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                   Hay funcionarios que tienen que lidiar con la diplomacia que  su cargo les exige y con las siglas del organismo al que representan. Mauricio  Farah habla desde esa posición. Es representante de la Comisión Nacional de  Derechos Humanos (CNDH), encargado de una de sus cinco áreas, la que atiende el  fenómeno migratorio. Es jefe de la oficina que tiene que escuchar, investigar y  denunciar casos de agresión a migrantes que han llegado a alcanzar niveles de  gravedad que seguro incomodan a las autoridades increpadas. La Quinta  Visitaduría ha tenido que acusar al Instituto Nacional e Migración (INM) de  tortura, cuando descubrieron a un hondureño menor de edad encerrado en un  cuarto escondido de una estación migratoria, sin comer, esposado a una tubería,  golpeado y orinado por sus custodios. 
                      
                    Farah habla con contundencia, luego matiza. Acusa, luego  reconoce complejidades. Se queja, luego ve rastros de esperanza.  La CNDH solo posee un arma, las  recomendaciones. Informes que tardan hasta un año en salir y que acusan a un  organismo concreto de haber cometido violaciones a los derechos humanos. Esos documentos  no son vinculantes. Si una dependencia estatal no reconoce el reclamo, su  prestigio corre riesgo, pero hasta ahí. Con todo y tener que caminar sobre una  cuerda floja, esta es la autoridad que más apoya a los organismos civiles que  defienden a los migrantes. Esta es la oficina que más hace escuchar su voz.  Farah es en México la persona vinculada a la migración de centroamericanos que  más puede hacer valer su voz, que puede lograr que la Presidencia lea algunas  líneas que hablen de estos indocumentados, que el INM se arrepienta, que las policías  se sientan vigiladas. 
                      
                    Farah denuncia, nombra y adjetiva con contundencia:  “autoridades corruptas”. Él intenta defender que no todo está perdido, pero la  frase con la que lo hace tampoco es la que más esperanza destila: “Esto no va a  pasar de un día para otro, va a ser con gotitas continuas”. 
                      
                    Cuando se despenalizó la migración indocumentada, todos  hablaban de pasos posteriores necesarios. Hemos estado preguntando a los  diputados y nada, no se viene nada. ¿Será que sólo fue una moneda de cambio con  Estados Unidos? 
                      No creo que haya sido una moneda de cambio nada más. En  noviembre de 2006 el presidente de la CNDH fue quien exhortó a la cámara de  diputados y al senado para que llevaran a cabo de manera urgente una reforma a  la Ley General de Población, de tal forma que podamos contar con una ley  específica en materia migratoria, pero más que todo para derogar aquellos  artículos que penalizaban la migración indocumentada.  Así comenzó este proceso. Hemos señalado que  nos da muchísima vergüenza  que se presuma  que en la gestión de Vicente Fox (presidente de México hasta noviembre de 2006)  el tema migratorio con Estados Unidos se puso sobre la mesa para llevar a cabo  una reforma allá, cuando habría que haber empezado por poner el ejemplo en  casa, y Fox lo tenía todo para poner el ejemplo. Claro que hay que luchar por  el respeto a los Derechos de los connacionales en Estados Unidos, pero tenemos  más capacidad por lo pronto sobre lo que les pasa a los migrantes en territorio  nacional.  
                      
                    Lo que según los diputados los llevó a reformar la ley  fue la necesidad de tener las manos limpias para pedir una reforma migratoria a  Estados Unidos. En cuestión de migración, casi nunca les han hecho caso a  ustedes.  El presidente de esta comisión  pidió en elecciones presidenciales a todos los candidatos que incluyeran a los  migrantes centroamericanos en sus plataformas y nadie lo hizo. ¿Cree que no fue  una moneda de cambio nada más? 
                      Creo que, sin duda, cuando suceden las cosas, si bien hay  algo que lo detone, hay muchos factores que ayudan, y no dudo de que esto (el  llamado de la CNDH) fue uno. Y lo hemos dicho muchas veces: el tema de los derechos  humanos de los migrantes en México es importantísimo. Estamos hablando de los  más vulnerables, de la dignidad, de la vida de las personas, sin embargo,  políticamente, pareciera que no es urgente. En tanto que los que deciden  políticamente, en cualquier país, no lo vean como un tema urgente, van dejando  de lado lo que se puede hacer. Y sí, pudo haber incidido este interés de los  diputados, pero bueno, por lo que se refiere   a las recomendaciones de la CNDH, debo comentarte que todas las  recomendaciones que hemos emitido en materia de migración, han sido  contestadas.  
                      
