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Entrevista con Andrés Bermúdez, diputado mexicano y secretario de la Comisión de Población y Asuntos Migratorios |
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“Entre menos días estén en territorio mexicano, menos cosas les pueden hacer” |
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Ahora es diputado, pero fue indocumentado en Estados Unidos durante muchos años. En California hizo su fortuna cultivando tomates, lo que le valió el apodo con el que regresó a México en 2000: El Rey del Tomate. Fue el primer mexicano con pasaporte estadounidense en buscar un cargo de elección popular. Ahora, varios meses después de que impulsó la reforma migratoria en México, Bermúdez admite los pocos resultados que ha tenido. | |
Óscar Martínez |
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“¿Y eso sigue pasando?” “¿Y entonces para qué existen esas cárceles?” “¿Cómo se llama él?”. Por momentos parece que el diputado Andrés Bermúdez es el que está entrevistando al entrevistador. Sus preguntas no derivan de la curiosidad, sino del desconocimiento de las reformas que impulsó la Comisión de Población y Asuntos Migratorios de la Cámara de Diputados de México cuando él la presidía, la comisión de la que ahora es secretario.
Cuando a principios de este año las reformas que despenalizaron la migración indocumentada se publicaron, apareció un documento, firmado por todos los diputados de la comisión. La rúbrica de Bermúdez, migrante en Estados Unidos durante la década de los 80, aparece ahí. Ese documento insólito en México consignaba que el Instituto Nacional de Migración (INM) era de los organismos más corruptos, que era intolerable el trato a los migrantes, y que las reformas eran un primer paso que daba ese órgano legislativo para aliviar el sufrimiento de los indocumentados que transitan este país. Se entiende que a un primer paso le sigue un segundo. Pero Bermúdez reconoce que no, que nada se está haciendo. Que sí, que todo apunta a que aquellas reformas se hicieron pensando en el norte, no en el sur. O, como él explica, pensando en “parecer unas personas buenas” ante Estados Unidos.
Usted dijo a principios de este año que esperarían que las reformas entraran en vigor para empezar a tomar otras medidas a favor de los migrantes que cruzan México. ¿Cuáles medidas están tomando?
Conversé el año pasado con el jefe de investigaciones del INM, y él decía que estos talleres de derechos humanos eran algo obsoleto.
En aquel momento, todos los diputados y senadores estaban de acuerdo en que la despenalización de la migración era un paso necesario, pero insuficiente. ¿Sigue creyendo esto?
Ahora mismo, ¿están discutiendo alguna medida concreta?
Mire, pero he revisado las minutas de la comisión, y no han propuesto nada para que las reformas no se queden solo en el papel.
¿Y su modo es lento?
Usted que legisla el tema, dígame: si el mismo INM dice que los talleres de DDHH no son la solución para el maltrato, ¿cuál solución plantea usted?
Pero eso ya está en la ley. Si alguien asalta a quien sea, agente o no, es un delito. ¿O acaso ellos tienen alguna inmunidad?
¿Ya no los siguen pisoteando?
¿Qué características describen el camino de los migrantes en México?
El investigador del INM me habló de un problema que hay que erradicar: la gente hace cosas cuando no la vigilan. ¿Quién vigila a los agentes del INM?
Otra de las ideas de ese investigador era crear un cuerpo independiente que vigile a los agentes de migración en todos sus operativos y retenes. ¿Qué opina?
Tiene una visión de un México muy corrupto.
Lo que me queda claro es que no se está haciendo nada en concreto, que solo hay ideas.
Entiendo que usted viaja seguido a las zonas de paso de migrantes. ¿Cuándo fue por última vez?
¿Qué escuchó, qué vio, qué quejas encontró?
Pero si de eso se encargan los grupos Beta. Le contaré lo que vi en la última visita al sur, ya con las reformas vigentes: hay un lugar en Chiapas llamado La Arrocera. Si un migrante pasa ahí, lo asaltan; si es una mujer, muchas veces la violan, y hay testimonios en los que los agresores han sido policías. Si soy policía, y en medio de esos montes robo, ¿por qué voy a dejar de hacerlo, si nadie me ve?
¿En qué sentido?
Pero en ese folleto sólo dirían que ya no se puede encarcelar a un migrante. No creo que antes un agente pensara que la ley lo facultaba para violar los derechos humanos de un migrante.
