Abandonada por el Estado, Eneida sigue buscando a su hijo
Carlos Barrera
Domingo, 9 de febrero de 2025
Carlos Barrera
Durante los últimos tres años de su vida, Eneida Abarca ha recorrido cientos de kilómetros en carreteras. Ha caminado entre quebradas y, cuando se lo han permitido, en oficinas gubernamentales. Ha tapizado las calles de San Salvador con la fotografía del rostro de su hijo. Incansablemente ha preguntado a desconocidos. Ha gritado en semáforos, en marchas y protestas. Ha organizado campañas de búsqueda y ha abrazado a otras personas que como ella buscan a un familiar desaparecido.
A Eneida la conocí una noche de finales de enero del 2022. Para esa fecha había transcurrido casi un mes de la desaparición de su hijo, Carlos Abarca, de 22 años, quien fue visto por última vez el 1 de enero del 2022 en el parque Lito Barriento de la colonia Monserrat, atrás de la delegación de la Policía. Esa noche que la conocí, acompañaba al padre de su hijo, Ricardo Santos, quién por iniciativa propia había empezado a recorrer la oscuridad de San Salvador para encontrar a Carlos. En esa etapa, padre y madre se repartían las labores de búsqueda, pero tiempo después, por razones de salud y económicas, Ricardo tuvo que dedicar el tiempo a su trabajo, para poder financiar la búsqueda de su hijo.
Eneida, como un voto sagrado, hizo una renuncia a ella misma. La búsqueda se convirtió en su objetivo de vida. Poco a poco le dedicó menos tiempo a su trabajo y se dispuso junto a su hermana, Virna, a encontrar a Carlos.
Después de tres años, Eneida y su familia han agotado todas las instancias legales para poder encontrar a Carlos. Las denuncias de desaparición en la Policía y una línea de investigación abierta en la Fiscalía no han dado resultados.
500 días después de la desaparición, Eneida logró que se le tomará una muestra de ADN para cotejar con los cuerpos que llegan a Medicina Legal. También logró que la Interpol difundiera una alerta amarilla, que se aplica en los casos de personas desaparecidas. Ha entregado cartas en la oficina del comisionado presidencial de derechos humanos, Andrés Guzmán, en la Asamblea Legislativa y en las oficinas del ministro de Seguridad y Justicia, Gustavo Villatoro, sin recibir respuesta.
A todas partes a las que va, Eneida viste una camisa con la fotografía de su hijo. Guarda la esperanza de que alguien le diga que vio a su hijo. El 16 de mayo del 2023, durante una entrevista en un programa matutino, el ministro Villatoro dijo tener reportes de lugares donde se vio a Carlos Abarca a principios de ese año. También dijo que no todas las desapariciones están ligadas a actividad delincuencial, sino a problemas familiares: “El caso se está trabajando, pero no está relacionado a una actividad criminal y, al igual que los otros casos, es algo a lo que le invertimos recursos y tiempo. Vamos a seguir buscándolo para entregarlo a la familia”. Eneida no confía en esas palabras.
Después de las declaraciones del ministro, Eneida trató durante meses de obtener una respuesta de Villatoro, hasta que el 1 de enero del 2025 se enteró de que había sido bloqueada de la cuenta de X del ministro. “No es justo que me traten como una oposición, si yo solo quiero encontrar a mi hijo”, dijo Eneida. Poco después, la cuenta oficial de X de la Policía Nacional Civil también bloqueó la cuenta de Carlos Ernesto Santos Abarca, que es utilizada por Eneida para hacer campaña de búsqueda. A la campaña de bloqueo se unió la cuenta del presidente Nayib Bukele y la de Casa Presidencial.
Abandonada por el Estado, tras tres años de la desaparición de su hijo, Eneida sigue buscando.
Eneida tiene 45 años, nació y creció en San Salvador. Se dedicaba a la venta de ropa para uso médico hasta que tuvo que dejarlo para dedicar tiempo a la búsqueda de Carlos. Siempre vivió en la capital, en un barrio populoso y controlado por las pandillas hasta la llegada del régimen de excepción en marzo del 2022. Para Eneida esa es una de las ironías de la vida, pero ahora en incluso con las pandillas desarticuladas ella evita hablar en público o mencionar su lugar de residencia por temor “Piensen que irónico es eso, mi hijo desapareció poco antes del régimen, pero este gobierno ya se vendía como el más seguro de la historia. Ahora la inseguridad es otra porque este gobierno a todo lo que le parece incómodo trata de callarlo’’, explicó.
“Solo soy una madre buscadora que exijo verdad y justicia para mi amado hijo Carlos ”, gritó Eneida en el semáforo sobre la Alameda Juan Pablo II y la 17 Avenida, a la altura del Ministerio de Seguridad y Justicia, el 26 de septiembre del 2024. Días antes, Eneida llegó a la zona para pegar afiches con el rostro de su hijo Carlos. Pronto, alguien cubrió los afiches con pintura gris.
Eneida Abarca ya hizo dos peticiones ante el Ministerio de Justicia y Seguridad. La última petición la hizo el 26 de septiembre del 2024 en una carta que exige las pruebas de vida de su hijo a las que el ministro de Seguridad y Justicia, Gustavo Villatoro, se refirió en una entrevista televisiva en 2023. Sigue sin recibir una respuesta.
