Los latinos pasan factura

Por Jorge Bustamante*

Publicada el 26 de noviembre de 2008 - El Faro

Aún no toma posesión Barack Obama y ya los "latinos" le están pasando la factura de haber contribuido a su triunfo con el 66 por ciento del total de sus votos frente al 32 por ciento que votaron por John McCain.

Angela Sanbrano, presidenta del Comité Ejecutivo de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas, conocida por sus iniciales en inglés como NALACC y que agrupa a más de 80 organizaciones locales proinmigrantes, se refirió a un acuerdo tomado en su reunión anual en Washington la semana pasada para iniciar una jornada de movilizaciones para establecer contacto con los legisladores más proinmigrantes, iniciando con una el 21 de enero, al día siguiente de la toma de posesión del primer Presidente afroamericano de Estados Unidos.

Oscar Chacón, director ejecutivo de NALACC, dijo a los medios: "Para nosotros es importante que se vincule el debate de la política de inmigración con la política económica internacional". Ésta no es sólo una frase sino una tesis que debería haber estado en los labios del Presidente de los mexicanos, Felipe Calderón, en el contexto de la reunión de los "G-20".

Pero hay una distancia abismal entre el nivel de conciencia de los políticos "latinos" y el de los políticos mexicanos respecto de lo que son y lo que representan los 15 millones de ciudadanos mexicanos, con y sin documentación migratoria, que se encuentran más o menos permanentemente en Estados Unidos. La conexión que están haciendo allá los líderes latinos, que representan a un conglomerado con clara identidad política, del cual dos terceras partes son mexicanos, entre esas marchas de varios millones que salieron a las calles de más de 100 ciudades de Estados Unidos hace casi tres años, con pancartas que decían "hoy marchamos, mañana votamos". Así lo hicieron el pasado 4 de noviembre, y hoy están reclamando los dividendos políticos de haber cumplido su palabra.

Yo seguiré insistiendo en que llegará el día en que ese conglomerado de varios millones que se incluye en la denominación del "voto latino" nos "pasará la factura" a los mexicanos de México por lo que ellos están haciendo en defensa de los inmigrantes indocumentados mexicanos en Estados Unidos, cuya tarea nos corresponde a nosotros pues son parte de nuestra propia gente, cuando menos por ser -los de acá- recipiendarios de los varios miles de millones de dólares -producto del trabajo de los de allá- con los que en los últimos años han subsidiado la paz social de México. Además de lo concreto de esa ayuda -que ha empezado a disminuir por la crisis- las demandas de esos latinos, cada vez mejor organizados, están encabezadas por la de: suspender las redadas, que en los lugares de trabajo y las zonas residenciales tienen aterrorizadas actualmente a las comunidades de migrantes, sin que los mexicanos de México -gobierno, instituciones (Iglesias), sindicatos, estudiantes, etcétera- hagan algo efectivo para defenderlas.

Falta saber cuál será la respuesta del presidente Obama a la estrategia política anunciada la semana pasada en la reunión de NALACC. Hay algunos analistas que han hablado desde una perspectiva pesimista, a partir del nombramiento de Rahm Emanuel como "chief of staff", a quien se le atribuye ser el autor de la política del Partido Demócrata de no tocar el tema de la migración porque serían más los enemigos que se ganarían los demócratas que el peso político de los latinos, que de todas maneras seguirían siendo demócratas.
El hecho es que la xenofobia expresada en programas de radio y en televisión no ha disminuido, desde los altos niveles de la campaña electoral, como quedó demostrado en el contexto del "crimen de odio" que victimó al ecuatoriano Marcelo Lucero, linchado por siete adolescentes conocidos como "supremacistas blancos" en las calles del poblado de Patchogue, en Long Island, que dio lugar a una cobertura editorial del diario New York Times el 14 de noviembre.

En todo caso, los latinos no son el único grupo que está tratando de "medir" su fuerza política en el contexto de la transición de la administración bushiana a la nueva del presidente Obama. Seguro habrá ganadores y perdedores. Seguiremos observando.

*El autor es relator especial de la ONU sobre derechos humanos de los migrantes e investigador distinguido del Colegio de la Frontera Norte