La secretaria Privada de la Presidencia, Claudia Juana Rodríguez de Guevara, envió el pasado 4 de febrero una carta a la junta directiva del Condominio Residencial Los Sueños para negociar la compra de una calle que serviría como acceso privado a los terrenos adquiridos por la Presidencia de la República, los cuales colindan con la residencia particular del presidente Nayib Bukele. Presidencia ofrece 209,285.61 dólares o, en su lugar, la construcción de una obra de valor equivalente, ejecutada por una empresa contratada por el Ejecutivo, a cambio del uso exclusivo de la calle que tiene una extensión de 308.52 metros cuadrados. “Cancha de pádel, gimnasio, construcción de retorno en la zona del portón ubicado sobre la calle al Puerto de La Libertad, remodelación de caseta, o cualquier otra que se requiera”, ofertó la secretaria Privada de la Presidencia. Si bien una primera carta de la Presidencia, compartida con los vecinos de Los Sueños el 22 de octubre, Presidencia solicitaba la 'venta de una porción de área común', en esta nueva carta se habla de una 'compensación' monetaria o de su valor equivalente en una obra a cambio del 'uso privativo y exclusivo' de ese terreno.
Documentos oficiales del Centro Nacional de Registros comprueban que, entre septiembre de 2023 y mayo de 2024, la Presidencia de la República adquirió tres lotes en el Condominio Residencial Los Sueños por un total de 1.443.000 dólares. A eso se sumaría el monto por el acceso privado que Presidencia negocia con Los Sueños. En el presupuesto asignado a Presidencia de la República en el año 2023 y 2024 no existe una partida presupuestaria asignada específicamente a esta compra millonaria. No hay una explicación oficial del Ejecutivo que justifique el propósito de la compra de los terrenos. Sin embargo, documentos firmados por la secretaria Privada de la Presidencia de la República y las actas de asamblea de vecinos del Condominio Residencial Los Sueños se refieren al proyecto como “residencia presidencial”.
Los terrenos colindan con la parte trasera de la residencia particular donde actualmente vive Nayib Bukele y su familia. Esa casa fue adquirida en 2014 por Bu-Ro, S.A. de C.V, empresa que Bukele creó junto a su esposa Gabriela Rodríguez de Bukele, por 440,000 dólares, según documentos del Centro Nacional de Registros.
Los lotes en los que se construye la nueva residencia presidencial, a la par de la residencia de la familia Bukele, suman una extensión de 2,051.41 metros cuadrados. Para dimensionar: en ese espacio cabrían aproximadamente 43 viviendas de interés social, que en promedio tienen un tamaño de 47 metros cuadrados, según datos de la Superintendencia de Competencia de 2023.
Una barbacoa en agradecimiento por la venta de una calle
Los propietarios del Condominio Residencial Los Sueños se enteraron de las intenciones de Presidencia de la República de comprar la calle durante una asamblea de vecinos convocada por la administración del condominio el 22 de octubre de 2024. Casa Presidencial envió a un delegado, cuyo nombre no aparece registrado en el acta oficial de la asamblea, para atender las dudas de los presentes con respecto a la venta. Las inquietudes de los propietarios giraron en torno al origen de los fondos para la compra de calle y el uso que dará Presidencia al inmueble que construye dentro del condominio privado. La asamblea se suspendió y se acordó retomar la votación hasta que se tuviera claridad en la propuesta final del precio que pagaría Presidencia y una mayor claridad del marco jurídico en que se realizará la venta.
Después de la suspensión de la asamblea, la administración del Condominio Los Sueños acordó reducir la participación de los propietarios en la decisión. Únicamente podrán votar los propietarios de Los Sueños II, es decir, las propiedades cercanas a los lotes comprados por Presidencia y a la residencia particular de Bukele.
La Presidencia de la República necesita la aprobación de los propietarios del condominio para realizar la compra porque el reglamento de administración del Condominio Residencial Los Sueños establece que los elementos comunes, como las calles, son de copropiedad.