El 19 de mayo del 2024, después de meses de organización, Eneida convocó a la primera brigada de búsqueda de su hijo Carlos Abarca. El grupo de personas, conformado por activistas de derechos humanos, socorristas y particulares, se movilizó entre las colonias Monserrat y Dina, de San Salvador. Encabezados por Eneida, se desplazaron entre los pasajes, buscaron en predios baldíos y preguntaron a habitantes de la zona sin recibir noticias positivas. Algunas personas, bajo anonimato, le sugerían pedir a la Fiscalía orden de allanamiento para poder ingresar a algunos terrenos privados que estaban bajo el dominio de los miembros de la pandilla 18 Revolucionarios, que durante años controló la colonia Dina.
“Te pedimos, Señor, por las vidas de Carlos Abarca y Rodrigo Montalván, jóvenes desaparecidos en este país. Lleva consuelo a su familias y que puedan de alguna manera regresar con bien a sus casas’’. Esa fue la plegaria del sacerdote que oficiaba la misa de confortación a petición de las madres Eneida Abarca y Silvia Montalván. Ambas madres se dan apoyo emocional ante la desaparición de sus hijos. Se conocieron en 2022, cuando se formó el Bloque de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Desde entonces han mantenido el contacto, a pesar de que poco a poco el bloque disminuyó sus actividades, “Eneida ha sido fundamental en mi vida para seguir buscando a mi hijo que desapareció en 2015. Gracias a ella yo activé la búsqueda de Rodrigo y eso me ayuda a sobrellevar el profundo dolor y la agonía de no saber dónde está él’’, dijo Silvia.
“Cada vez que estoy en la calle veo a la gente y trato de buscar el rostro de Carlos’’, dice Eneida. Con esa consigna sale cada día desde que su hijo desapareció y nunca, después de tres años, se ha rendido. La búsqueda la llevó a preguntar por su hijo en lugares peligrosos, como el 25 de febrero del 2022, cuando hizo un recorrido sobre la 25 Avenida Norte, que finalizó en la comunidad Tutunichapa. Allí preguntó a cada persona que encontraba, pero nadie había visto a Carlos.
La imagen de Carlos Abarca se ha popularizado. Es normal verlo en diferentes protestas, de diferentes luchas. El 19 de octubre del 2024, durante la protesta organizada por sindicatos de médicos y maestros, un banner con el rostro de Carlos recorrió las calles de San Salvador. Eneida participa en las marchas como la del 8M, día internacional de la mujer, y el 25N, Día internacional de la no violencia contra las mujeres. También es común ver a Eneida en protestas por las víctimas del Régimen de Excepción.
Miembros de Comandos de Salvamento buscaban en el Arenal Monserrat algo que identificara a Carlos Abarca: unos zapatos de color café, la camisa blanca o el pants azul que llevaba cuando desapareció. Los rescatistas movieron piedras, removieron basura y hurgaron entre el lodo. No encontraron pistas sobre el paradero de Carlos.
Las cuentas oficiales de X de la Policía Nacional Civil y del Ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, bloquearon la cuenta de Carlos Ernesto Santos Abarca. Dicha cuenta es utilizada por Eneida para hacer campaña para encontrar a su hijo. El bloqueo se dió después de que Eneida les escribiera para exigir información de su caso: “Supongo que es porque ellos no quieren que salga algo como esto en un país cool . Ellos quieren invisibilizar, ¿pero yo, qué culpa tengo?’’, dijo Eneida. Las cuentas oficiales de X del presidente Nayib Bukele y Casa Presidencial bloquearon la cuenta usada por Eneida días antes de la publicación de esta historia. La actividad de bloqueos en X es realizada por funcionarios públicos hacia personas que les parecen incómodas, como periodistas y activistas de derechos humanos.
A finales de enero del 2022, Eneida Abarca junto a su esposo Ricardo Santos solían salir juntos a la búsqueda. Según Eneida, ni la Policía ni la Fiscalía aplicaron el Protocolo de Acción Urgente para personas desaparecidas. El 1 de enero del 2022, cuando Eneida y Ricardo fueron a la delegación de la PNC Monserrat, el policía de turno les dijo que regresaran a casa porque seguramente Carlos se había ido con la novia.
El 17 de enero del 2025, Eneida y su hermana Virna realizaron la primera campaña de pega de afiches con el rostro de Carlos Abarca en el Centro Histórico de San Salvador. Cargando tres recipientes con engrudo, tapizaron los postes de algunas cuadras del centro. Esa fue la segunda actividad del año. Eneida nunca ha recibido una llamada de alerta desde febrero del 2022, cuando un testigo declaró ante la Fiscalía haber visto a alguien muy parecido a Carlos Abarca en los alrededores del parque Cuscatlán. Eneida pidió a la Fiscalía que se revisaran las cámaras. Nunca obtuvo respuesta.
Después de tres años, Eneida padece de trastornos de sueño. Carlos es lo primero en lo que piensa al despertar y lo último antes de intentar dormir. “Si no insistiera en la búsqueda, nadie estaría hablando de Carlos. A él no se lo pudo tragar la tierra, ojalá algún día alguien logre sensibilizarse y me diga que encontraron a mi hijo’’, dijo.
CAMINEMOS JUNTOS, OTROS 25 AÑOS
Si te parece valioso el trabajo de El Faro, apóyanos para seguir. Únete a nuestra comunidad de lectores y lectoras que con su membresía mensual, trimestral o anual garantizan nuestra sostenibilidad y hacen posible que nuestro equipo de periodistas continúen haciendo periodismo transparente, confiable y ético.