                    Hablamos de unas 20 recomendaciones ante un flujo de  cientos de miles de migrantes centroamericanos. 
                      Claro, dista mucho la situación que vive el migrante en  México de la que debería de vivir. Hemos constatado que continúan tratos  indignos, abusos, robos, maltratos por parte de las autoridades, y que el  abandono a hacer una reforma migratoria integral existe. No hay política de  estado en materia migratoria. Tenemos un andamiaje jurídico de más de 34 años,  y un andamiaje institucional obsoleto. Ese abandono lo que ha hecho no es solo  que abusen las autoridades, sino la delincuencia común y la delincuencia  organizada. Los hemos entregado a la delincuencia común y organizada. Creo que  nosotros no hemos logrado que las cosas cambien como quisiéramos, pero hemos  logrado pasos, este es uno de los pasos, y va a contracorriente de lo que está  sucediendo en Europa, que la migración indocumentada no se penalice. Ahora, la  meta es que esta medida surta efectos reales en el día a día, en los pasos de  los migrantes. Hemos logrado romper con un círculo vicioso, donde las  autoridades municipales y estatales detenían a los migrantes y los llevaban a  las cárceles municipales, que se habilitaban como estación migratoria. Hemos  roto el círculo, hoy por hoy ya no se habilitan las cárceles municipales. Es un  gran avance, claro, ante una serie de exigencias y desequilibrios y abusos que  sufren los migrantes, pero es un avance. No hemos logrado que de manera  inmediata las corporaciones policíacas dejen de detener al migrante, pero va  imponiéndose una cultura de que saben que no deben de hacerlo, porque la  comisión se entera y pueden ser sancionados. Hemos conocido de corporaciones  policíacas donde ellos señalan que no pueden participar en la revisión de la  calidad migratoria de estas personas. Se rompió un círculo vicioso, hoy se  presenta menos esta situación.  
                      
                    Pero se presentan otras. 
                      La situación del migrante viene complicándose, van surgiendo  otro tipo de situaciones, que van haciendo un vía crucis el paso de migrantes  por territorio mexicano. Nos hemos referido al abuso de las autoridades, el  maltrato, la agresión verbal y física, al robo, a la extorsión, que se daba  mucho más cuando existía la pena de prisión, y que esperamos que vaya  decantando.  Pero van surgiendo otras cosas,  como el secuestro de migrantes. Es alarmante lo que está pasando en muchas  ciudades mexicanas, donde los migrantes están expuestos al secuestro. Donde se  pretende sacarle al que menos tiene. Continuamente se te multiplican las  denuncias y testimonios de las personas que son secuestradas. Es alarmante el  descaro con el que se hace. Lo hacen a plena luz del día, a migrantes que no se  encuentran solos, ni caminando por veredas, lo hacen a grupos grandes de  migrantes. Llegan con armas, se llevan a algunos, los secuestran, piden el  rescate. Lo importante es que la autoridad haga lo que tiene que hacer. El  estado mexicano es responsable de la seguridad, integridad y vida de quienes se  encuentren en su territorio, y hemos hecho llamados enérgicos al estado  mexicano. Así como culpamos al gobierno estadounidense de que se vayan muriendo  los migrantes en el desierto cuando caminan por su territorio, así somos  también responsables de lo que les pasa a los que transitan nuestro país. 
                      
