Descubriendo a los migrantes

Por Katharine Andrade Eekhoff

Publicada el 26 de noviembre de 2008 - El Faro

En los últimos diez años (y en particular en los últimos cinco) se ha visto una explosión de iniciativas sobre migración y desarrollo.  Por supuesto la temática y la problemática de la migración no es nueva.  Los mexicanos tienen más de cien años de estar trabajando en los campos agrícolas de los Estados Unidos. Roque Dalton en su Poema de Amor menciona a los salvadoreños que “ampliaron el canal de Panamá”.  Pero las Naciones Unidas, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo en la última década han “descubierto” a los migrantes- algo como Cristóbal Colon “descubriendo” territorios y poblaciones existentes desde hace siglos en las Américas. 

No es que no se dieron cuenta, pero de repente se despertaron no sólo a la cantidad de personas moviéndose entre fronteras, sino al volumen del dinero que envían a sus familiares. La relativa repentina visibilidad de este flujo de dinero familiar ha logrado movilizar mucho interés en torno al tema de migración y desarrollo, dejando rezagadas las apelaciones sobre los derechos humanos de los migrantes. 

La evidencia más clara de esto es el propio Foro Global sobre Migración y Desarrollo, un  espacio internacional donde rápidamente se ha generado mucho interés de los gobiernos,  instituciones multilaterales y la sociedad civil.  La primera reunión fue en Bruselas en 2007 y a finales de octubre de 2008 se realizó la segunda en Manila, Filipinas.  Es un evento con dos reuniones esencialmente: una para la sociedad civil y otra para los gobiernos e instancias multilaterales.  Revisando la agenda y el resumen de resultados de la reunión gubernamental muestra un poco la evolución de discusión en este nuevo espacio internacional. 

Tal como expresa el FGMD “es una nueva  iniciativa de la comunidad internacional para atender las interconexiones entre la migración y el desarrollo de forma práctica y orientada a la acción.  Es la culminación de más de una década de discusiones internacionales sobre la creciente importancia de estos vínculos y el reconocimiento de la necesidad de atender a las implicaciones en política y respuestas en un marco multilateral.”  Las reuniones en Bruselas fueron enfocadas en la movilidad laboral, y las remesas y demás recursos de los migrantes.  Las reuniones en Manila han retomado los derechos y la seguridad, específicamente notando que “proteger los derechos de los migrantes es una responsabilidad compartida de los gobiernos de origen y los países huésped”.  No sé si fue retomado, pero no está incluida la responsabilidad de los gobiernos de tránsito- un tema particularmente importante para los derechos y seguridad de los centroamericanos en su paso por México-. 

Ojalá que las palabras expresadas, los documentos preparados y los acuerdos por venir empiecen a dar su fruto de forma “práctica y orientada a la acción” asegurando los derechos de los migrantes y sus familias.  Es una responsabilidad compartida no sólo de los gobiernos de donde vienen los migrantes o a donde terminan viviendo, pero también de los de aquellos países por donde pasan los migrantes.  Por lo pronto los migrantes centroamericanos siguen, y desafortunadamente continuarán siendo invisibles –o no descubiertos- hasta que empiecen a enviar remesas.