compromiso para los que están acá que forman parte de este nuevo gobierno.
Como todos ustedes saben, lo mencioné en la mañana, lo que necesita nuestro país son tres cosas: la guía de Dios, que la hemos tenido. No digo que la tenemos porque eso es soberbio. La hemos tenido y debemos de orar para seguirla teniendo, y Dios decide si nos la da o no, pero la hemos tenido. Nos la ha dado y vamos a orar para seguirla teniendo, para que nos la siga dando. Esa es la primera y la más importante, la guía y la sabiduría que solo viene de Dios.
La segunda es el trabajo del gobierno. Muchos de los que estamos acá son invitados especiales, así que hagan caso omiso a lo que voy a decir, pero muchos de acá son parte del gobierno y es importante que nosotros estemos a la altura de esas expectativas. Y la tercera, que la dije también en la mañana, es el apoyo incondicional del pueblo salvadoreño. Y algunos de los que están aquí, aunque no se puede decir que representan al pueblo salvadoreño, pero hay influencers, hay youtubers, hay personas activas en las redes sociales, diáspora, diputados influencers (todos ríen)... Son bromas, los otros sí.
Es importante que recordemos algo que dijimos hoy en la mañana, perdonen la tangente, pero no tengo el discurso escrito así, todo ordenado, como en la mañana, así todo de memoria. Pero la gente que habla con gente, la que habla a viva voz o en las redes sociales o tienen su podcast o tienen su canal de YouTube o una cuenta en Twitter aunque sea, debemos de recordarle a la gente, y eso es lo que quería decir, perdón la tangente, pero hubo un estadounidense, no recuerdo el nombre, ya lo voy a buscar, que dijo: 'No es que Bukele sea popular por haberle ganado a las pandillas, es que le pudo ganar a las pandillas por ser popular”. Y el análisis de él era que un plan como el que se ejecutó contra las pandillas no pudo haber tenido éxito si no tenía el apoyo del pueblo. Y, si ustedes lo ven, es verdad, porque con todas las condenas que vinieron, con todas las presiones que venían, con todas las sanciones que pusieron, era para que nos echáramos para atrás, pero teníamos tan incólume, inquebrantable el apoyo del pueblo, que todo funcionaba perfecto.
Incluso me decía el ministro Villatoro, obviamente estará por acá. (Aplausos). El ministro me decía en el funeral de mi abuelito, que en paz descanse, y estábamos con el director Arriaza Chicas (aplausos) y el ministro Merino Monroy (aplausos)... me decía que ellos habían trabajado en la Fiscalía desde 1999, él trabajaba en la Fiscalía de Arena; no él, sino la Fiscalía. Era un fiscal joven y cuando ellos iban a hacer operativos, las mismas comunidades los sacaban 'Salganse de aquí, areneros', algo así era. Pero ahora no, ahora tenemos el 90 % de apoyo de la población. La misma población dice: “sí, vengan, allá están escondidos'. Y parece broma, pero hay casos de madres que nos han entregado a sus hijos. Una madre que le puso a su hijo dos Valium y lo durmió en una hamaca y llamó y dijo 'llevénselo, porque tengo otros dos hijos y me los va a meter a la pandilla'. Duro, pero es una muestra de la confianza que tiene el pueblo salvadoreño, hasta en el momento más extremo, como entregar un hijo. Algo que a mí no me cabe en la cabeza, pero ese nivel de confianza tiene este pueblo en este gobierno.
Yo les decía hoy en la mañana al pueblo, a la gente y a la plaza, y a la gente que lo veía a través de televisión y redes sociales, yo les decía: 'este nivel de confianza lo necesitamos de nuevo para hacer otro milagro, necesitamos de nuevo, como lo dije al inicio, la guía y la sabiduría de Dios. Necesitamos de nuevo, como lo dije después, el trabajo incansable de este gobierno y sus funcionarios y, por último, necesitamos ese mismo apoyo del pueblo. Pero a veces parece que en temas económicos no logramos el mismo consenso, y la gente empieza a decir: 'Sí, pero deberían de o deberían de...'. Por ejemplo, por ahí lo comenté con el presidente Milei y dijo sí, pero lo que deberían hacer es subir el salario mínimo a 1,000 dólares, y me dice el presidente Milei, '¿por qué no lo sube a un millón?'. Es que si fuera tan fácil, se sube a un millón de dólares y ya todos son ricos.
Una economía no se puede subir por decreto. Una economía se debe subir trabajando y logrando hacer que un montón de cosas funcionen al mismo tiempo, como un reloj de piezas, entonces cada decisión que se toma o no, se vuelve discutible y está bien. Vivimos en un país libre y cada quien tiene derecho de discutir o opinar o debatir o criticar, pero siento que no va a funcionar igual, entonces. Porque cuando nosotros en el tema de seguridad decimos 'vamos a hacer un cerco en la Tikal uno, dos y tres', la gente no nos dice, 'no la Tikal no, ahí mejor no'. La gente no dice eso, dice 'Bueno, por algo lo estarán haciendo ahí. Algo sabe el gabinete de seguridad para haber decidido hacer el cerco ahí y no en La Campanera y vamos a entrevistarlo'. Los medios, van a entrevistar dentro del cerco y les dicen dentro del cerco 'estamos contentos'.