                    En esos testimonios, ¿los migrantes les han contado que a  veces las autoridades son cómplices en el secuestro? 
                      Es muy grave la situación, pero lo que tenemos son  testimonios, muy pocas quejas, no quieren quejarse. Confían en nosotros para  darnos el testimonio, pero para que podamos venir conociendo, pero no se  quieren quejar. 
                      
                    El gran problema: nadie quiere denunciar ante el  ministerio público. 
                      No, nadie. Tienen miedo. En Tamaulipas, por ejemplo, afuera  de la casa donde se quedan los migrantes están rondando los secuestradores, y  no podemos explicarnos de ninguna manera que esté proliferando este delito, que  no conozcamos por parte de las autoridades investigaciones, persecuciones,  detenciones y sanciones, no podemos explicarnos nada de esto sin la  participación, permisividad y colusión de las autoridades. Y hemos recibido testimonios  de que las autoridades municipales están totalmente coludidas. Hemos logrado  emitir esto en una recomendación, en la del año pasado, en el caso del  secuestro de 12 personas, entre ellos tres menores de edad, en Ixtepec, Oaxaca,  donde estuvo metida la policía municipal. Sí, por supuesto que al hablar del  secuestro no podemos omitir por ningún motivo una actitud de omisión, si no es  en varios casos de participación directa (de las autoridades). 
                      
                    ¿Ustedes han hecho saber esto al gobierno? 
                      Hubo un congreso en noviembre del año pasado en Tapachula.  Ahí, frente a las autoridades, y algunos sacerdotes que asisten a los  migrantes, hemos dicho puntualmente, y también en entrevistas, documentos y  foros, en dónde se llevan a cabo los secuestros. Hemos pedido a las  instituciones de seguridad pública de los estados que brinden la seguridad. En  el caso de Chiapas se le dirigió un oficio al secretario de seguridad pública,  en donde señalábamos la situación que los migrantes sufren ahí, en distintas  rancherías, en La Arrocera, en distintos lugares. Exigimos seguridad y  garantías a su seguridad física y que cesen los secuestros, que intervengan de  manera directa. Lo hemos hecho oficialmente en comunicados a las autoridades  competentes. 
                      
                    Pero los secuestros siguen… 
                      La respuesta que obtenemos es que van a hacer más rondines,  y procurar brindar más seguridad, pero el secuestro viene proliferando. Lo  mismo pasa en Tenosique (en el estado sureño de Tabasco), donde de un jalón  agarran a 100 migrantes, los llevan a Tamaulipas (estado fronterizo con Estados  Unidos), los amenazan con armas de fuego y piden el rescate. Sí nos hemos  dirigido a las autoridades, para que tengan una mayor participación en lugares  muy específicos. 
                      
                    ¿Le han prometido más rondines ante una situación de miles  de secuestrados? 
                      Eso hay. Yo he recibido el testimonio, y les pedí si querían  hacer una queja de un par de jóvenes secuestrados en Tenosique. Cien hombres  fueron secuestrados, seducidos por traficantes que se hacían los que los  ayudaban y los transportaron a Tamaulipas, e inmediatamente los sometieron, a  las mujeres las violaban en el piso de arriba, pedían el rescate de las  personas. Recibí un testimonio de un joven que estuvo 33 días secuestrado.  
                      
                    Nosotros tenemos varios testimonios parecidos, acusando a  Los Zetas. ¿Hablamos de crimen organizado? 
                      Es difícil de saber, sobre todo si no contamos con una  investigación adecuada de las autoridades que deberían perseguir a los  delincuentes. Nosotros contamos con el testimonio de los migrantes y ellos sí  mencionan que son Zetas. Creo que vienen dándose las dos cosas. Por una parte,  pequeños grupos de traficantes de personas dedicadas a esta industria delictiva  del secuestro, y también escuchamos que son Los Zetas. El crimen organizado  viene integrándose más, viene participando más. Esta pregunta la deberían de  responder las autoridades competentes, deberían de darnos cuenta de las  acciones que están llevando a cabo. Sin embargo, poco nos enteramos de que  estén persiguiendo a los delincuentes.  
                      