En la carta, Claudia Juana Rodríguez de Guevara trasladó una oferta extra a los propietarios del condominio en nombre de Bukele, en caso de que aprueben la venta de la calle: “... como muestra de agradecimiento por parte del Señor Presidente de la República, se organizará un convivio/barbacoa con los propietarios votantes que formen parte de las tres cuartas partes votantes favorablemente”. Rodríguez de Guevara también afirma en la carta que “de ninguna manera se obstaculizará el acceso por el portón sur de la residencial, ni se permitirá el uso de la pista de aterrizaje o la instalación de oficinas”. El reglamento de la administración del condominio especifica que es prohibido utilizar las propiedades con otro fin que no sea habitacional.
El Faro contactó a la Presidencia de la República para consultar cuánto costará en total el proyecto de la nueva residencia presidencial, cómo se justifica esa compra cuando el país ya cuenta con una residencia presidencial ubicada en la colonia Escalón (que Bukele decidió no habitar), de qué partida presupuestaria se planea pagar miles de dólares —o la construcción de amenidades deportivas para un condominio privado— a cambio del uso exclusivo de una calle y si se planea financiar con fondos públicos la barbacoa ofrecida por el presidente. Al cierre de este reportaje, como es usual, no se obtuvo respuesta.
También se contactó a la administración del Condominio Residencial Los Sueños para preguntar sobre las negociaciones con Presidencia. Al cierre de este reportaje no se obtuvo respuesta.
Un propietario del condominio, convocado a votar para decidir sobre la venta de la calle, envió el 21 de marzo una carta a otros vecinos con el objetivo de asegurar los votos necesarios para aprobar la transacción. “Para aprobar esta resolución necesitamos el voto de 51 de los 66 condominios de Residencial Los Sueños II. Un grupo de 20 vecinos nos pusimos de acuerdo y vamos a solicitar una asamblea extraordinaria con un único punto en el acta: ‘La aprobación de solicitud de Casa Presidencial’”, dice la carta. El Faro contactó al propietario, quien, tras amenazar con demandar a este medio si se publicaba su nombre, comunicó a través de su abogado que busca llegar a un acuerdo con los vecinos para vender la calle, debido al temor de que el Gobierno decida expropiar esa porción de terreno.
Ruth López, jefa jurídica de Anticorrupción y Justicia de la ONG Cristosal, señala que utilizar en este caso los mecanismos que permite la Constitución para la expropiación por causa de utilidad pública o interés social sería un “uso arbitrario del derecho para satisfacer un capricho personal que suele ocurrir en países con sistemas autoritarios”.
El Faro también buscó las opiniones de otros propietarios que están convocados a la votación. La mayoría dijo desconocer los detalles de la oferta, argumentando que no asisten a las asambleas de vecinos o que otro familiar se hace cargo; otros zanjaron la conversación diciendo que no quieren contacto con la prensa; y otros dijeron que tienen miedo de hablar con un medio de comunicación.
“Los ciudadanos no pagamos impuestos por caprichos presidenciales. Pagamos impuestos para el beneficio de la población, no para comprar una fracción de calle que lo único que haría es darle exclusividad de uso a una persona que eventualmente tendrá que dejar de ser presidente. Es vergonzoso ofrecer a una colonia privada, para personas con recursos económicos, obras recreativas cuando hay tanta necesidad en las comunidades y en los hogares de la mayoría de salvadoreños”, señala Ruth López.
La Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples de 2023 recopiló datos que describen cómo viven las familias salvadoreñas. Lejos de los estándares mínimos de una vivienda digna, el 9.6% de las familias habita en casas expuestas a inundaciones, derrumbes, corrientes de agua o cárcavas. El 11.7 % tiene sobre sus cabezas techos de paja, palma, cartón, plástico o basura. El 21.7 % tiene pisos de tierra o paredes en mal estado, hechas de lámina, madera, palma, cartón, plástico o también basura. El 38.1 % de las familias vive en condiciones de hacinamiento, es decir, comparten una habitación para dormir más de tres personas, o habitan casas sin habitaciones separadas, donde en un solo espacio sin divisiones duermen, comen, se visten, se entretienen o se aburren todos los miembros del hogar.