Pero si no hay nuevos derechos humanos, las reformas de la ley no crean nuevos derechos humanos. Lo único es que ya no van a prisión.
Claro, y llevándolos a las estaciones migratorias. Usted dijo (a principios de año) que esas estaciones eran como cárceles, que no tenían las condiciones para recibir personas. Tampoco se ha hecho nada. ¿Hay que dejarlas tal cual?
¿Propone eliminar las estaciones migratorias?
Pero eso ya no ocurre, no ocurría desde antes de que reformaran la ley.
Porque las estaciones migratorias no son cárceles, son los lugares donde retienen al migrante antes de deportarlo.
A ver, a las estaciones migratorias los llevan, así es. Lo que pasa es que ustedes reconocieron que tenían carencias, y siguen estando ahí. Reconocieron en el documento de la despenalización tantas faltas tan graves, y no han hecho nada.
Siguen igual. Usted decía que las estaciones migratorias son como cárceles, el INM es uno de los organismos más corruptos del país…
Decía que las policías asaltaban a los migrantes. Entiendo que tras reconocer un error, el segundo paso es corregirlo, sobre todo si el error implica que violen los derechos humanos de personas. Ya lo reconocieron, ¿qué harán ahora?
¿Y qué harían con los migrantes?
¿Esa idea le gusta?
¿Eso le pasó a usted?
¿Y qué hacía usted nomás tocaba suelo mexicano?
Pues eso mismo haría la mayoría de migrantes centroamericanos, y según en INM, eso crearía una sobresaturación del flujo migratorio.
Pero las agresiones contra migrantes ocurren generalmente antes de que los agarren.
¿No tantas veces?
Vaya visión la que tiene de México.
Su partido, al aprobar las reformas, impidió que se aprobara la propuesta por la que seguro hubieran votado los migrantes, la que no les imponía multas por ser indocumentados. ¿Por qué no estuvieron de acuerdo?
Usted decía que Estados Unidos podía pensar que no le estaban cooperando en detener a los migrantes.
¿Según usted, el muro es un filtro para que solo pasen los mejores?
Bajo su lógica, si México tuviera los fondos, construiría un muro en su frontera con Centroamérica.
Claro, siempre les han cerrado la frontera sin consultarles qué les parece.
Y como legisladores, ¿cómo interpretan eso? Estados Unidos nunca les ha consultado sobre lo que ellos hacen en tema migratorio. ¿Por qué si ellos no lo hacen ustedes siguen poniendo los filtros que ellos exigen?
Evaluemos: nada sobre las estaciones, siguen habiendo violaciones a los migrantes de parte de policías…
¿Y cómo hacen para medir los efectos de las reformas con datos numéricos?
Le recuerdo que la comisionada, como usted reconoció, les mintió en varios puntos cuando vino a dar su alocución en medio de la discusión legislativa para despenalizar la migración indocumentada.
Corríjame si me equivoco: parece que sólo reformaron la ley para tener una moneda de cambio, para poder negociar con Estados Unidos una reforma migratoria. Te voy a dar un 50% de razón. Cuando yo empecé con esta reforma la hice con doble sentido: demostrarle a Estados Unidos que éramos diferentes; y ayudar a la gente. Pensé que se iban a hacer más blanditos. Como legislador pensé en trabajar para los dos lados. Si queremos una reforma en Estados Unidos tenemos que demostrarles, pero también si queremos ayudar a los migrantes, hay que hacer esta reforma. Cuando se aprobó yo no estuve en el pleno. Salí a discutir muchas veces con senadores. Les dije: lo que ustedes quieren hacer es demostrar que son buenos, pero siguen siendo malos. Entonces, yo me salía de las reuniones y les echaba bronca. Sí, pienso igual que tú.
¿Cree que a Estados Unidos le complazca lo que hicieron?
Entonces, si les va a valer un cacahuate, y en México no se puede medir si las reformas influyeron en algo para el bien del migrante esta ley va a ser…
Obsoleta, iba a decir. |
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Escribo esto mientras un tren desgarra su potente pito a unos metros de aquí. Ese horrible gusano lleva a unos 50 indocumentados centroamericanos prendidos como garrapatas de su lomo. Viajarán ocho horas y lo más probable es que cuando lleguen a la siguiente estación los secuestren.
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