                    Hasta ahora, el punto más temido por los migrantes era La  Arrocera, ese pueblito en Chiapas donde los pobladores asaltan y violan a  indocumentados cuando pasan por las rancherías. Si no se ha podido hacer nada  contra ellos, a pesar de que ustedes denunciaron, ¿no cree que hay pocas  esperanzas contra el crimen organizado? 
                      No quisiera caer en ese escenario, porque es lamentable,  pero las autoridades son responsables de lo que sucede. Las autoridades  municipales y estatales saben por dónde pasan los migrantes y lo que les sucede.  El INM debe de tener perfectamente mapeado lo que pasa con los migrantes, deben  de saber dónde los asaltan. A eso me refiero, necesitamos tener una política  migratoria, si simplemente los queremos dejar pasar y entregarlos a las malas  autoridades, o entregarlos al crimen organizado, o convencernos de que estamos  en un estado de derecho y no podemos permitir que el crimen organizado y las  autoridades comunes abusen de los migrantes.   No puede pensarse tampoco que sólo el INM va a poder depurar, debe de  ser una acción concertada por parte de diferentes autoridades, a todos los  niveles. La pregunta es: ¿estamos viendo que esto está sucediendo, o está  proliferando el secuestro de migrantes? 
                      
                    Todos los diputados de México acusaron al INM de ser de  las autoridades más corruptas en el país. ¿Cómo es posible que se reconozca al  corrupto y no se depure? 
                      Es que no podemos tener una depuración efectiva si no  tenemos una política migratoria, que tiene que ver con acciones específicas  para hacer frente a esto que ocurre dentro del instituto. No se le puede pedir  a quien encabece el instituto que encabece una depuración exitosa. Tiene que  ver con acciones coordinadas: autoridades fiscales, hacendarias, la  Procuraduría General de la República, para saber quiénes son los delincuentes  uniformados e ir contra ellos. Nosotros hemos querido romper este círculo  vicioso por tres ejes: uno, eliminar cárceles municipales; otro, evitar que  corporaciones no facultadas hagan verificación migratoria, porque por ahí  vienen los abusos, desde la agresión verbal hasta el abuso sexual y el  secuestro; y tres, que dejara de existir esa excusa para extorsionarlos: la  pena corporal (la pena de cárcel). 
                      
                    Sí, ustedes denuncian, pero ya todos saben que los  secuestran. ¿Qué más hay que esperar para que actúen? ¿No lo abruma la  burocracia? 
                      El problema es tan grave y profundo que no es una  recomendación lo que va a solucionar las cosas, pero sí va a aportar a la  solución. Lo importante es que todos, las autoridades, la sociedad civil y  nosotros, aportemos con lo que nos toca. Esto no se va a dar de un día para  otro, sino que van a ser las gotitas continuas que cada quien aporte las que  lograrán que el vaso se llene y hablemos de un cambio. Si vamos a esperar a ver  qué pone el otro para ver qué pongo yo, no vamos a lograr nada. Y quiero  insistir: las autoridades son los principales responsables, porque siendo los  responsables de garantizar la seguridad, a veces no solo no la garantizan, sino  que tienen que ver con los delitos.  El  problema es grave, y a veces se tiene que actuar contra las mismas autoridades,  pero también los ciudadanos tienen una obligación que cumplir. Es importante  contar con una ley específica en materia migratoria. México debe dar el  ejemplo, y el ejemplo no era la reforma migratoria, sino llevar a cabo aquí la  reforma migratoria integral, para que cualquier migrante pueda hacer valer sus  derechos, con o sin papeles. 
                      
                    Luego de enviar tantos oficios a las autoridades, ¿no le  parece muy cansino el proceso?  
                  Sí, solo con saber lo que pasa debería de bastarles, pero  nos estamos enfrentando a autoridades que no son lo eficientes que quisiéramos,  y a autoridades corruptas. Pero seguiremos exigiendo los cambios.  |